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LA GRIPE PORCINA Y LOS XENOTRANSPLANTES : INQUIETANTES HIPÓTESIS

XENOTRANSPLANTES Y CHAPUZAS

(El «marro» de Novartis)
Informes falsificados, incompetencia, la posible introducción del virus del SIDA y de otras nuevas epidemias y sin una sola historia que acabe bien. Todos estos hechos están detrás de los intentos de transplantar los órganos de una especie a otra distinta y aún así las empresas de biotecnología, cegadas por el dinero, continúan sus experimentos. Alix Fano se pregunta si alguna vez llegarán a captar el aviso. Novartis es una de las empresas cuyas investigaciones han causado un notable escándalo en Inglaterra.
El día 21 de septiembre de 2.000, en el diario The Daily Express, se publicó una noticia explosiva que sorprendió al público británico y pilló desprevenida a la mayor parte de la industria de la ingenieria genética. El artículo estaba basado en una filtración de informes internos en los que se describían los experimentos de xenotransplantes en primates superiores, incluyendo monos cercopitécidos y papiones (o babuinos) capturados en su hábitat natural, realizados por encargo de Imutran, empresa subsidiaria británica de Novartis; Imutran contrató al laboratorio de investigación de biología de Huntingdon, cerca de Cambridge, para que llevase a cabo estos polémicos experimentos.
En la actualidad, aunque muchas personas sepan que se realizan experimentos de xenotransplantes (transplantes de órganos, tejidos y células entre diferentes especies), muy pocas conocen o son conscientes de los horrores que, en nombre de la ciencia, tuvieron lugar en Huntongdon. El artículo, además de resaltar los extraordinarios niveles de sufrimiento de los animales en el laboratorio, reveló importantes fallos técnicos en los experimentos que se realizaron, a pesar de las protestas inmediatas de Imutran y Novartis. El periódico pudo informar acerca de estos fallos gracias al informa de 150 páginas Diaries of Despair («Diarios de la desesperación: la historia secreta de los experimentos de transplante de órganos de los cerdos a los primates»), realizado por el grupo de activistas británicos Uncaged Campaigns; este informe estaba basado en unos extensos documentos filtrados a partir de una fuente anónima. Imutran ha tomado medidas legales para evitar que Uncaged pueda difundir este informe [Ver informe]. Habrá un juicio, que ha sido fijado para finales de noviembre.
Estos experimentos han evidenciado una incompetencia enorme: el informe reveló por lo menos 520 errores y omisiones en la realización de los ensayos, como descuidos en anotar el peso de los órganos, utilización de productos veterinarios sin etiqueta ni dosificación, cirugía inadecuada, sobredosis en medicamente, reutilización ilegal de los animales, informes deficientes de patologías, una congelación accidental de un riñón durante un transplante y un trozo de algodón que se dejó olvidado dentro del cuerpo de un primate y que le provocó la muerte… En uno de los experimentos realizados, siete papiones fueron reutilizados, ap pesar de la prohibición de no poder realizar experimentos con ellos, «por ser positivos para el herpes B», un virus que resulta letal para los humanos.
EL ASALTO DE VIRUS ANIMALES
¿Ha sido solamente pura incompetencia o aquí ha existido una implicación todavía más grave? Los informes demostraron que, después de cinco años de investigaciones, Imutran mejoró desde dos a tan sólo cuatro semanas, el tiempo medio de supervivencia de los monos transplantados con riñones de cerdo. Según estos documentos, los niveles de éxito para los xenotransplantes de corazón fueron todavía más modestos, de sólo 11 días más de supervivencia. Como consecuencia de estas estadísticas, en abril de 2.000, Novartis estableció un tiempo límite de 18 meses para alcanzar una mejora de la supervivencia más sustancial. Uncaged Campaigns causa a Imutran/Novartis de exagerar a su favor los éxitos de sus transplantes de cerdos a primates en sus artículos publicados, al escoger selectivamente sus datos «mejores», y al mismo tiempo ignorar los tiempos medios de supervivencia y el estado de salud del conjunto de los primates receptores de los transplantes. El «éxito» de los transplantes de los cerdos a los primates de Imutran debería representarse a partir de este punto, tomando en consideración la situación más completa basada en los documentos filtrados.
