Extracto de Jose Remon desde Alemania.
El experto alemán en derechos de hacienda Kirchhof ha hecho unas declaraciones a un diario alemán que no deseo dejar de transmitir y comentar porque las considero claves para comprender la falta de soluciones políticas a la actual crisis económica.
Nuestro sistema de impuestos tiene características feudales y el reparto en la sociedad se verifica de pobres a ricos, dice el experto fiscal.
Kirchhof antiguo miembro del más alto tribunal alemán, el tribunal constitucional, declara que el sistema de recabar impuestos por parte de la hacienda pública está basado en la ley del «económicamente» más fuerte, y lleva a una transferencia de capital de los pobres a los más ricos.
La política ha creado a través del tiempo un sistema de de excepciones fiscales y privilegios que favorece sobre todo a grupos de intereses económicos que ya de por sí están privilegiados.
Muchos políticos han colaborado en el asentamiento de este loco sistema de privilegios al considerar que con su colaboración con los lobys económicos, aseguraban su futuro profesional mientras que una verdadera reforma del sistema fiscal era un obstáculo para su carrera.
Kirchhof critica duramente el programa de ayuda a los países europeos que han caído en dificultades de financiación.
“Se nos pide solidaridad con Grecia pero en el núcleo lo que hacemos es solidarizarnos con los mercados financieros”.
En estos mercados se han vendido repetidamente las mismas obligaciones y participaciones de la deuda de los estados soberanos y cada vez que se ha transferido la misma obligación, hay compradores y vendedores, consejeros y controladores seguros y contraseguros, todos ellos con la aspiradora funcionando para coger su parte del pastel.
El estado financia este sistema para conservar la estabilidad momentánea del mercado, pero como sólo lo puede hacer con dinero que él mismo coge prestado de los mercados financieros, la dependencia de los estados soberanos de los mercados es cada vez mayor. Es necesario primero desacelerar esta dramática espiral, y después pararla por completo.
Kirchhof aboga por una completa reforma fiscal en los países del euro, aunque yo considero que mientras no se consiga la separación estricta de la colaboración política en Bruselas y demás capitales europeas de políticos y lobystas, dictando leyes que prohiban al término de su representación parlamentaria su entrada como consejeros y ejecutivos de alto nivel en los grupos de presión con los que han colaborado, será imposible sentar una base de estabilidad financiera en los estados, pero ¿qué político se pone él mismo la soga al cuello, aprobando leyes contra la inluencia extraparlamentaria de los grupos económicos de presión con los que él mismo colabora?