En torno al proceso de fusión (¿por absorción?) de Cajasur con Unicaja, se han escrito ríos de tinta sobre el presente y el futuro de Cajasur, aunque no tanto sobre el pasado (me refiero a los últimos 10-15 años). Que conste que dejé de ser cliente de Cajasur en 1996, harto de comprobar como esta entidad no respondía a los intereses generales de la ciudadanía cordobesa, y por su opacidad absoluta en los procesos de selección de personal (vigente aún).
En estos días tan intensos de noticias me surgen varias interrogantes, que de momento no tienen respuesta:
¿ Quién responde de la desastrosa gestión de Cajasur?…, con unos índices de morosidad (el 8%) alarmantes según el Banco de España, propios de administradores poco diligentes.
¿ Quién responde de la política de préstamos (sin las debidas garantías) practicada en los últimos años por Cajasur a favor de conocidos empresarios constructores cordobeses?….
¿ Por qué el silencio de los consejeros de IU en Cajasur? (En el diario El País se recordaba hace unos días que votaron siempre al unísono de los representantes eclesásticos en el Consejo de Administración)…..
¿ Por qué el silencio sobre la fusión de una cordobesa tan ilustre como la ex-alcaldesa y consejera trans-fugada? …
¿ Por qué la Iglesia sólo habla de conservar poder y privilegio en el proceso de negociación en marcha, y no de cuestiones sociales para Córdoba?…
¿ Por qué no se habla de un giro total a la actual «obra social y cultural» (¿?) de Cajasur?…
¿ Por qué no se habla por parte de los partidos de izquierda del compromiso social real que debiera tener la entidad?…
Lo dice como si yo supiera lo que se cuece entre La Caixa y Banco Santander y el PSOE Un banco puede hacer nogiceos con quien le de la gana. De una caja no debemos admitir la misma actitud, porque sus rganos directivos est n bajo control pol tico.
Tras una pequeña pelea o mas bien simulacro de eso, con el unico objetivo de ver quien conseguia mas poder en CajaSur, los socialistos cordobeses (auntenticos aburgesados ellos, por no decir dignos herederos de los señoritos de siempre), se repartieron el pastel con la iglesia, y es que cuando hay pasta de por medio, se le termina viendo el plumero a mucho progre de salon.
De todas formas tengo que decir que me alegro de la desaparición de esa entidad, que no era cordobesa y que solo miraba por los intereses de cuatro aprovechados, un autentico nido del amigismo, el arribismo y todos cuantos ismos de la misma indole, le queramos añadir.
La culpa no es de la Iglesia, sino de este gobierno de traidores a la democracia y sobre todo a la izquierda, que no s ha salido más nacionalcatólico que Franco.
L «izquierda» cordobesa ha sido la mayor colaboradora con la Iglesia del desastre Cajasur que es el desastre de Córdoba.