Lo que resulta más importante de todo esto es que la investigacuón fue llevada a cabo en un campo que resulta extremadamente peligroso. En esta ocasión operó un laboratorio autorizado por el gobierno, financiado por una empresa multinacional y que al parecer exageró sus éxitos en una rama de la ciencia que tendrá importantísimas repercusiones para la Humanidad. ¿Estaban Imutran y Novartis realmente preparadas para llevar a cabo las chapuzas y las investigaciones aparentemente engañosas de los transplantes de cerdos a primates, como paso previo de los transplantes de cerdos a humanos, simplemente para cumplir con los plazos fijados?
Las implicaciones resultan muy inquietantes, especialmente teniendo en cuenta que los xenotransplantes siempre han tenido unos resultados nefastos. Desde el año 1.905, 82 humanos han recibido transplantes de órganos enteros de diferentes especies, como chimpancés, papiones, cerdos, cabras y otros animales y todas esas personas murieron a causa de las infecciones y complicaciones relacionadas con el rechazo hiperagudo, a los pocos días de haberse realizado la intervención quirúrgica. El problema de los xenotransplantes es que se desconoce lo que puede conllevar cada órgano.
En 1.918, la epidemia de gripe porcina mató de 20 a 40 millones de personas en todo el mundo. En 1.998 y 1.999, el nuevo virus «Nipah», causante de la encefalitis de Malasia y que tiene su origen en los murciélagos frugívoros, saltó de los cerdos a los humanos e infectó a 269 personas, de las que 117 murieron y fue preciso sacrificar masivamente a un millón de cerdos. Este virus, que causó daños en el cerebro de docenas de víctimas, ha vuelto a aparecer este año en algunos pueblos de Malasia. En el mes de mayo de 2.000, un granjero británicofalleció después de contraer una rara enfermedad de los cerdos llamada Streptococcus suis, que se contagia por inhalación, a partir de las vías respiratorias de los cerdos. En 1.999, una investigación realizada por científicos británicos descubrió que los retrovirus que causan el cáncer son transmitidos en la naturaleza, de forma mucho más fácil y frecuente entre las diferentes especies de lo que se había creido hasta entonces, lo que añadió una mayor preocupación con relación a los xenotransplantes de órganos de cerdos a seres humanos. En septiembre de 2.000, se realizó una reunión de científicos en la Royal Society de Londres, para determinar si las vacunas contra la polio, realizadas con riñones de chimpancés y contaminadas con la variedad del VIH de los primates, podrían haber ocasionado la epidemia del virus del sida que ha infectado a 53 millones de personas en el mundo, la mayoría de ellas en África. Si se comprueba que esta teoría es cierta, aumentarán las preocupaciones de que un microbio de otra especie potencialmente letal sea introducido accidentalmente entre la población humana por la vía de los xenotransplantes.
CONSTRUYENDO DISPARATES
A pesar del peligro de los xenotransplantes, los científicos no van a abandonar esta vía de los xenotransplantes. Para ellos, los cerdos constituyen una fuente muy valiosa porque se reproducen rápidamente, están siendo criados en todo el mundo y poseen unos órganos que resultan «de un tamaño bastante similar» a los nuestros. En la actualidad, las empresas multinacionales de biotecnología afirman haber conseguido cerdos «libres de gérmenes» con genes humanos y cuyos órganos tienen menos posibilidades de ser rechazados por el cuerpo humano. Muy pronto en las granjas se podrían criar estos cerdos clonados «humanizados» como fábricas de órganos vivos para la ingeniería genética y así poder satisfacer la creciente demanda en el mundo de recambio de órganos.
