Hay una estrecha asociación entre la fuente energética utilizada y el sistema productivo dominante. La revolución industrial introdujo la utilización masiva de las fuentes energéticas fósiles y no renovables. Andalucía ha sufrido una mala posición tanto durante el siglo XIX dominado por el carbón y como durante el siglo XX basado en el petróleo. La generalización de las energías renovables no solo significan la sustitución de petróleo, el carbón, el uranio y el plutonio por energías limpias y seguras sino la posibilidad de otro modelo de organización económica y social alejado de la concentración del poder y del consumismo.
El fin de la era del petróleo puede marcar el renacer de Andalucía ya que, por vez primera, tenemos los recursos naturales adecuados y podemos disponer de la tecnología adecuada y también porque esta transición debe ser el progreso hacia otro modelo de organización de la sociedad, mucho mas acorde con nuestra propia identidad.
El cambio energético es a su vez el elemento decisivo para combatir el cambio climático. Sólo mediante un empuje decidido a las renovables podremos alcanzar el objetivo de reducir un 30% las emisiones de gases de efecto invernadero para el año 2020.
La nueva crisis energética en la que estamos inmerso hace aún mas acuciante esta meta, teniendo en cuanta que el precio del barril de Brent fluctúa ya en torno a los 115$ el barril, la subida de los precios del gas y del carbón y la evidencia de la inviabilidad de la energía nuclear.
El territorio andaluz apenas cuenta con recursos energéticos fósiles (petróleo, carbón, gas natural) pero sin embargo tiene unos recursos naturales excepcionales para producir energías renovables al disponer de una media de cerca de 2.900 horas de sol al año y de 1.100 km de litoral.
El proyecto para una Andalucía no dependiente tiene como eje básico realizar un extraordinario esfuerzo en favor de las energías renovables. Tenemos necesidades, recursos y capacidades comparativas y competitivas para situar las energías verdes en el motor de nuestro progreso económico, tecnológico y medio ambiental.
Las energías fósiles suponen en Andalucía el 90% del consumo de energía primaria frente al 10% que aporta el conjunto de fuentes renovables, entre las que destaca de forma muy importante la biomasa seguida de la eólica (según datos de la agencia andaluza de energía). A la vista de estos datos es fácil concluir que, a pesar de nuestro potencial, tenemos una fuertísima dependencia energética que genera además un porcentaje insostenible de gases de efecto invernadero y un horizonte de vulnerabilidad por el progresivo agotamiento de los recursos abióticos, en especial del petróleo, que representa el 50% de nuestro consumo y, que según señalan los expertos internacionales, en el plazo de unos 30 años la demanda superará a su oferta.
Así un objetivo irrenunciable para impulsar un nuevo modelo productivo de transición es que las energías renovables alcancen el 100% antes de 2050. Es un objetivo posible tal como demuestra el estudio “Modelo 100% renovable para el sistema eléctrico español” del Instituto de Investigación Tecnológica (ITT) de la Universidad de Comillas. Como objetivo intermedio planteamos que, al menos, el 40% de nuestro consumo en los próximos 10 años se sustente en fuentes renovables y que la electricidad renovable para 2020 sea al menos de un 50%.
Pero no basta con permutar la naturaleza de la energía, sino que es imprescindible llevar adelante un programa de ahorro energético, con la colaboración de todos los municipios andaluces, con el objetivo de disminuir el consumo un 20%, meta que será posible alcanzar si se racionaliza territorialmente la economía, se gana en eficiencia y en conciencia ambiental. Justamente lo contrario de lo que está sucediendo ya que la intensidad de energía por unidad de PIB se redujo en la UE un 27,5% mientras que en Andalucía ha permanecido constante y el consumo de energía por habitante en la UE ha crecido en un 8% mientras que en Andalucía ha superado el 40% en el periodo 1990 a 2007.
Ahora bien no es posible el ahorro energético si no es en un contexto de ahorro general. No se pueden dictar medidas de ahorro sobre la energía y al mismo tiempo querer expandir el consumo indiscriminadamente porque a la fuerza mas consumo implica también mas consumo de energía La opción por el ahorro supone una opción por la inversión y una alternativa de racionalidad máxime cuando nos encontramos en una situación económica caracteriza por la enorme deuda privada y pública existente.
