Frente a los ataques de Durán y Lleida contra el campo andaluz es importante contribuir a dar a conocer la realidad de un sector que es básico para la economía, la cultura y el medio ambiente andaluz.
Para los andalucistas la agricultura y la ganadería constituyen un sector estratégico para el que defendemos el concepto de agroecología entendido como el enfoque de la agricultura ligado al medio ambiente y sensible socialmente a través del empleo de técnicas tradicionales combinado con los nuevos conocimientos, además de criterios sociales para trabajar en armonía con nuestro entorno, que va desde la producción a la transformación y venta de los productos.
Dentro de nuestro modelo de avanzar en una economía de transición que reforme radicalmente las actuales estructuras productiva el sector agrícala juega un papel esencial porque es:
A) Ejemplo de economía productiva ligada al territorio,
B) los sectores económicos que proporcionan alimentos a la población,
C) generan empleo y riqueza,
D) contribuyen a la vertebración del territorio
E) el hilo conductor de nuestra memoria histórica, de nuestra cultura y de nuestra identidad,
F) contribuyen a una equilibrada distribución de la población en el territorio,
G) elementos esenciales para el mantenimiento de los ecosistemas rurales, el entorno y los recursos naturales,
H) y juegan un papel clave en la estrategia contra el cambio climático.
La agricultura andaluza, en términos generales, es una actividad sostenible, desde un punto de visto económico, social y medioambiental ya que los agricultores y ganaderos continúan viviendo y desarrollando sus actividades económicas en el medio natural, del que las prácticas agrícolas y ganaderas son la principal salvaguarda, conformando un sistema productivo variado.
La clave de nuestra defensa de la agricultura andaluza es la comprensión de que nuestro modelo agrario, diverso y peculiar, aporta una serie de valores económicos y sociales que van mucho más allá de la simple producción de mercancías destinadas al intercambio comercial.
Actualmente realiza una aportación de más de 10.000 Millones de € anuales a la economía andaluza, genera el 8% del empleo y contribuye a la gestión medioambiental de gran parte de nuestro territorio.
Partimos del firme convencimiento de que nuestro medio rural necesita una agricultura viva frente a una progresiva despoblación y que las políticas de desarrollo rural no se pueden concebir sin la mejora y potenciación de la actividad agraria.
El sector agrario andaluz esta profundamente afectado por la:
A) Recesión económica mundial que sufrimos especialmente en Andalucía y en España,
B) la situación de inseguridad alimentaria mundial,
C) el cambio climático
Lo que ha agudizado:
A) Los desequilibrios en la cadena agroalimentaria,
B) la irrupción de los mercados financieros en el sector alimentario, refugio del capital procedente de otras actividades que han dejado de ser atractivas para los inversores mundiales,
C) un proyecto de reforma de la PAC orientada por los mercados especulativos
D) la falta de inversión y crecimiento de la industria agroalimentaria local,
E) el cierre de establecimientos de venta especializados y tradicionales
F) y la pérdida de variedad y calidad de los productos que puede encontrar el consumidor en los establecimientos de compra.
Además, las políticas desarrolladas en la Unión Europea por conservadores y socialdemócratas y en Andalucía y en España por el PP y el PSOE se han caracterizado por:
A) No ir destinadas a desarrollar las economías productivas sino a “recuperar la confianza de los mercados”.
B) la reducción de las inversiones públicas en materia agrícola;
C) una mayor liberalización del comercio agroalimentario mundial como medio para estimular el desarrollo
D) la permisividad ante los abusos de la gran distribución
Las consecuencias están siendo devastadoras para el sector:
A) Perdida de renta de alrededor de un 30% en los últimos años,
B) un paro agrario que afecta al 36% de la población andaluza,
C) volatilidad de los precios,
D) pérdida continúa de rentabilidad de nuestra actividad,
E) endeudamiento del sector, en un contexto de crisis financiera y de difícil acceso al crédito,
F) peligro en la continuidad de miles de explotaciones agrícolas,
G) desmantelamiento de los sectores auxiliares ligados a la producción.
Esta situación está además impidiendo al sector agrario andaluz pueda participar en la recuperación económica de Andalucía cuando sería uno de los pilares en lo que tiene que apoyarse la salida de la crisis diferencial andaluza.
Por ello defendemos un programa para el sector agrario atendiendo a las expectativas económicas, laborales y familiares de los ganaderos y ganaderas y a los intereses generales Andalucía y del planeta, basado en:
- carácter estratégico de nuestro sector agroalimentario;
- un tejido productivo eficiente;
- la explotación agropecuaria pequeña y mediana (explotación familiar);
- la defensa de la agricultura mediterránea y de nuestros ecosistemas tradicionales, basados en la diversidad;
- soberanía alimentaria para proveer de alimentos suficientes, sanos y de la máxima calidad a toda la población;
- canales comerciales de cercanía;
- la mejorara la gestión de los mercados para dotar de estabilidad a los precios agrarios;
- impulso decisivo por la agricultura ecológica y la prohibición de transgénicos,
- el protagonismo de mujeres y jóvenes;
- la formación de las personas agricultoras y ganaderas, basada tonto en nuestra cultura tradicional como en la incorporación de las nuevas tecnologías.
Para ello, tenemos que lograr garantizar la participación de representantes de Andalucía en las negociaciones a través de conferencias bilaterales gobierno central / autónomo, incluso con la presencia en la delegación española en los Consejos de Agricultura de la Unión Europea, ejerciendo lo que defendemos como derecho de codecisión.
Es posible que Durán i Lleida tenga razón. De hecho creo que el PER es una fuente de pobreza para Andalucía y Extremadura, pero esta forma de menospreciar a los habitantes de estas comunidades desde Cataluña ya empieza a cansar.