Frente a los insultos de la burguesía catalana, pasemos a la ofensiva: ¡por la igualdad de renta en el estado¡

Hemos avisado que la legislatura que viene va a estar condicionada por la agudización de la crisis y por tanto por la escasez y el conflicto. En el estado español este conflicto tiene al menos una doble dimensión: social y territorial (ambos interrelacionados).

Después de 30 años de estado de las autonomías, las diferencias territoriales son enormes. Sobre una media de 100 para el estado, el País Vasco Tiene un 133% de renta per cápita (PIB per cápita), Madrid un 129% y Cataluña un 116% mientras que Andalucía está en el 77%. Los territorios con más renta son los territorios que tienen más poder y al contrario, los que tienen menos renta son los que han elegido un poder político subalterno (el bipartidismo del PP y PSOE). Quien carece de poder de presión para gestionar sus intereses es difícil que lo pueda gestionar bien.

Los años de desarrollismo han ocultado la realidad social profunda. A pesar de la apariencia de crecimiento, Andalucía sólo ha acortado su brecha con la media del estado en 3 puntos durante los últimos quince años, mientras que, por ejemplo en el mismo periodo, el País Vasco ha subido 14 puntos porcentuales. Es decir que en año 1995 la distancia entre el territorio más rico y el más pobre era de 56 puntos mientras que ahora ha subido a 64 puntos.

Estamos asistiendo al prólogo del conflicto territorial en la próxima legislatura. CIU está escenificando sus necesidades (recortes sociales y movilizaciones) y señalando a Andalucía, la fuerza dormida, la única que tiene potencial poblacional e identitario suficiente para imponer una dinámica de igualdad económica en el estado, como un territorio poblado por incultos (Mas: no se les entienden lo que hablan) o vagos que viven a costa de Cataluña (Durán: «Tampoco tiene sentido que nuestros campesinos no recojan la fruta porque el precio que se les paga no es justo, mientras que en otras partes de España determinado tipo de campesino puede quedarse en el bar de la plaza y continúa cobrando”.)

Quieren una financiación privilegiada. Saben que son ricos y fuertes y van a emplear su fuerza para tener más privilegios. Prevén la debilidad del PP, a pesar de su posible mayoría absoluta, acorralado por los conflictos ante su probable incapacidad para liderar una salida de la crisis, ante un frente nacionalista catalán (CIU + ERC) aliado a un frente nacionalista vasco (PNV + BILDU) fortalecido por el fin del terrorismo. Van a ser la verdadera oposición con más de 20 diputados y no un PSOE sumido en la depresión de la derrota y la confusión de las ideas.

Están tan crecidos que no dudan en utilizar el insulto y la humillación al mismo tiempo que piden que se legalice la desigualdad. Es como si los que mas renta tienen y más pagan a Hacienda exigieran unos servicios públicos mejores para ellos. No, es al contrario, los que más tienen deben contribuir a que se iguale la renta con los que menos tienen. El principio de cohesión territorial y social es un principio irrenunciable de cualquier entidad político – administrativa (UE, estado, CC.AA, municipio).

Andalucía tiene que pasar a la ofensiva, tiene que existir como sujeto político en el conflicto territorial que se avecina, para reivindicar un proyecto de igualdad económica y diferencia cultural para todo el estado. Si no despertamos para levantarnos en un nuevo 28 F, con un 30% de paro, la agudización de la crisis y sin capacidad de presión, nos hundiremos en la miseria y las diferencias de renta se incrementarán vertiginosamente. Los insultos de los dirigentes de CIU en vez de minar nuestra autoestima pueden despertarnos.