Francisco Garrido. A partir de ahora todo el que oponga una resistencia pasiva y pacifica ante la policía será juzgado por la desobediencia y por la violencia que la policía utilice.De tal manera que si alguien muere como producto de esa violencia policial tal muerte no sera un homicidio sino un suicidio. Estos tres casos prácticos ejemplares no son sino una aplicación de las consecuencias de la doctrina Llarena sobre la violencia policial en el 1-O en Cataluña.
I.
Stop Desahucio organiza la oposición no violenta a un desahucio e impiden la acción de una comisión judicial. La policía carga contra las personas que se oponen al desahucio. Ergo, los coordinadores de Stop Desahucio deberán ser procesado no slo por desobediencia a la autoridad y otros delitos menores si no tambien por rebelión.
II.
Un piquete sindical en una huelga es disuelto por la policía. Hay heridos entre los sindicalistas, son detenidos, se les imputa por desobediencia a la autoridad ( a la policía) . coacciones (a los trabajadores que informan) y agresiones a sindicalistas (ellos mismos, por haber provocado con su acción ilegal la necesaria, y violenta, actuación policial)II
Iii.
Un grupo de individuos atracan un banco. Los guardias de seguridad abren fuego contra ellos. Hay varios heridos graves entre los atracadores, finalmente son detenidos. Se les imputa por delito de robo con arma de fuego y por las heridas que les han causado los vigilantes de seguridad y que ellos han inducido con su acción ilegal.
Como ven una mezcla diabólica entre el Santo Oficio y Orwell. Toda la carga de negatividad del castigo es también imputada a la víctima. Entre la «autocondena al infierno» inquisitorial y la «autosanción» del Big Brother.