por Jorge Fernández Bustos
Había pensado llamar a este artículo “El fantasma de la crisis”. Pero de fantasma nada, nuestra crisis es sólida, tiene un gran peso específico, una buena masa que va creciendo y creciendo hasta quitarnos todo el espacio, hasta dejarnos sin respiración, hasta aplastarnos como se despachurra una mosca molesta.
La crisis también es un escudo, una excusa para apretar un cinturón que ya estaba demasiado ceñido. Quienes tienen poder, o sea, los poderosos, son celosos de su estatus, de sus ganancias, de su poderío. La crisis. What Crisis? Ellos no están en crisis, mientras se puedan cortar cabezas que amortigüen su posible balanceo, que no caída.
Hace unos meses (parece que fue ayer) desapareció un periódico en Granada, “La Opinión”. Quedaron cincuenta trabajadores en la calle y algunos colaboradores. Fue un golpe a las libertades y a la pluralidad. Y qué ha pasado. No ha pasado nada.
La caída de “La Opinión”, arrastra la palabra escrita, limita el horizonte, cercena la alternativa. Tanto es así, que otro periódico de la ciudad, “Granada Hoy”, puede estar temblando. Si no, por qué la reducción de plantilla, por qué la disminución de páginas, por qué los silencios en los pasillos, por que los cuchicheos anhelantes… por qué han suprimido a los críticos, a mí con ellos.
¿Cuestiones de espacio? ¿Cuestiones económicas? ¿Cuestiones de interés? Tendremos un periódico aséptico. No puede haber flamenco de tensión, ni teatro que evalúe, ni clásica que sentencie…
¿Es obligado, en cambio que haya cine y fútbol, sobre todo fútbol? Hasta el equipo más insignificante tiene cabida en las páginas del diario. No tengo nada en contra del opio nacional, pero también estoy a favor de otras drogas. Como dijo Mario Moreno, “no estoy en contra de que haya ricos, estoy en contra de que haya pobres”.
Dicen, “Si los flamencos no leen los periódicos”, “Si el flamenco no le interesa a nadie”, “Si ocupa un espacio en el que puede estar un anuncio de detergente».
Es la vieja sátira de Juvenal, panem et circenses. ¿No hemos avanzado nada? No hemos avanzado nada.
En Granada sólo queda un crítico -¡larga vida!-, que es como decir que queda sólo un periódico. Al menos un periódico que se moja. Los medios de información cada vez son más medios y menos informativos. La poesía murió en Vietnam, decía Sciacia. El romanticismo ha muerto. La vocación ha muerto. Esto es un negocio. Se trata de rentabilizar sus actos. Cuando algo no dé frutos, se elimina o se sustituye.
Mientras las hormigas trabajan, ahorran y cuentan su dinero, las cigarras que cantamos en el verano, en el invierno nos morimos de pena (sic).