En todo esto hay muchísimo dinero en juego. De acuerdo con United Network for Organ Sharing, una organización paragubernamental que coordina las donaciones de los tejidos y los órganos humanos en los EE.UU., aproximadamente 4.000 estadounidenses mueren cada año esperando órganos para su transplante. Comparando esta cifra con el número de norteamericanos que cada año mueren de ataques de corazón (726.974), cáncer (539.577), neumonía y gripe (86.449), SIDA (16.516) y por suicidio (30.535), este número puede parecer poco alto. Pero con más de 60.000 estadounidenses en las listas de espera de los transplantes (180.000 en todo el mundo), se ha extendido la conciencia de una escasez crónica de órganos y tejidos humanos; de esta forma, la carrera para sacar tajada en este negocio ya ha empezado, ya que el mercado potencial de los órganos de cerdo y de los medicamentos carísimos para evitar el rechazo movería unas cantidades muy elevadas, en torno a los 6.000-10.000 millones de dólares anuales.
En agosto de 2.000 los científicos de Bio Transplant, una empresa especializada en xenotransplantes que colabora en el Hospital General de Massachusetts, anunció que habían conseguido una línea de cerdos miniatura que podrían proporcionar una «fuente más segura de células, tejidos y órganos para xenotransplantes», y que supuestamente no transmitirían virus potencialmente peligrosos para las células humanas (el día 8 de octubre de 2.000 la edición británica del diario Sunday Times anunció que Bio Transplant había remitido una solicitud a la Oficina de Patentes Europea para registrar un «embrión híbrido cerdo-humano», para utilizarlo en unas aplicaciones que la empresa no había especificado todavía). Los investigadores de Bio Transplant teorizan sobre las posibilidades de que, en el curso de varias generaciones de estas nuevas líneas creadas, los virus se podrían debilitar y disminuiría su capacidad para infectar.
Los retrovirus porcinos endógenos (PERVs) constituyen una familia de virus parecidos a los del SIDA, que son inofensivos para sus huéspedes habituales, pero que resultan potencialmente letales al ser transferidos a otras especies y que además se incorporan de forma permanente en el genoma del cerdo. Se ha estimado que un animal puede contener centenares de retrovirus endógenos diferentes. Bio Transplant admite que sus mini cerdos podrían continuar conteniendo PERVs en su ADN y, por lo tanto, en cada uno de sus órganos, tejidos y células destinados a los transplantes.
TEMORES POR LAS MUTACIONES
Algunos especialistas en virología como Dominic Borie y Robis Weiss han advertido que los retrovirus endógenos de los cerdos podrían recombinarse con los virus humanos y/o mutar a unas formas más infecciosas después del transplante. Los PERVs normalmente no infectan a los linfocitos de la sangre, ya que prefieren establecerse en los tejidos epiteliales que recubren el interior y el exterior de los órganos. Tan sólo las biopsias de estos tejidos podrían identificar la presencia de los virus porcinos. El cytomegalovirus del papión ha sido detectado recientemente en la muestras que se guardaban de los tejidos del receptor de un transplante de hígado de papión y que falleció en 1.992, poco después del xenotransplante.
En un análisis de sangre sólo se detecta una infección activa; pero existen muchas infecciones (como por ejemplo el sida o la enfermedad de las «vacas locas») que pueden permanecer latentes en el cuerpo durante años antes de manifestarse. Debido a esto, un análisis de sangre que no detecte PERVs en la sangre de un paciente, en un momento dado, no excluye que el paciente pueda ser portador del virus. Además, la mayor parte de las investigaciones en pacientes de xenotransplantes han sido retrospectivas, lo que significa que la sangre de los pacientes desde el momento en que empezó el tratamiento no fue analizada periódicamente para detectar PERVs, tal como se debería haber hecho en una investigación más rigurosa. A la mayor parte de las investigaciones también les ha faltado un grupo de control que recibiera un transplante placebo. Peter Collignon, especialista en enfermedades infecciosas en el Hospital de Canberra en Australia, señala que sin un grupo de control no existe ninguna posibilidad de establecer si el tratamiento realmente fnciona. Además, las investigaciones de xenoinjertos que se han realizado en los pacientes hasta la fecha no han establecido todavía la seguridad y eficacia de esta tecnología. Así, se puede casi afirmar que las pruebas han sido diseñadas para ocultar resultados desfavorables.
