Now it is time to call attention (…)
Now it is time. Now!
Anne Sexton (Now)
Soy Pilar González. Soy mujer. Andalucista. Y libre. Esas tres razones me hacen diferente a esos tres hombres que se niegan a debatir conmigo. Se niegan porque callan. Sus silencios ante la negativa de Giralda TV les convierten en cómplices de la injusticia. Para que triunfe el mal, basta con que los hombres de bien no hagan nada. Hoy denuncio que la indiferencia y la cobardía de esos tres hombres son la causa de este atentado contra la democracia y el pluralismo político en Sevilla. Esos tres hombres sienten mi libertad como una amenaza. Por eso callan. Yo no. Esos tres hombres temen mi libertad porque deja al desnudo su dependencia. Ellos no son libres. Yo sí. Esos tres hombres están vigilados por el Gran Hermano de sus partidos en Madrid. Y no hay esclavitud más vergonzosa que la voluntaria. Temer la libertad es temer la democracia. Hay más libertad en las calles de Túnez o El Cairo que en la televisión pública de Sevilla. Y porque creo en la democracia reclamo mi legítimo derecho a ser vista y oída. Y porque creo en la democracia, ni tapándome la boca conseguirán callarme.
Soy Pilar González. Soy mujer. Andalucista. Libre. Y porque soy diferente la televisión pública Giralda TV niega al pueblo de Sevilla su derecho a verme y oírme junto a los otros tres candidatos del PSOE, PP e IU-CA. Los tres hombres. Y uno de ellos no es concejal. Los argumentos que utilizan para amputarme de este debate son los mismos que terminarán convirtiendo el pluralismo político en una estafa. Más tiempo para quien no lo necesita, sea noticia o no, estemos o no en campaña. Y ya está bien. El Sindicato de Periodistas de Andalucía y la Asociación de la Prensa de Sevilla se han manifestado públicamente en contra. Coincido con ellos en que la utilización de la representatividad política como único criterio a la hora del tratamiento de la información electoral, cerrando el paso a las propuestas de las pequeñas formaciones en unos casos y a otras con larga tradición y peso histórico, constituye un paso atrás en la defensa del pluralismo político y el debate de ideas que debe regir toda sociedad democrática. Al igual que las ruedas de prensa sin preguntas o las declaraciones e imágenes de actos ya seleccionadas por los propios partidos que se envían a los medios. También se ha manifestado en contra Manuel Ángel Vázquez Medel, expresidente del Consejo Audiovisual de Andalucía, quien dimitió dignamente por las presiones partidistas que recibía. Y lo tenemos que hacer todos y todas para rescatar la democracia de esta ciénaga en la que se ahogan siempre los mismos.
Soy Pilar González. Soy mujer. Andalucista. Libre. Y porque soy diferente tengo derecho a ser vista y oída. Porque la Constitución española y el Estatuto de Autonomía obligan a los poderes públicos a promover el pluralismo político y a remover los obstáculos que impidan su ejercicio en plenitud. Porque se vulnera con alevosía el principio de igualdad. Porque así lo exigen las leyes de comunicación electoral para las formaciones políticas significativas. Como el Partido Andalucista. Una formación con representación histórica en el Parlamento europeo, español, catalán y andaluz. El primero en gobernar la Sevilla democrática y que volvió a hacerlo años después. La formación política que ayudó a rescatar los símbolos de Andalucía. El partido que asume con orgullo en su seno la Junta Liberalista de Blas Infante. La cuarta formación política con implantación en Andalucía y que dobla en votos a muchos partidos con diputados y senadores… Negar este derecho básico para el funcionamiento democrático es colocar sobre una voz libre la lápida de una paloma amordazada. Una voz de mujer excluida de un debate de hombres.
Soy Pilar González. Soy mujer. Andalucista. Libre. Diferente. Y porque creo en la democracia reclamo mi legítimo derecho a ser vista y oída. Y porque creo en la democracia, ni tapándome la boca conseguirán callarme. Ahora es el momento. ¡Ahora!
Es muy digna tu lucha por hacerte escuchar y estoy plenamente contigo. Pedir a esos partidos que apoyen es tanto como pedirle peras al olmo. Ninguno está en la línea de respetar democráticamente al contrincante. No creo que muevan un dedo por tí. Piensan: «al enemigo, ni agua»