Francisco Garrido.
Dice la noticia: “Nueve asociaciones firmaron ayer un manifiesto reclamando la devolución inmediata al Estado de las competencias de gestión sobre el Guadalquivir”.Dos notas a modo de reflexión rápida:
Primera. Extraños aliados. Entre esas asociaciones hay gentes tan interesadas en la gestión sostenible del Guadalquivir y en la nueva cultura del agua como Asaja, los arroceros, Feragua o el colegio de Ingeniero de Caminos. Algunos de estos, si les dejaran, entubaban el Guadalquivir y parcelaban Doñana. ASaja por ejemplo es un auténtica maldición para el campo andaluz (tanto social como ecológicamente). La “foto de familia” que forman la totalidad de firmantes podrían ser también la “foto de familia” de la Junta de Gobierno del Santo Entierro o del Club de Labradores de la Calle Sierpes. Piensen todos aquellos y aquellas que creen que el Guadalquivir estaría mejor gestionado, desde un punto de vista ambiental, desde Madrid por que encuentran en estos “angelitos negros” del medio ambiente andaluz tan fervorosos aliados.
Segunda. Drama andaluz. Reflexionen aquellos y aquellas que creen que es posible un andalucismo de derechas. La derecha andaluza sigue pensando, sintiendo y hasta viviendo en Madrid. “Las fuerzas vivas del campo andaluz” (entiéndase lo de “vivas” como sustantivación del verbo “ser “ y no del verbo “estar”) piden que sus recursos naturales sean gestionado fuera de Andalucía.¿Se imaginan esta foto en otros lugares del Estado español?.