En la Huelga General convocada ayer 14 de Noviembre, como en todas las anteriores, uno de los elementos que siempre contribuyen a valorar más el fracaso o éxito de la misma es el seguimiento de la misma en el pequeño comercio, sobre todo de las barriadas donde los piquetes no actúan. Para los ciudadanos y vecinos el comprobar como la inmensa mayoría del pequeño comercio, tiendas de comestibles, ferreterías, bares, etc. permanecen abiertos sin ningún signo que lo distinga de otro día cualquiera, supone para ellos que la huelga ha fracasado en lo cotidiano, que solo en los polígonos industriales o en el centro ha podido haber un seguimiento de la Huelga más amplio. Creo que no les falta razón pues uno de los medidores del fracaso o éxito de cualquier convocatoria y mas si es como esta la de una Huelga General con un gran componente social y político, es comprobar como lo cotidiano se trastoca y discurre de manera distinta. Así como un domingo o festivo comprueban que los comercios tradicionales de sus barrios se encuentran cerrados en su mayoría y esa circunstancia les da la medida de que es un día distinto, el ver que en una convocatoria de Huelga General, algo que con su propio nombre e intención indica, debe paralizar toda actividad económica por modesta que esta sea, si este día no altera las pautas cotidianas les hace dudar con razón del éxito de la convocatoria, mas aun cuando los niveles de paro que alcanzan en los barrios de Sevilla son tan elevados que pocos son los trabajadores de la Industria o de los servicios que pueden optar por secundar la Huelga. Cuestión distinta es el de los Colegios e Institutos donde el seguimiento de la Huelga por parte de los profesores y maestros, sobre todo en la infantil y primaria puede alterar la rutina diaria de los padres y madres, pero eso si ha sido seguida ampliamente por los enseñantes, si no, evidentemente, tampoco.
Pero volviendo al pequeño comercio y al sector de la hostelería en nuestros barrios y su no seguimiento de la Huelga salvo muy contadas y honrosas excepciones. Hay que ser rigurosos y analizar el porqué no se suman debiendo hacerlo como seria lógico, pues van en el mismo barco que el de sus convecinos, ya que tanto les afecta la crisis a ellos como al resto de los ciudadanos. En mi opinión se debe realizar un esfuerzo en atraerlos a la causa de los trabajadores, que a fin de cuentas ellos también lo son. Se les debe implicar en todas las movilizaciones de carácter socio político de manera más eficaz. No basta realizar convocatorias desde la Cumbre Social contra la policía del Gobierno dando por sentado de manera retorica que se sienten implicados en la misma. Se debe realizar una continuada política de acercamiento, explicación e implicación del pequeño comercio y autónomos en todas las movilizaciones incluidas la Huelgas Generales. Si esto se consiguiera lograríamos un éxito de carácter histórico, ya que en la medida de que los pequeños comercios, ese tejido productivo que hay en nuestros barrios y que dan servicio a los ciudadanos, a sus propio convecinos, que sufren con la misma gravedad la crisis, con los recortes de derechos sociales y aumento de paro y que luego lo perciben , como no puede ser de otra manera, en la disminución de ventas en sus negocios y en el malestar por la subida de sus costes de mantenimiento de los mismos.
Los tenemos que poner de nuestro lado, que se manifiesten solidariamente e interesadamente a fin de cuentas, junto al resto de trabajadores. Que se sientan victimas claramente de una política que va a acabar con todo menos con las grandes superficies y que luchen coco a codo con los parados, con los trabajadores activos de la industria y de los servicios, que son vecinos suyos y potenciales comparadores y usuarios que les va a permitir vivir dignamente de se negocio, de su trabajo. No es comprensible ni justo que la derecha encuentre en muchas ocasiones la complicidad del pequeño comercio y de los autónomos, cuando no la comprensión, de que una Huelga General solo sirve para que los Sindicatos midan sus fuerzas en la confrontación política del gobierno de turno.
En ese amplio epígrafe de PUEBLO TRABAJADOR se tienen que sentir implicados y luchar codo con codo en los presupuestos de la izquierda política y del sindicalismo y las organizaciones sociales progresistas en la salida de la crisis y en el cambio de orientación del modelo que estamos sufriendo la inmensa mayoría de los ciudadanos sin distinción. Si no a lo peor serán objeto de atención por otros mensajeros políticos de la extrema derecha que culpabilizan de la crisis a los propios sectores que la sufren haciéndoles creer que otra política con más “autoridad” podría resolver sus problemas.