Además, las renovables permiten un modelo de sociedad altamente descentralizado y seguro, opuesto precisamente a la concentración energética y al riesgo que representa el modelo nuclear. Es importante que los ayuntamientos vigilen el cumplimiento del Código Técnico de la Edificación que obliga a instalar sistemas solares fotovoltaicos en edificios de grandes dimensiones centros comerciales, administrativos, hoteles, hospitales, etc) con una potencia mínima de 6.25 KWp. All mismo tiempo defendemos la obligación de las empresas energéticas de abastecer el 20% de las viviendas con energías renovables.
Pero la opción 100% renovables no es solo una opción energética sino que representa la apuesta por un modelo integral de progreso económico que tiene que plasmarse en las prioridades en investigación y formación, la reconversión industrial y la creación de empleo que podría aportar a corto plazo mas de 250.000 empleos directos e indirectos.
Andalucía es uno de los líderes mundiales en tecnología de generación de energía con fuentes renovables (en especial en eólicas, solar y biomasas). De hecho es el único sector tecnológico en el que Andalucía y España están en la “pull position” tecnológica. Andalucía puede y debe ser un país exportador de tecnología en energías renovables.Contamos con la I+D+I acumulada en la plataforma solar de Almería y la presencia de empresas privadas muy activas en esta área. Además la energía eólica y fotovoltaica de conexión a la red son una alternativa para que muchas empresas de la construcción diversifiquen su actividad.
El principal escollo al que se enfrenta esta alternativa es el coste de las energías renovables. A este respecto hay que tener en cuenta dos factores. En primer lugar que los precios no reflejan los verdaderos costes. Si se interiorizaran todos los costes externos (sociales y económicos) de las energías fósiles sin duda incluso actualmente las energías renovables serían más baratas. Además está la perspectiva temporal. El horizonte de agotamiento de los recursos no renovables indican una progresiva subida de sus precios y por lo tanto la mayor competitividad de las renovables. Para compensar los costes externos que las energías fósiles endosan al conjunto de la sociedad defendemos de necesidad de establecer un tributo verde en forma tasa específica a las petroleras y a las empresas del gas.
El primer requisito para impulsar el modelo 100% renovables en Andalucía es disponer del poder político suficiente: dotar a Andalucía de autonomía real tanto para diseñar un modelo energético endógeno tanto público como privado. Necesitamos empresas andaluzas para modernizar, desde la perspectiva de las energías renovables, toda nuestra red eléctrica hoy en manos de Sevillana – Endesa que, paradójicamente, fue la principal empresa andaluza y que hoy sólo conserva de andaluza el habernos convertido en su mercado monopolístico, siendo precisamente uno de los símbolos de nuestra dependencia económica. Reivindicamos una planificación pública vinculante de naturaleza territorial y económica que fije objetivos comarcales, en función de las necesidades reales. El Parlamento andaluz debe aprobar mediante Ley, con el consenso de todos los grupos políticos y de los agentes sociales, un mapa para la implantación de las energías renovables, un modelo de gestión y una estrategia de plazos.
Pero también necesitamos poder político para presionar al Estado a que desarrolle una política acorde con nuestros intereses. Desgraciadamente el Ministerio de Industria, ha recortado las compensaciones a las instalaciones fotovoltaicas y eólicas, incluso con carácter retroactivo a las que realizaron la inversión contando con el marco jurídico establecido en el RD 661/2007, lesionando gravemente los intereses generales de Andalucía. Este recorte está provocando el cierre de muchas empresas y que los bancos que han financiado la mayoría de los huertos solares al 80%, se queden con las instalaciones. Incluso la Comisión Europea ha criticado el “stop and go” del Reino de España contra las renovables y no descarta iniciar acciones legales en el caso de que el gobierno español desestabilice el apoyo comunitario al sector de energías renovables.
Por todo ello es imprescindible una alianza estratégica entre los que defendemos la autonomía andaluza tanto en la forma como en el contenido y el sector de las energías renovables, desde las empresas hasta los investigadores y sus asociaciones representativas.
Interesante artículo y buena base para un proyecto no sólo energético, también político. Enhorabuena.