Paralelo 36 Andalucia Espacio de pensamiento y acción política
Cuando Susana Díaz se puso en manos de un coach para aprender a hablar en público, dulcificar sus agresivos modos y templar su tono de voz, ésta pensó que una campaña de imagen sería suficiente para ser novedad. Se equivocó el coach, Susana Díaz y todos los que creyeron que, por fin, el socialismo andaluz había aprendido algo de los más de treinta años que lleva gobernando la comunidad autónoma, tiempo en el que han sido incapaces de crear un mínimo sistema productivo más allá del ladrillazo y el turismo agresivo con el litoral. Pensó Díaz, equivocadamente, que la comunicación política es efectiva para acabar con el hambre de la población.
Los acuerdos a los que ha llegado Díaz con los mismos empresarios que crearon la burbuja inmobiliaria es que “de ninguna manera” se aprobará el impuesto a las grandes superficies comerciales que reclama IU. Tampoco aumentará la presidenta de la Junta de Andalucía la “presión fiscal” que no es ni más ni menos que seguir cargando con el coste de la crisis a los trabajadores y pequeños empresarios andaluces. Díaz sigue pensando que la justicia fiscal contrae el consumo cuando el consumo está por los suelos no por la fiscalidad, sino por la caída de la burbuja crediticia y la incapacidad productiva de las economías española y andaluza.
La socialdemocracia ha decidido jugar el mismo partido de fútbol que la derecha neoliberal. En Andalucía, la Evita Perón del Sur pretende cuadrar las cuentas públicas a través del gasto y no teniendo en cuenta los ingresos. El coach de Díaz obvió decirle que la comunicación política no acaba con la injusticia social y que es imprescindible tener claro que la estructura fiscal española y andaluza recae sobre los asalariados mientras que los beneficios empresariales tributan menos que las rentas del trabajo y que gracias a instrumentos de ingeniería fiscal, como las SICAV, las grandes fortunas españolas pagan el 1% de sus beneficios.
Durante décadas, la socialdemocracia ha creído que el Estado del Bienestar era sostenible gracias a los impuestos derivados del consumo y rompieron el equilibrio fiscal por el que pagaba más quien más tenía o más ganaba. El cambio supuso que el grueso de los ingresos procediera de las clases asalariadas que, con sus impuestos, han financiado las subvenciones públicas a la banca y a las grandes empresas privadas. Comunismo de Estado para los ricos y neoliberalismo salvaje para los pobres.
“De ninguna manera” significa que Susana Díaz no tiene proyecto para Andalucía porque no ha entendido que es imposible mantener la estructura social con los ingresos derivados del consumo o que la fiscalidad no causa “presión”, sino justicia sin la cual no se mitiga la desigualdad ni se incide en ningún cambio de modelo productivo.
La ‘Operación Susana Díaz’ no estaba pensada para que el PSOE-A plantara la batalla al neoliberalismo de las élites del PSOE, sino que se pensó –a las pruebas me remito- en clave únicamente interna y como campo de batalla del poder que se está disputando en Ferraz. La convocatoria del Congreso Extraordinario del PSOE-A para noviembre está pensando para presionar a Rubalcaba y en clave electoral andaluza.
En la reunión con las empresas del IBEX andaluz, el pacto de Gobierno entre PSOE-IU ha entrado en coma irreversible. La campaña publicitaria que el departamento de la Presidencia de la Junta de Andalucía ha contratado con El País, a un precio poco austero, no es más que Susana Díaz ha venido a poner otra cara a la misma socialdemocracia que nos ha traído hasta aquí y que las elecciones autonómicas no tardarán mucho en convocarse, asesoramiento del coach mediante.
Con todos mis respetos, creo es un juicio muy severo y categorico, para tan poco tiempo de gobierno y gestion