La batalla contra del islamismo es la segunda vuelta de la primavera árabe. La primera fue contra las dictaduras corruptas. La segunda seria, ya lo dijimos, contra el fundamentalismo islámico. Los jóvenes y las mujeres que hoy luchan contra los Hermanos Musulmanes en Egipto, están completando el ciclo democrático iniciado en Túnez.
El presidente islamista egipcio ha puesto en juego un texto constitucional totalitario, donde la democracia queda reducida a una mera fachada. Es el intento de trazar el perfil modélico de lo que sería una supuesta “democracia islámica”, una contraditio in terminis. O es democracia, o es islámica. No puede haber una democracia islámica, como no puede haber una democracia cristiana. Puede y debe haber islámicos y cristianos en el sistema democrático pero la democracia es incompatible con la teocracia.
Los islamista no han tenido nada que ver con las revueltas de la primavera árabe. Los Hermanos Musulmanes eran un aliado táctico de Mubarak, como Justica y Caridad lo es del monarca marroquí. Los islamistas son el verdadero enemigo de la izquierda y los movimientos sociales árabes, en especial del feminista. En estos mismo dias el movimiento obrero tunecino y los fundamentalistas libran duros enfrentamientos en Tunez. El fundamentalismo se mueve en los mismos territorios que la izquierda: las clases populares, los barrios pobres. Pero ellos están ahí de “quinta columna” de los ricos y poderosos.
la operación que el fascismo islámico ha intentado en Egipto puede ser derrotada por la movilización popular. A todos los progresistas del mundo les interesa que las sucias garras del oscurantismo teocrático salgan de las tierras árabes. La sombra de desesperanza que las victorias electorales de los islamistas habían arrojado sobre la primavera árabe, se están despejando hoy en las calles de El Cairo.
No es fácil el proceso de una Asamblea Constituyente; pero aunque sea duro y lleno de tensiones, siempre tendrá resultados más positivos que una FALSA TRANSICION «a la española»: con un jefe de estado por encima de la ley y generalísimo de las fuerzas armadas, como en el caso del juancarlos bourbon (¡hip!), cedida además su soberanía al estado extranjero Vaticano. En ese necesario esfuerzo hacia una Democracia, sin caudillismos ni «consenso» (concepto emanado del fundamentalismo católico) propios del FASCISMO RELIGIOSO, cuando un Pueblo adopta acuerdos sin fraudes, su recuperación económica y en todos los órdenes resulta prodigiosa. Al menos allí la gente sale a la calle a luchar contra la injusticia, no vegeta como en una solapada dictadura en medio del silencio atroz de la mayoría de los corderos, condicionados por la telepropaganda. No debemos olvidar que la utilización sectaria, exclusivista, de una cosmovisión o forma de entender la vida, al estilo de los salafistas y sus adláteres de un ala de los Hermanos Musulmanes, la cual quiere acaparar todo el poder, no sólo representa un peligro para la convivencia plural en Egipto, sino que puede resultar desestabilizadora fuera de sus fronteras.
Tratar de pescar en río revuelto estableciendo una FALSA DIALECTICA entre Islam frente a «movimientos sociales», «izquierda» o «feminismo» es querer, de modo maniqueo, olvidar intencionadamente que la laicidad no tiene que utilizarse como arma arrojadiza contra los musulmanes, porque no hay contradicción en tener una creencia personal o de grupo y defender la exclusividad de procedimientos civiles para la administración de un Estado, como sucede por ejemplo en Turquía. Se olvida asímismo que destacadas intelectuales feministas como Nawal Sa’adaui en Egipto son musulmanas, de la misma forma que activistas por la Democracia y el laicismo. Por desgracia, muchas veces se tiene el vicio de pedir sólo la justicia en casa ajena. Así demandamos autodeterminación para los saharauis y no para los catalanes. Exigimos feminismo para las moras pero vista gorda para las monjas. Clamamos por la Democracia en Egipto sin que nos parezca dolernos en exceso la araña negra que ha gangrenado todas las esferas del poder institucional local. Así al igual que en la era Bush rápidamente adjetivábamos a lo islámico de «terrorista» (no se vio tal celeridad al referirse al IRA, v.g., definirles de TERRORISTAS CATOLICOS), ahora a lo islámico -filosofía aplicable a más de mil quinientos millones de personas- le motejamos a la primera de cambio de «fascismo» sin empacho, desviando la mirada de el fenómeno religioso totalitario que tenemos en nuestro propio seno, EL FASCISMO CATOLICO del oPpu$-death, ejecutado de modo sectario y mafioso, herencia franquista monstruosa. Por no hablar de la irrupciones invasivas en espacios públicos de romerías, procesiones, tamborradas semanasanteras en plan «la calle es mía», estomagantes musiquitas cursis navideñas a todas horas, etc.
Esforcémonos por tanto en la lucha frente al oscurantismo teócratico odioso y fascista venga de donde venga. Mas para dar lecciones de moral, apliquémonos la medicina primero nosotros, que buena falta nos hace… Por eso ¿para cuándo un editorial también acerca de «LO QUE ESTA PASANDO EN ANDALUCIA»?
http://www.youtube.com/watch?v=W6t3iUnsqKk
http://www.youtube.com/watch?v=AzeeHbT5sNA
http://www.youtube.com/watch?v=DYL3xlmqiFM
http://www.youtube.com/watch?v=uGVbk7HrdhE