Otras muchas cuestiones y preocupaciones continúan sin resolverse y una de las más importantes es la de saber si los órganos de los animales pueden llegar a ser capaces de sustentar la vida de los seres humanos. Falta, por lo tanto, saber si los órganos de los cerdos continuarán creciendo a la «velocidad de crecimiento porcino», una vez hayan sido transplantados a los humanos y si los órganos xenotransplantados serán susceptibles a nuestras enfermedades y podrán llevar a cabo las funciones precisas para nuestra supervivencia. Por ejemplo, a los riñones de los cerdos les falta el mecanismo de los humanos que controla los niveles de medicinas, lo que podría ocasionar un impacto importante a un paciente xenotransplantado que precisara la toma de medicamentos. El riñón del cerdo no puede operar con los altos niveles de ácido úrico que se encuentran en la sangre humana, lo que podría conducir a la formación de piedras en el riñón o a una insuficiencia renal y también podría no responder normalmente a la hormona vasopresina que es liberada por el cerebro humano. Estas diferencias podrían afectar a la presión de la sangre, al balance de los fluidos y a la hidratación corporal. Los glóbulos rojos de la sangre humana son mayores que los de los cerdos y existen incompatibilidades en los mecanismos de coagulación, por lo que en un órgano de cerdo transplantado podrían producirse coagulaciones, una disfunción del órgano y la muerte, que podría ser provocada por los taponamientos de los capilares sanguíneos más estrechos. El corazón de un cerdo normalmente bombea una menor cantidad de sangre por minuto que la requerida por una persona, debido a su postura horizontal; y, si la cantidad de sangre bombeada es demasiado baja, podría producirse una disfunción múltiple de los órganos y la muerte.
En 1.999, en un artículo de la revista Transplantation Proceedings (Vol. 31: 905-908), M. E. Breimer describe las incompatibilidades fisiológicas entre los humanos y los cerdos, incluyendo las diferencias anatómicas, fisiológicas (relativas a la regulación de la circulación de la sangre y a los sistemas hormonales), inmunológicas, en los sistemas de coagulacion, farmacológicas y metabólicas. A pesar de todas estas dificultades aparentemente irresolubles, las investigaciones médicas centradas en los cerdos continúan sin desafallecer.
Las expectativas de comercializar con los transplantes entre especies diferentes han originado en las empresas multinacionales farmacéuticas y biotecnológicas unos incentivos económicos extraordinarios. ovartis (que también fabrica Ciclosporina, el medicamento más vendido como fármaco para evitar los rechazos), Baxter Health Care y sus muchas compañías filiales que dominan este campo han invertido en investigación más de 100 millones de dólares. Estas enormes inversiones de capital han propiciado los convenios de investigación entre las diferentes empresas farmacéuticas y los centros médicos, en un intento de compartir los riesgos y los costes.
Novartis también financia las investigaciones sobre xenotransplantes en diferentes centros médicos de Canadá y Europa, con el fin de ahorrar en costes de laboratorio y de investigación. Novartis está financiando en la Universidad Estatal de Ohio (Columbus), de Pennsylvania (Filadelfia), de Wisconsin (Madison), la Universidad de Stanford y el Hospital General de Massachussets, en EE.UU., y en las univerdidades de Western Onario, Toronto y Guelph en Canadá.
La Clínica Mayo de Rochester, en Minnesota, inició un importante programa de xenotransplantes y cría de cerdos durante el año 2.000 y estableció un convenio con Baxter Health Care/Nextran, una empresa de biotecnología de New Jersey para producir cerdos transgénicos, cuyos órganos serían menos propensos al rechazo. Christopher McGregor, director de la sección de transplantes cardiotorácicos de la Clínica Mayo, ha rehusado aclarar cuánto dinero recibió la Clínica Mayo de la empresa Baxter.
A pesar de estos convenios de colaboración, existe una lucha despiadada entre cada empresa individual o centro médico para ser los primeros en tener éxito en transplantar los órganos de los cerdos a humanos, guiados por el deseo de alcanzar sustanciosos resultados económicos, ganar publicidad y apaciguar a los ansioso inversores.
