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Los miedos del militante entretenido

alucina 7

 

Se metió en política para cambiar las cosas pero el asunto resulto más complicado de lo previsto. No quiso por dignidad convertirse en un profesional a sueldo en la gestión diferida de los sueños revolucionarios; era demasiado generoso como para acabar así. Se busco trabajo y familia pero ya sin darse cuenta se había socializado como un militante. La liturgia cotidiana de la organización se había convertido en su entretenimiento. Si, era eso de las reuniones semanales, las pequeñas conspiraciones, las votaciones ajustadas, las cervezas después de la asamblea, las eternas conversaciones telefónicas sobre los problemas que tiene Paquí con Antonio( o al revés), la reunión de distrito para que no gane el PP, las finanzas, la lotería de navidad, los carteles , las banderas , las campañas electorales   que no importan el resultado por que somos antisistema, los homenajes a klos camaradas caídos.

Disfrutaba en las manifestaciones rituales y cíclicas por el pueblo palestino, por el pueblo saharaui , las marchas contra las bases. Guardaba muy serio un minuto de silencio por cada muerte machista o laboral , cantaba la internacional o el himno de lugar con emoción , llevaba cachitas y lazos según la estación del año, las camisetas del Che para el verano y Cuba en el corazón Siempre había una comisión a mano o una plataforma contra la privatización dell cielo a la que acudir Y el primero de mayo pañuelo y clavel rojo con puño en alto escuchando a los burócratas sindicales simular radicalidad con voz una voz más enronquecida por los whiskies que por la lucha obrera.

Estaba orgulloso de costumbre tan poco higiénicas como no haberse cambiado nunca de chaqueta , ni haberse bajado jamás los pantalones. Era fiel a los símbolos y a la barra del bar de la agrupación. Lecturas las justitas como para confirmar que se seguía teniendo razón. Debate, muy poquitos, total; “si las coas estaban muy claras de siempre”. Tanto leer y debatir te podía hacer dudar y de la duda a la traición había un paso. Nunca entendía de que iban a dudar, quizás de su vida. Uno de los pocos objetivos políticos de su vida militante era distinguirse del PSOE, que era la bicha , mucho más que la derecha “porque a esto se les vía venir de frente” decía ufano .

Afirmaba , cada vez que podía, que le interesaba mucho la cultura, no como a esos borregos de sus vecinos, todo el día con el futbol y la televisión. Veía y escuchaba , no mucho, solo las películas y las canciones con contenido y su modernidad llegaba como mucho a Ismael Serrano . Recelaba de la ciencia por que estaba manipulada y le daba pábulo cualquier comspiranoico que encontraba por ahí. El mundo siempre iba a peor . cada día teníamos menos conciencia de clase y todo estaba más aburguesado era su imperturbable   diagnóstico de situación. No podía ocultar el placer que le ocasionaba comprobar que estaba entre los perdedores o en medio de las inmensas minorías Cualquier éxito, por pequeño que fuera, era sinónimo de traición

La política en realidad le importaba tres pitos, todo era identidad, símbolos, reuniones, rituales, entretenimiento y certezas casi vacías. Si lo describo con compasión es en cierta medidad porque este paisaje humano forma parte del entorno de mi propia vida personal pero yo siempre me iba con otra, los traicionaba con la realidad, con la utilidad, con la política vamos,, y ellos siempre me lo recuerdan. Siempre vi que esa identidad del militante entretenido era en realidad una forma de alienación política, que no personal , execrable.

Me interesaba entender porque después del 15M esta gente había reaccionado tan violentamente contra la repolitización social; porque se negaban a considerar la posibilidad de ganar. ¿No eran ellos los guardianes de las esencias en los malos tiempos? Sabíamos pro los poderosos se han puesto nerviosos, sabemos también porque se inquietan los profesionales pero la inquietud de estas buena gentes es mas difícil de entender.   Las respuesta es radical: la política no es ningún entretenimiento es un hecho grave para vidas graves, lo contrario.