Francisco Garrido.
La construcción política de Europa está carcomida por dos potentes retrovirus: el estado-nación y el neoliberalismo. El primero, el estado-nación, destroza las conexiones entre los pueblos y los ciudadanos y ciudadanas europeos: impide el espacio geopolítico común. El segundo, el neoliberalismo, mina la cohesión interna: obstaculiza cualquier espacio social europeo. El neoliberalismo es usado para desmontar el estado social en el interior de los antiguos estados-nación. A su vez, el estado-nación, funciona como barrera de cualquier avance en la cohesión institucional y económica europea, aunque sea una cohesión neoliberal. Entre uno y otro, la unidad política se torna inviable, y lo que es aún peor, a ojos de muchos europeos y muchas europeas: cada día más indeseable.
Un ejemplo claro de esta dialéctica corrosiva es el diseño de la eurozona. En la tensión entre la negativa a ceder soberanía de los estados nacionales y los mitos neoliberales autoregulatorios; ha nacido un monstruo que parece diseñado por un imbécil y que nos está arrastrando a las puertas del abismo. Un Banco Central Europeo que emite moneda pero no puede dar crédito a los gobierno. Unos gobiernos nacionales que emiten deuda pero no pueden emitir moneda, ni recibir fondos del Banco Central. Este tampoco no puede planificar ni intervenir en la política económica, no puede editar eurobonos, salvo para imponer condiciones negativas y restrictivas (un banco policía). Las únicas preocupaciones macroeconómicas del BCE son la inflación y el déficit público. Lo demás, incluido el paro o el PIB, se la refanfinfla. La estupidez liberal de raíz anglosajona, y por tanto con fuerte dosis de pragmatismo adaptativo; esta siendo gobernada en Europa por la inflexibilidad dogmática de la derecha alemana. ¡Que dios nos coja confesados¡ Es como poner a un velocista a correr la maratón.
El resultado es que la nave europea camina a la deriva en medio de la “tormentas perfecta” de la gran crisis metabólica que padece el sistema mundo globalizado Cuando más falta nos hace Europa, a los europeos y a todos, es cuando tenemos menos y peor Europa. No habrá salida a la crisis europea sin dar un golpe fatal a la hegemonía del los estado-nación y desprogramar del “alma de las instituciones europeas” ese cuento de terror que es la ideología neoliberal. El problema no es Europa , sino la falta de Europa. Los euroescépticos mutaron en euroimbéciles , pues a por ellos, que no tengan donde esconderse. Nos va la vida, nos va Europa.
LOS PRIMEROS EUROIMBECILES CONOCIDOS: PROMETEO -ahora con el devastador fuego del neoliberalismo salvaje- Y PANDORA -la actual no cesa de colmarnos de «regalos» de los estados-nación que nos oprimen-… (ambos son ancestros de la Raza Humana, con una legión de borricos ansiosos por imitarles en todo el mundo)
http://www.youtube.com/watch?v=rDGubc39kw0&feature=related