Griñán tiene que comparecer a petición propia

Los gestos en política tienen a veces más valor que las declaraciones públicas y que los decretos publicados en el Boletín Oficial. A nadie se le escapa el enorme desapego de la mayoría de la población sobre los “políticos” y los partidos políticos.La opinión publicada, tanto en los medios tradicionales como en las redes sociales, la mayoría de los comentarios que leemos y los comentarios que oímos entre los compañeros de trabajo (los que todavía tenemos trabajo), entre nuestros círculos familiares, continuamente, vienen a decirnos lo mismo: “todos los políticos son iguales”, todos vienen a “llevárselo calentito”, “no hay diferencia entre la izquierda y la derecha”.

Y esto vienen a decirlo personas que tradicionalmente han votado a la izquierda, que se sienten participes de valores de izquierda. Compartiendo o no el sistema político en el que hemos venido participando hasta ahora. Pero la situación económica, el paro, los desahucios, la desesperanza, el nepotismo, la falta de alternativas, etc., están desencadenando unos niveles de desprestigio de la política hasta lo máximo concebible en democracia: el cuestionamiento de la propia democracia.

Aunque haya quedado un poco oscurecido, por la posibilidad de un cambio de rumbo en Grecia, que hubiera permitido, con el triunfo de Syriza, una cierta esperanza de futuro; la situación política andaluza está condicionada por el caso de los ERES.Independientemente de las políticas seguidistas de recortes efectuadas por el gobierno PSOE-IU, independientemente de los casos de nepotismo realizados por IU en el nombramiento de altos cargos en las distintas Consejerías, que han perturbado y deteriorado el comienzo de una legislatura que iba a suponer una clarificación de las políticas de izquierdas con respecto a la fanatización neoliberal que viene de Madrid, independientemente de esto, a la opinión publica ( al menos a la opinión publica que me llega) el asunto del papel que Griñán ha tenido y el conocimiento de los fondos “opacos” le es de suma importancia. Por el papel ejemplarizante que tiene la actividad política.

Ni Griñán, ni el PSOE, (Susana Díaz y Griñán tienen que aclararse), ni siquiera Valderas y la dirección de IU, pueden permitirse que se alargue en el tiempo la posible implicación del actual Presidente de la Junta en el caso de los ERES.Ya sabemos la “oportunisima” calendarización de la juez Alaya en las citaciones judiciales de los implicados (presuntos) y publicaciones de autos en fechas señaladas en el calendario electoral que pudieran favorecer al PP. Ya sabemos la “sibilina confusión” que los medios de la derecha tradicional han realizado astutamente sobre este tema. Casi insinuando que la Junta se gastaba 900 millones de euros en “coca y putas”, obviando los cientos de millones que han ido a solventar (aunque sin control administrativo, lo que ha propiciado precisamente el uso fraudulento de los fondos) situaciones laborales complicadísimas.

La ciudadanía espera que la democracia acabe con la corrupción, en estos momentos de un aumento de la desesperación, de la mayor crispación social de la democracia andaluza con un 35 % de paro, lo que hace falta es precisamente eso: “dar ejemplo”.

El gobierno andaluz tiene que tener “autoridad moral” para gestionar las políticas sociales y ese cambio de rumbo que nos prometen, ante la política económica que nos impone Merkel y los especuladores financieros; y esa autoridad moral no se puede tener con un Presidente de la Junta, cuestionado continuamente sobre si conocía o no conocía el fondo de reptiles y el uso que se hacía de ellos.Algunos y algunas apoyamos con decisión la configuración de un gobierno de izquierdas en Andalucía, sin pertenecer a ninguna de las dos opciones políticas que lo conforman, sin pedir ni desear ningún cargo o beneficio alguno.

Por ello, teniendo en cuenta la situación dramática de muchas familias en Andalucía, y teniendo en cuenta lo que se avecina (que muy probablemente es peor aún) exigimos a Griñán que comparezca a petición propia en la Comisión Parlamentaria que se ha creado en el Parlamento Andaluz. Ni Griñán, ni el PSOE, ni el gobierno de izquierdas, ni los que queremos una salida social a la crisis, nos podemos permitir otra cosa.