José Santana
Ha sido esta última Diada la de menos participación, pero de igual mistificación. Parecen los nacionalistas, sus dirigentes, empeñados en crear un avatar, una realidad paralela en la que satisfacer los sueños y sentimientos inculcados a una parte notable de la sociedad civil de Catalunya.
Nada de realidades ciertas y contrastables. Nada sobre un mundo globalizado donde las amenazas de pérdida irreversible de bienestar, de diversidad y de habitabilidad están a la vuelta de la esquina lamentablemente.
Mientras que, para la mayoría de ciudadanos de este país, los problemas reales y ciertos pasan por tener garantizados unos derechos mínimos como trabajo, sanidad, enseñanza, vivienda…, a algunos se les sigue señalando con el dedo la luna.
La historia es un proceso complejo y contradictorio donde se pueden consolidar derechos que se pensaban consolidados para siempre o perderlos en una dramática vuelta atrás.
¿Es legítimo mirar atrás con melancolía un mundo pasado que ya no es y probablemente nunca fue? En Catalunya se sigue difundiendo que SU historia de libertades terminó un once de septiembre de 1714 con la derrota de los austracistas, sin asumir que fue una guerra que perdió una dinastía, la de los Austrias y en el contexto de una guerra, la de Secesión, convertida en una guerra internacional donde jugaban las grandes potencias hegemónicas de la época, Francia e Inglaterra. ¿Qué la nueva dinastía, la de los borbones era extranjera como la de los Austrias lo era en origen?, pero europea también al fin y al cabo y que aporto a la incipiente burguesía catalana la apertura a los mercados en América y Filipinas.
¿Es la historia irreversible? lamentablemente sólo es en derechos humanos y libertades, en conquistas sociales nada está garantizado. En el proceso de creación de nuevas realidades nacionales también puede ser cambiante. Tenemos el ejemplo reciente de Yugoslavia o, desde otro punto de vista menos dramático el Brexit. ¿Y el precio, el coste social y humano que tienen siempre estas rectificaciones en la historia de las naciones es necesario y asumible? Creo que no, que es demasiado alto y sobre todo innecesario y ahistórico.
Catalunya puede pensar que le resulta necesario un nuevo marco de relaciones dentro de España. Un soberanismo no independentista, federal e integrado en el proyecto europeo, un proyecto por cierto puesto en peligro grave por el Brexit, por las decisiones temerarias de unos políticos diletantes. Y por el auge de la extrema derecha europea y americana.
Los catalanes, como el resto de españoles, deben incorporarse a un proyecto que relance la extensión y garantía de los derechos primordiales de la ciudadanía y, el marco, es Europa y la crisis ecológica que combatir y resolver.
Lo demás es mistificar, autoengañarse en mundos paralelos, en universos que no pertenecen más allá de las ensoñaciones y sentimientos primarios alimentados desde los políticos independentistas. Que no les gane la melancolía de un mundo que no fue como les han hecho percibir interesadamente.