Hay problemas y problemas importantes: el precio de los productos agrícolas es uno de estos últimos. En el informe de la FAO de agosto del 2012 advierte de un repunte de estos en el mes de julio de hasta un 6 % más que en el mes de junio de este mismo año. El precio de los cereales ha subido un 17% con relación al mes de junio y se ha situado a solo 14 puntos sobre su record histórico en el año 2008.Este aumento del precio del los cereales se debe a las desfavorables condiciones climáticas de la producción de maíz en USA (causada por la sequía y las altas temperaturas) y al incremento de la demanda de cereales como pienso vacuno en Rusia. Por otro lado el `precio del azúcar ha sufrido también una considerable alza en los últimos meses (un 12% más de Junio a julio) motivado por las lluvias torrenciales en Brasil, uno de los mayores productores del mundo.
El problema del incremento de los precios de los productos agropecuarios no sólo amenaza la seguridad alimentaria mundial, y en especial a las poblaciones más pobres, sino que también es un importante factor de inestabilidad económica. Este incremento esta causado por tres factores como son el cambio climático, la pérdida progresiva de productividad de las tierras y el aumento de la demanda mundial de productos alimentarios. Los tres factores tienen una misma raíz ecológica y colisionan con la escases de materias primas abióticas (minerales) y energéticas (petróleo, gas, uranio, carbón) en la generación de la crisis sistémica metabólica que padecemos.
Las reservas de fosfato, de las que depende como fertilizantes gran parte de la agricultura mundial (Brasil y Estados Unidos), está concentrada en más de un 80% en territorio Marroquí. Para producir 130 toneladas de cereales es necesaria una tonelada de Fosfato. Este fertilizante mineral ni se genera ni se recicla y tiene un alto impacto edafológico y ecológico. Según los expertos para el 2050 se habrá superado el pico de la extracción de fosfato. La degradación de los suelos agrícolas por sobre explotación, contaminación química y erosión hace que cada día sea más necesario el uso intensivo de los fosfatos.
La agricultura ecológica, familiar, el comercio de cercanías y el cambio en los hábitos alimentarios y de consumo son la única salida.Contrasta observar la enorme preocupación que la opinión pública y los gobiernos occidentales muestran hacia la crisis bancaria y la insignificancia que otorgan a la crisis alimentaria en ciernes. Habrá que recordar que el dólar o el euro no se comen, pero los granos de maíz o el azúcar sí.
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