Paralelo 36 Andalucia Espacio de pensamiento y acción política
Recordemos nuestra hipótesis de trabajo: esta crisis no es una crisis cíclica sino que marca el comienzo de una nueva época caracterizada por la crisis sistémica del capitalismo. Una de las causas mas determinantes de esta crisis es la alteración del metabolismo tanto desde las “entradas” al sistema (agotamiento de recursos naturales) como de sus “salidas” (contaminación y cambio climático).
La ocultación de esta realidad por parte de los poderes económicos dominantes implica subordinar la política a la economía a través del dominio de la imagen y establecer un paradigma de irrealidad mostrado sin embardo como una realidad incuestionada, al que calificamos hace ya algunos años como “hiperrealidad”. Frente a esta estrategia defendemos el paradigma del realismo que necesita la revalorización del tiempo y el espacio y en particular de la perspectiva entendida como la aportación tanto de la profundidad como de la posición relativa de los principales factores que inciden en la dinámica social.
Al igual que el Renacimiento introdujo las técnicas necesarias para ayudar al espectador a determinar la profundidad y la situación de los objetos a distintas distancias, la ideología sintética que defendemos aporta una visión mas completa de la realidad social al reivindicar el valor del tiempo pasado (cultura) y futuro (solidaridad intergeneracional), del espacio (como sustento de la interrelación social y con la naturaleza) y sobre todo de la política democrática como apoderamiento de los intereses de la mayoría.
Por lo tanto, además de introducir la perspectiva frente a las políticas “del presente y de la virtualidad” es necesario alcanzar la representación entendida como la construcción de consensos en torno a los intereses de la mayoría y de sus representaciones simbólicas y emotivas.
Esta pequeña introducción viene al hilo de la defensa de nuestra reivindicación de las energías renovables como elemento básico de una alternativa de salida de la crisis desde la perspectiva de una transición para Andalucía.
El concepto de transición pone el énfasis en dos aspectos. Primero, que el horizonte al que hay que enfrentarse es el del agotamiento del petróleo y de las fuentes fósiles de energía como el carbón, el uranio o el plutonio, y en segundo lugar que abogamos por un cambio planificado y progresivo que distribuya equitativamente los costes de la transición, tanto social como territorialmente (ambas vertientes están muy interrelacionadas), frente a un cambio brusco e incontrolado en el que los poderosos impongan sus intereses.
Los acontecimientos que han sucedido en las últimas semanas no hacen sino reafirmarnos en nuestras previsiones. La catástrofe nuclear de Japón va a suponer la muerte política de la energía nuclear como alternativa al fin del petróleo, no solo por la oposición de la opinión pública sino también por el aumento de los costes derivados de la lógicas exigencias de seguridad. Al mismo tiempo, las revoluciones populares y democráticas en los Estados islámicos están poniendo en evidencia la fragilidad de la dependencia de los derivados del petróleo, en estos momentos y está desencadenando una nueva crisis energética por la subida del precio del crudo.
Andalucía necesita capacidad real de decisión política para impulsar un modelo económico propio y una sociedad cohesionada y justa, sobre la base comunitaria de nuestra identidad cultura. La clave del nuevo modelo productivo andaluz son las energías renovables.
