Susana Gonzalez Viejo.EL País.22/01/2013.Por cada punto del PIB que cae en un país mueren 7,4 niñas por cada 1.000 nacimientos, frente a 1,5 varones. Esta es la conclusión a la que ha llegado un estudio de la ONG Plan Internacional junto con el Instituto Overseas de Reino Unido. El informe analiza cómo afecta la crisis económica a las mujeres y niños y concluye que son las infantes las grandes afectadas. La investigación fue realizada en 59 países del mundo, la mayoría de ellos en vías de desarrollo.
Los motivos tienen que vercon la oleada de recortes en gastos sociales a nivel mundial que dificultan el acceso a servicios básicos de salud. Pero también con aspectos culturales que exacerban las diferencias de género a medida que decrecen los recursos económicos. «Las familias están más preocupadas por el niño porque es él quien va a traer el beneficio económico en el futuro y, por lo tanto, se olvidan de dar ciertos cuidados a sus hijas», explica Nicola Jones, autora del informe que advierte que en muchos casos no es algo consciente y se trata de una negligencia pasiva.
Estos descuidos son más frecuentes durante el primer mes de nacimiento, cuando existen más riesgos para los bebés. «Hay evidencia de que las amas de casa pobres vacunan menos a las niñas que a los niños. Muchas de estas muertes tienen que ver con la falta de vacunación».
La malnutrición es otro factor vital que contribuye a la gran diferencia de mortalidad. «Las mujeres dejan de dar el pecho antes y priman a los varones que a los niñas. Amamantar es algo básico para evitar infecciones y dar una buena nutrición a los infantes», apunta Jones. Y aquí la cultura vuelve entrar en juego. «En países como la India, las madres tienen que dar de comer a los hijos de sus familiares y vecinos y dejan en último lugar a sus hijas», apunta Concha López, Directora General de Plan Internacional en España. Según el informe. la deficiente alimentación contribuye en más de un tercio a la muerte de niños menores de cinco años en todo el mundo. La situación se vuelve mucho más seria conforme los precios de los alimentos aumentan y las mujeres no pueden pagarlos.
La esperanza de vida entre las niñas también es menor. El informe señala que en tiempos de recesión económica esta cae en siete años, mientras que la de los niños lo hace en seis. Sin embargo, aumenta en dos años para ambos sexos durante la época de crecimiento económico.
«Las niñas son las últimas en la cadena”, dice López, que piensa que estos resultados son un retroceso en las mejoras hechas para reducir la mortalidad infantil. “ Por cada año de mejora se pierden cinco», conluye