.Editorial del New York Times del 07/08/2011.Si los republicanos están verdaderamente decididos a recortar el despilfarro del gobierno y de los presupuestos públicos, podrían comenzar con dos recortes muy simples: primero poner fin a las deducciones fiscales que disfrutan la industria del petróleo y, segundo, terminar con el subsidio fiscal al etanol. En conjunto, estos cortes ahorrarían hasta 100.000 millones dólares en 10 años, sin perjudicar a los pobres, ni a las clases medias o provocar la desaceleración de la economía.
Solamente. la industria petrolera y sus bien pagados defensores, los grupos de presión y los legisladores, se oponen a la vez a la «subida de impuestos» y afirman que el fin delos 4 mil millones de dólares al año en subsidios no disminuirá los precios de producción. Todo lo cual es una tontería.
En el 2005, con el petróleo cerca de 60 dólares por barril, James Mulva, presidente de ConocoPhillips, dijo al Senado que su industria no necesitaba esas ayudas para mantener la exploración de petróleo. Esas ayudas la necesitaran aún menos cuando el precio del petróleo es de 100 dólares el barril.
Según el Servicio de Investigación del Congreso, poner fin a los subsidios no tendría ningún efecto sobre los precios de gas y un efecto trivial sobre los beneficios. Los cinco grandes – Exxon Mobil, BP, ConocoPhillips, Chevron y Shell – tuvieron ganancias combinadas de 35.100 millones de dólares en el segundo trimestre. Sí, lo han leído bie: ¡35.000 millones de dólares¡.
Por otro lado los subsidios al etanol son claramente innecesarios. La subvención fiscal de 45 centavos de dólar por galón que cuesta entre 5 .000 y 6000 mil millones al año , no van a los agricultores de maíz, como comúnmente se supone, o para los productores de etanol, pero si a las refinerías donde el etanol se mezclan con la gasolina convencional . Esto quiere decir que estas subvenciones fiscales van a las compañías petroleras.
Estos créditos fiscales podrían haber sido útiles cuando el etanol estaba en su infancia. Sin embargo, la producción de etanol de maíz es ahora una tecnología comercialmente viable, y que está respaldada por un mandato del Congreso de 2007 que permite a las refinerías mezclar hasta 15 millones de galones de etanol de maíz cada año. En este sentido, el subsidio es un soborno a las empresas petroleras para llegar a comprar y mezclar un producto que ya están obligados por ley a comprar.
El presidente Obama ha solicitado tres veces terminar con los subsidios del petróleo. En mayo el Senado votó 52 contra 48 votos la supresión de estas ayudas, pero la mayoría no fue lo suficiente amplia para superar el bloqueo. En junio, el Senado también aprobó una enmienda a un proyecto de ley que finalmente no llegó a ninguna parte, y que hubiera acabado con el subsidio al etanol.
El obstáculo para acabar con estas ayudas fiscales es la oposición de los republicanos de la Cámara » contrarios ciegamente a todo lo que pudiera caracterizarse como un aumento de impuestos”. Otro disparate. Estos beneficios fiscales no son más que subsidios con otro nombre, políticamente correcto. Es hora de acabar con ambos. No hay justificación para poner los intereses de una industria por encima de los del país.
Traducción de P36.