Alexion Pharmaceuticals de New Haven, en Connecticut, está desarrollando fármacos más potentes para inhibir el sistema inmunológico. PPL Therapeutics, asociado con el Instituto Roslin, de Escocia (famoso por haber clonado a la oveja Dolly y por haber solicitado una patente mundial para clonar a todas las especies de animales, incluyendo a los humanos), está intentando criar cerdos transgénicos cuyos órganos no provocarían un rechazo hiperagudo cuando fuesen transplantados a los humanos, debido a la carencia de un azúcar específico, llamado alfa-galactosidasa. En marzo de 2.000, PPL anunció que habían conseguido clonar una camada de cinco cerdas usando una técnica de transferencia doble de núcleo.
En el pasado mes de mayo, en la cadena BBC News On Line se anunció que la empresa PPL estaba teniendo problemas en la producción de los cerdos clonados, debido a que ninguno de los embriones modificados genéticamente había sobrevivido a sus madres portadoras. PPL reconoce un 50% de mortalidad en sus animales clonados. Los animales clonados son normalmente más débiles que sus homólogos criados tradicionalmente y tienen propensión a manifestar anormalidades congénitas, disfunciones orgánicas crónicas, envejecimiento prematuro (debido a los cambios en la estructura de sus cromosomas), tasas más altas de mortalidad infantil y juvenil, y cáncer (véase el libro Beyond Evolution de Michael W. Fox, publicado en 1.999 por Ed. Lyons Press). Además, los cerdos clonados tampoco podrán desembarazarse de los numerosos virus, bacterias y parásitos que llevan consigo y que pueden provocar numerosas infecciones en los humanos.
El Programa de Tecnología Avanzada del Departamento de Comercio, establecido bajo la Administración Bush, ha concedido subvenciones multimillonarias a grandes empresas como Alexion Pharmaceuticals, Organogenesis Inc y también a PPL para sus proyectos de clonación de cerdos. B. Cosini, un investigador del Hospital General de Massachusetts de Boston, recibió más de 15 millones de dólares del Instituto Nacional de la Salud (National Institutes of Health, NIH), entre 1.992 y 2.000, para estudiar la respuesta inmunológica producida a partir de los rechazos de los xenoinjertos de cerdos a papiones. En 1.997, el NIH publicó un concurso a través de internet en el que se convocaba a los investigadores estadounidenses y extranjeros para «la mejora de las tácnicas para transplantar órganos y tejidos, saltándose las barreras entre especies (xenotransplantes)». El NIH, en su página web, promociona los xenotransplantes incluso en los artículos dedicados a los niños, bajo el disfraz de «educación científica».
UN MERCADO DE MILLONES DE DÓLARES
Sin embargo, no todas las compañías de los EE.UU. mantienen su entusiasmo en los xenotransplantes. Por su parte, en abril de 2.000, la FDA de EE.UU. hizo suspender los experimentos de xenoinjertos de células, en que células del cerebro de los fetos de los cerdos eran transplantadas en los cerebros de pacientes con lesiones cerebrales.
En un encuentro celebrado en enero de 2.000, el doctor Phil Noguchi, director del Departamento de Terapias Celulares y Genéticas de la FDA de los EE.UU., reconoció que los xenotransplantes estaban «cargados de peligros». Los documentos de la FDA han constatado públicamente que «los xenotransplantes pueden facilitar la transmisión de gérmenes, tanto conocidos como desconocidos, a los seres humanos».
Continuamente se están descubriendo nuevos virus porcinos, como «Nipah» y nuevas cadenas de PERVs. Un virus porcino, contraído a través de un xenotransplante, podría expandirse a otras personas sin ser detectado en un principio y causar una epidemia como la del SIDA.
