Francisco Garrido.
Lo que menos necesitamos ahora es un presidente soberbio. Y menos aún un presidente soberbio deslegitimado. Pues bien, el actual presidente de la Junta reúne esas dos cualidades negativas. Griñán se está mostrando como un presidente soberbio y capturado por el discurso del adversario. Todos sus mensajes van dirigidos a mostrar que hasta que él llegó a la presidencia de la Junta, el gobierno andaluz era un despropósitos de torpes (por eso habla de seleccionar a los mejores) y de inútiles derrochadores ( que no digo yo que no). Víctima, a su edad, de demasiadas horas ante el “gran hermano”, cree que todo es un asunto individual y sicológico. Elegir a los mejores (para que y desmontar lo público. Repite ideas copiadas al pensamiento neoliberal (menos funcionarios, más competitividad, menos gasto público y social, más vocaciones de emprendedores) como si la crisis fuera responsabilidad de los inspectores de hacienda, de los anestesistas o de la inversión pública en ayudas a la dependencia.
Se está revelando Griñán como una versión tosca, desmejorada, y antipática del perfil político del felipismo. Felipe González era , y es, un personaje arrogante y soberbio ( recuerdan aquello de “quién me echa un pulso, lo pierde” o eso otro de “yo acierto aun cuando me equivoque”) pero Felipe tenia cierto fundamento empírico, más allá de su espejo, para ser arrogante, y, además, era un seductor político nato. ¡Pero Griñán…¡. No sabemos si en la intimidad, como Aznar con el catalán, es un encantador de serpientes pero en público el “amor político “, que diría Legendre, no es la pasión que más suscita su presencia y su discurso. Griñán no tiene otro fundamento para la soberbia que su propio ego, que puede que sea grande pero que es sólo suyo.
Comparte Griñán con el felipismo y con ese laborista británico que parece una “Margaret Tatcher sin bolso” que es Tony Blalir, que a la derecha se le gana sustituyéndola .Ya lo dijo otro ilustre presidente de la Junta , casi tan soberbio como Griñan pero bastante más tonto, Rodríguez de la Borbolla: ”Nosotros somos los representantes de la derecha económica en Andalucía”. Y en eso anda atareado el presidente de la Junta , en sustituir a los torpes de su partido, con el humilde propósito que no se note tanto la diferencia ente él y el resto, y en sustituir , aún mas, a la derecha para evitar que gane la derecha .No me digan que nos un genio de la estrategia
Bonito panorama el andaluz; un presidente arrogante y reaccionario (Griñan) contra un pillín demagógico y sinvergüenza (Arenas) , mediado por uno que por no ser no es ni arrogante, ni pillín, ni sinvergüenza, es decir: no es (Valderas). Y esto tres son los que nos tienen que sacar de la crisis. Y esto tres son los que veremos en las vallas electorales dentro de dos años. A Arenas no es que no le compraría una coche de segunda mano, como dice el tópico del marketing político norteamericano, es que es un tipo al que no le dejarían entrar en un banco ni para ingresar. Valderas, por su parte, quedándole muy lejos de su nivel Marx o Lenin, está empeñado en imitar al genial Jorge Cadaval (el alto de los Morancos) cuando obsesivamente dice aquello de “en la calle con la gente,¿ para qué?; en la calle, con la gente” ( le suena a ustedes eso de “ llamaremos a amplias movilizaciones populares…”).
Esto es lo que hay en el Hospital de la Cinco llagas y en la Casa Rosada, que vaya también con los nombres. Pero saben, lo peor no es ni la arrogancia, ni la pillería, ni inanidad de estos personajes (de las personas no hablo) públicos, lo peor es que da casi igual. Mientras la política se empeñe en la autocastración frente al mercado y al capitalismo globalizado , mientras el objetivo del crecimiento y el consumo compulsivo sean el nuevo dios, cruel y sacrificial, al que hay que rendir pleitesía.: que más da quién simula que gobierna. Eso es lo peor. Pero tampoco debemos despreciar que puesto que vivimos en la “sociedad del espectáculo”; podamos exigir que los actores tengan un mínimo de calidad. Y en este tema de la calidad artística Griñán nunca me convenció. Ya se veía venir cuando nada más tomar posesión de la presidencia se empeño en difundir tres mensajes personales, altamente sospechosos: primero fue su sapiencia operística (síndrome del semiculto, que diría Savater), luego su simpatía por el Atlético de Madrid (síndrome de Torrente), y finalmente aquello de “llámame Pepe” (síndrome de Zeus). Quién sabe si en estos tres mensajes no estaba, encriptado hasta para él mismo, el verdadero programa de su gobierno
La arrogancia es una cortina de humo para esconder las carencias, las nostalgias, la envidia, la corrupción, la insolidaridad y más allá, la ineptitud.
Cuando dice Griñan innovación, innovación…… es para abrir las puertas a las alianzas con los que nos expropian de los recursos naturales, humanos y políticos y nos dejan como estamos o peor.
No solamente han fracasado los arrogantes, también han fracasado los acompañantes de los arrogantes, vendiendo humo a los andaluces y muñecos de paja. Pero ellos han jugado con nosotros y han conseguido dominar el territorio, empobrecerlo y maltratarlo, llenando despachos y haciendo ocupar los sillones a los mentores de la desigualdad, la violencia, la ambición, la corrupción, el oportunismo, etc y muchos de ellos dirigentes de la dictadura y la cuenta de resultado ha asomado con claridad en estos momentos.
Nos han llevado al bipartidismo ( cercano a la dictadura) y no sabemos o no queremos cambiar la arrogancia por la dignidad, la coherencia, la solidaridad ,el ecologismo, la igualdad, la justicia social, el consumo responsable y el reparto de la riqueza entre otros.
Oímos y vemos todos los andaluces, la particular forma de sus comportamientos y algunos cambian psoe por pp, psoe por iu y el resto ni existe, pensando que existe la alternancia y cuanta mentira encierra. La alternancia como forma para erradicar la arrogancia no funciona en Andalucía, no cambiará el paro, la crisis, la industria, la agricultura, las renovables, la convivencia, las infraestructuras, etc. Será un leve cambio en los despachos y sillones nada más.
Nos queda algo importante, aprender de los errores del pasado y olvidar el llanto, no huir y agarrar con fuerza la mano tendida de los andaluces que no se venden, ni se engañan y empezar a construir la red de la rebelión contra esta miserable forma de comportamiento.