Francisco Garrido. Así llama, insulta, a Podemos el señor X del Heliópolis . No es el primero y quizás hasta tenga razón pero en un sentido muy distinto, el contrario, al que él pretende tener. Felipe González siempre ha sido un tipo con muy buen olfato político y una intuición descomunal. Ha visto venir de frente a un enemigo implacable y de una inteligencia estratégica desconocida en los últimos tiempos en la izquierda. Salen siempre solo a ganar, como él, pero a la derecha; no como el que se especializo en derrotar a la izquierda ¿cuál fue su gran victoria sino el referéndum OTAN? El sigue en ello, por eso ahora esta en el frente venezolano. Felipe los conoce y sabe que son gentes sin miedos ni ataduras del pasado , sin traumas , ni derrotas en la mochila, contemporáneos, como él pero al revés. Con esa izquierda que ya no se llama izquierda, el señor X sabe que no hay componendas posibles. Al fin y al cabo Felipe González que es sino un leninista de derechas y sin 3.0.
Ya no se trata de la izquierda moralista , que no moral, impotente, gestionada por profesionales de la política y del lamento; y que solo aspiraba a tener un lugar al sol en el juego neoliberal. A esa izquierda Felipe la despreciaba profundamente y solo le dedicaba algún exabrupto cada cuatro años. Solo Anguita, que también quería ganar, logro atraer su atención cuando dicho aquello tan infame de “Anguita y Aznar la misma mierda son”. Mucho antes que Blair, antes que el SPD o que incluso el PS francés; Felipe González sabia que la socialdemocracia y el Estado de bienestar estaban en fase de extinción. El invento del socialismo liberal es un invento suyo por el cual todavía cobra derechos de autor. Mejor que nadie sabe que un programa de recuperación de la socialdemocracia europea es hoy por hoy incompatible con la hegemonía neoliberal , es un programa revolucionario.
El leninismo es materialismo político puesto al servicio de la causa anticapitalista. Inteligencia política , ductilidad táctica y firmeza estratégica, en la voluntad de acabar con un sistema tan irracional como inmoral. Lenin fue un digno continuador práctico de la obra de ese científico social que fue Nicolas Maquiavelo. Gramsci, que siempre se declaro leninista, leyó con devoción los textos del florentino y de sus lecturas nos ha llegado unos textos no menos memorables.
Históricamente, solo las estrategias leninistas han conseguido derrotar al poder político del capital. Lenin aprendió la lección de la comuna de Paris, como ahora la izquierda debe aprender la lección de la derrota, no menos cruel, del socialismo real y el triunfo del proyecto neoliberal.
Yo fui de los que apoye el abandono de la expresión “marxismo-Leninismo” en el VII congreso del PCE, era una jaculatoria mas del santoral estalinista del Diamat, ya apestaba. Hice bien, creo, pero quizá son supimos ver que detrás de ese imprescindible abandono , avanzaba una implacable derrota. Hoy tras la caída de todos los muros, tras la pesadilla estalinista, el leninismo 3.0 es colocar la política en el de centro de la acción colectiva , ser astuto y económico, no confiar en ninguna victoria segura y recelar de la superioridad moral inútil; en fin es estar convencido que dios ayuda a los buenos cuando son más y más fuertes que los malos. Comprende lo que ya sus enemigos saben; el Estado es la máquina institucional más eficiente que hemos conocido, por eso no lo regalaremos; tener la bondad de Dios y la astucia del diablo.
Si, somos leninista 3.0 y por eso nos temes….