En la actualidad, en los EE.UU. existen 12 pruebas diferentes de xenotransplantes clínicos autorizados por la FDA. En la práctica, en todos los casos son financiadas por la industria y en ellas se utilizan células de cerdo para tratar la diabetes y algunas enfermedades neurológicas e hígados enteros de cerdo para «filtrar» la sangre de los pacientes con insuficiencia hepática aguda. La FDA (que también ha autorizado la venta de alimentos modificados genéticamente sin etiquetado y sin haberse probado) se ha negado a decretar una moratoria, aunque fuese temporal, sobre estas pruebas alegando que controlará atentamente a los pacientes para garantizar la seguridad de la salud pública. Esto ya ocurió hace 20 años, cuando, en la década de los 80, la FDA permitió que millares de personas recibieran sangre y derivados de sangre contaminados, que causaron millares de casos de infecciones de VIH y la muerte de más de 10.000 personas hemofílicas. Sin lugar a dudas, los gobiernos, en el debate sobre los xenotransplantes, han preferido ignorar el Principio de Precaución. También han ignorado completamente las alternativas a los xenotransplantes, como la prevención de la enfermedad, la utilización de tejidos humanos para los transplantes y la realización de campañas para aumentar las donaciones de órganos. En los EE.UU. cada día más de 6.000 cadáveres con todos sus órganos son enterrados o incinerados. Esto representa dos millones cada año, una cantidad muy superior al número total de órganos requeridos para todos los tipos de transplantes. En 1.998, el Departamento General de Cuentas constató que en los EE.UU. se recupera un porcentaje muy pequeño de órganos para los transplantes. Muchas naciones, como Holanda, Austria, España, Bélgica y Singapur, han visto cómo el número de donaciones de órganos se elevaba como consecuencia de las leyes que favorecen «el consentimiento presunto de los donantes», en el que se asume que los ciudadanos donarán sus órganos después de su muerte, a menos que «opten por lo contrario». Aunque una mayoria (un 85%) de los ciudadanos de EE.UU. están a favor de la donación de los órganos, todavía no se ha considerado viable una ley de este tipo.
Mientras tanto, en plena efervescencia del escándalo Huntingdon, en el día 22 de septiembre de 2.000, la organización Uncaged Campaigns realizó un manifiesto para que se realizara una encuesta judicial independiente sobre las informaciones contenidas en los documentos filtrados, así como una moratoria sobre las investigaciones de xenotransplantes en los animales del Reino Unido. El día 26 de septiembre de 2.000, Novartis anunció que cancelaría definitivamente las investigaciones de Imutran. De todas formas, el anuncio añadió que Novartis estaba en proceso de fusionarse con la empresa Bio Transplant con sede en los EE.UU., quizás con la esperanza de dejar el escándalo atrás y de transferir sus investigaciones a los EE.UU., un país con una normativa mucho más laxa en materia de bienestar animal y en las regulaciones biotecnológicas. Novartis, que ha estado colaborando con Bio Transplant para criar líneas de cerdos con genes humanos, sería la propietaria de un 67% de la nueva empresa y tendría el control de los derechos de comercialización y de la investigación de esta nueva empresa. Como contrapartida, Bio Transplant recibiría ingresos, como royalties, en las ventas de Novartis. ElliotLebowitz, director ejecutivo de Bio Transplant, manifestó que la comercialización de los xenotransplantes podría generar 100 millones de dólares de ingresos anuales para su compañía.El trabajo continúa…
Alix Fano es la directora técnica de la Campaña para los Transplantes Responsables (CRT) y autora de un capítulo sobre xenotransplantes en su libro Redidigning Life? The Worldwide Challenge to Genetic Engineering (¿Rediseñando la vida? El desafío mundial a la ingeniería genética», de la Editorial Zed, de febrero de 2.001). CRT está formado por una agrupación internacional de médicos, científicos y 90 grupos de interés público que están promoviendo una moratoria sobre los xenotransplantes y realizando manifiestos para unas alternativas más seguras, más efectivas y más humanas.
Para saber más se puede visitar la página web www.crt-online.org y también se puede participar firmando peticiones de adhesión online. www.xenotransplantation.org.uk
Artículo extraído de:The Ecologist (para España y Latinoamérica), nº 7, octubre-noviembre-diciembre 2.001, págs 17-20

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