El gobierno del PP y el alcalde de Sevilla han desalojado la Corrala Utopía como acto de castigo público contra los que por no tener no tienen ni techo donde cobijarse. En un acto de crueldad y violencia no han permitido ningún acuerdo. La experiencia de la Corrala debía de ser públicamente derrotada, no fuera a cundir el mal ejemplo de la rebelión ante la injusticia.
Para este acto de escarmiento no han dudado en usar el sufrimiento de personas y a la que se le ha dejado tiradas en la calle. Nada importa que hay centenares de pisos públicos vacios el acuerdo era un mal precedente, no quieren la justicia sino la victoria. Las imágenes de niños, personas mayores y familias arrastrando los enseres básicos forzados por una legión de antidisturbios están dado la vuelta a Europa y muestran la realidad de la supuesta recuperación de la crisis española: pobreza, desigualdad, violación de derechos, represión.
Una especial relevancia en esta final de la corrala ha tenido un personaje de opereta tan hipócrita como cobarde como es el actual alcalde Sevilla el señor Zoido. Ha mentido hasta el punto de perder la noción de la verdad. No ha parado de zancadillear cualquier acurdo. Ha pretendido dividir y comprar a los vecinos, criminalizar a la solidaridad y difamar a la consejería de Fomento, al defensor del pueblo, a las ONG. Pero finalmente, y sin dejar de esconderse, Zoido se ha mostrado su verdadero rostro, el de la intolerancia y la crueldad . Las lagrimas y los gritos de las familias de desalojadas deberían acompañarle como una pesadilla recurrente hasta el final de sus días.
Pero la Corrala no ha sido derrotada. Ahora, lo más urgente es encontrar un lugar digno para estas `personas. Luego, la lucha continua, somos legión. Hay que echarlos, es una necesidad tan urgente como vital. Hay que echarlos y con ellos a sus políticas, que no vengan otros con otras siglas a hacer lo mismo. Ninguna otra cosa debe estar en la agenda de la izquierda que estorbe a este objetivo. La corrala no ha sido derrotada hagamos que su escarmiento sea su tumba.