Hoy en PÚBLICO. El recuerdo de Garzón estuvo muy presente en el inicio de la exhumación.
A pie de fosa, Silvia Hidalgo escucha sin pestañear la lección de su profesor de Geografía e Historia, Leonardo Alanís, que ayer llevó a un grupo de 2º de Bachillerato al inicio de la exhumación de los restos de las conocidas como las 17 rosas andaluzas, en el cementerio de Gerena (Sevilla). “Eran de Guillena. Tenían entre 20 y 70 años. Las fusilaron sin más. Ahora estamos leyendo la tierra como si fuera un libro, capa a capa. Estamos recuperando la historia porque muchas personas aún hoy no han podido recoger sus restos”, les explica el arqueólogo Juan Luis Castro.
“¿Alguien había escuchado lo que les ocurrió a estas mujeres?”, preguntó el profesor. Silvia seguía enmudecida. Únicamente cuando el profesor les mostró un panel con las fotos y los nombres de las 17 fusiladas, en 1937, la joven, de ojos azules y voz tímida, se atrevió a decir: “Josefa Peinado era mi bisabuela”.
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