Ayer enterramos al padre de un hermano andaluz al que quiero y admiro. Me acerqué a su familia en el durísimo trámite existencial del pésame. Lo tomé las manos. Le miré los ojos. Y nos unió la misma gravedad que impide la hecatombe del Universo. Me sentí suyo. Dentro. A él le encanta mirar el cielo. El DNI de las utopías. Y lo conoce mejor que su mano derecha. Él me enseñó a distinguir a Sirio entre millones de estrellas; que la Polar es la única que permanece inmóvil a nuestros ojos porque es el eje del firmamento que se mueve; y que muchas de esas estrellas son en verdad planetas sin luz propia que reflejan la que toman prestada.
Otro hermano común, musulmán, se echó el féretro a los hombros y entró en la Iglesia, desmontando con su amor y su presencia los millones de prejuicios que nos solemos arrojar a diario a la cara. Antes de la ceremonia me habló del editorial de Paralelo 36 sobre el aborto. De algunos comentarios escritos por otros hermanos. Y le dí la razón y un abrazo.
El padre de mi hermano andaluz murió el mismo día que miles de jornaleros del SAT se manifestaban en Palma del Río. Yo los vi cruzar las calles de mi pueblo, unos andando y otros en una caravana infinita de coches, con banderas andaluzas y puños al aire. Son los damnificados por la inexistente reforma agraria en Andalucía, por la pésima gestión de los cultivos de frutas y hortalizas en la Vega del Guadalquivir, por el infame reparto de los cupos, por la desidia e incompetencia del gobierno andaluz que permite sembrar lo que después no se puede recoger.
A los tres les quiero dar las gracias por iluminarme. Yo apenas soy un miserable planeta, sin luz propia, cansado de orbitar en balde en torno a un mismo sol, Andalucía, que se apaga de amor. Incompresiblemente, de amor. Todos la quieren y por eso todos emprenden una misma batalla por separado para defenderla. Y así, con suerte, nos matamos unos a otros.
Las acciones y editoriales de P36 no son dogmas de fe sino proyectos de pensamiento, libres, abiertos, que nacen desde la diversidad de quien los redacta, de quien los lee, de quien los comenta. Yo mismo no comparto algunos postulados igual que comparto otros. Paralelo 36 Andalucía es un orden caótico, una estructura sin estructura, un espacio dúctil que se alimenta del respeto a la diferencia. De ahí que su principal combustible sea la diferencia. Sin ella, hay monolitismo. Se equivoca quien contrapone la diversidad a la globalización. Lo pangeico termina siendo uniforme. Ser universal no significa ser de ninguna parte. Más bien, todo lo contrario. Por eso me emociona escuchar el universalista y libertario Himno de Andalucía.
Desde aquí os pido por favor que mandéis los prejuicios a las afueras, que dejemos de mirar permanentemente lo que nos falta, y opinemos y actuemos y ayudemos a construir con nuestras manos y nuestras lenguas un espacio de encuentro donde nos una el respeto a la diferencia. Basta ya de echar en falta lo que ya existe. Entra en esta casa y opina libremente en contra de lo que opinen otros. Porque así no derribamos muros sino que apilamos ladrillos encima.
Paralelo 36 Andalucía carece de financiación ajena. No pedimos subvenciones por definición. Todo lo hacemos con nuestras propias manos. Y nuestro bolsillo. Creemos en el concepto del espacio inclusivo. Todos los que estamos dentro de P36 lo hacemos a título personal. Y nuestra única ambición es crear un planeta común que brille con vuestras luces. La del padre de mi hermano que se nos fue, todavía brilla en los ojos de su hijo. Como la luz del abrazo de mi hermano musulmán en una Iglesia católica. Como los puños y las banderas de mis hermanos jornaleros andaluces. Yo me adhiero a las causas y no miro el color de las manos ni de los ojos ni del partido que las defiende. En eso consistía la Junta Liberalista de Andalucía. En eso creo. Y por eso estoy aquí.
estoy completamente de acuerdo contigo y me encanta la forma en la que redactas tus pensamientos,. Soy una andaluza y andalucista de corazón que he sentido el calor de la lucha en contra de la situación que se vive en el campo andaluz estos últimos días en Palma del río.
Enhorabuena por este artículo. Me lo ha enviado mi entrañable amigo José Enrique y me ha supuesto un baño más de emoción porque, dentro de ese universo cosmogónico andaluz, existen los que se mueven en los parámetros de los sentires -«tiene el corazón razones…»- con preeminencia sobre el resto, no desdeñable y necesario, entre los que me encuentro. Su lectura me ha evocado mis primeros pasos, allá por los inicios de los 70, en Solidaridad Andaluza, dentro de coordenadas similares a las del artículo de Antonio Manuel.
Desde la capital del Reino de Granada, mi abrazo solidario
Genial.