Lucía Márquez Daza | La rebelión cívica que recorre España comienza a dar brotes verdes en los pueblos y ciudades de Andalucía.
‘Guanyem Barcelona’, liderada por la activista antidesahucios Ada Colau, está siendo capaz de aglutinar a múltiples iniciativas ciudadanas, partidos de izquierdas y ecologistas, entidades sociales y a personas a título individual de la sociedad catalana.
El fenómeno ‘Ganemos’ se reproduce en Andalucía con notables diferencias y carencias respecto a la plataforma barcelonesa. Aquí, los recelos son más profundos, fruto de una sociedad muy influida por la partitocracia que no deja de poner palos en las ruedas.
Desde Izquierda Abierta, partido político integrado en la coalición Izquierda Unida, creemos, queremos y vamos a colaborar, desde todas las instancias posibles, a que estos movimientos de ciudadanas y ciudadanos se impongan en nuestro municipios como la voz clara de un nuevo proceso político que emerge para cambiarlo todo, desde el municipio más pequeño de Andalucía hasta la Constitución Española secuestrada por los partidos políticos que sostienen el régimen que se cae a pedazos.
El “capitalismo popular” de la derecha ha fracasado en su última expresión, la economía financiera, por exceso de sadismo y por no haber calculado que nada es más insostenible que la injusticia, la desigualdad y la pobreza severa que vive más de un 20% de la población española. Esta estafa capitalista que padecemos, con crueldad máxima, a diferencia de otros ciclos de depresión recientes, es de tal calado que ha afectado a todos los órdenes políticos, laborales, económicos y medioambientales.
“No nos representan” es el eslogan que mejor resume que las instituciones democráticas están siendo subastadas a la casta financiera internacional. Entretanto, apareció el 15-M que superó con creces el número de manifestantes de las últimas convocatorias de las izquierdas institucionalizadas, tanto sindicales como políticas. La ciudadanía quiere protagonizar el cambio y ha decidido dar un paso al frente. ¿No es esto lo que siempre hemos deseado desde la izquierda? ¿Por qué nos asustamos cuando el “poder popular”, al que invocamos desde hace décadas, hace acto de presencia? Este empoderamiento de la gente, puesto de relieve en las multitudinarias ‘Marchas por la Dignidad’, quiere participar de lo institucional, en la elaboración de los programas electorales y rechaza las candidaturas hechas en un despacho cerrado entre siete paladines de las estructuras partidarias.
Esto ya no sirve. Las propuestas programáticas y de liderazgos deben ser respaldados por la participación activa durante todo el proceso y a la luz. En Andalucía, los últimos comicios municipales consolidaron gobiernos del PP en todas las capitales de provincias, en las ciudades de más 100.000 habitantes y en las poblaciones medias, tanto de la costa como del interior de la comunidad autónoma. Estos ayuntamientos están siendo gobernados con la lógica de las políticas de empobrecimiento pactadas en Europa por las sucursales de PP y PSOE. Estos ayuntamientos han privatizado todo lo privatizable, agrandado la injusticia fiscal, derogado los planes de igualdad y las vías democráticas de participación ciudadana y han sido cómplices a los desahucios y al incremento de la pobreza.
Las iniciativas andaluzas de ‘Ganemos’ están surgiendo como respuesta a tanto sadismo social, pero también por la desconfianza, no a la política, sino a la vieja política que reduce cualquier acción política a las estructuras partidarias. Esta vieja política se defiende como gato panza arriba, tenga las siglas que tenga, contra los nuevos actores que ponen en duda su oligopolio de la representación institucional. Por primera vez, se ha quebrado el bipartidismo monárquico que alumbra el nacimiento de un nuevo tiempo político, representativo de la ciudadanía de hoy: más democrática, sin miedo, consciente de que tiene derecho a tener derechos y sabedora de que sin participación no hay paraíso.
Empezar a construir esta ilusión democrática en las instituciones municipales puede ser el principio del fin a tantísimo dolor. Cinco millones de personas viven en la pobreza severa y uno de cada tres niños y niñas no hace alguna de las tres comidas diarias, ¿nos hemos enterado de esta realidad? Estos proyectos de empoderación ciudadana requieren de la incorporación inmediata de IU, solventando los reparos habituales. Desde la izquierda organizada andaluza podemos aportar todo el conocimiento acumulado con la máxima generosidad, lo cual debería plasmarse en una declaración explicita para formar parte de estos proyectos en un plano de igualdad, de tú a tú. tempo democrático.
El reto es inaplazable.
Lucía Márquez Daza es portavoz de Izquierda Abierta Andalucía