En Cuarto poder | “Los sindicatos griegos hemos iniciado conversaciones con los sindicatos de los países del Mediterráneo para formar una coalición contra la política que se está siguiendo en Europa. Tenemos que tomar decisiones drásticas para luchar. Tenemos que unirnos para hacernos fuertes”. Elías Eliopoulos, director general de la Confederación de los Sindicatos de Empleados Públicos griegos, Adedy, hace estas declaraciones a cuartopoder.es en una entrevista en su despacho de Atenas, horas antes de reunirse con Alexis Tsipras, el líder del partido de izquierdas Syriza, y con los representantes del sindicato del sector privado griego, GSEE. Con la troika de nuevo de visita para recetar más recorte a un país que no parece poder resistir mucho más, la vida política hierve en Grecia. El mes de agosto está recién inaugurado y Eliopoulos tiene la mirada puesta ya en el otoño. Como todos los griegos, como todo el sur. Para entonces quieren tener lista una estrategia contra las políticas que han ahogado a su país y amenazan al resto del Mediterráneo. La agenda es apretada, explica.
Tesalónica, 8 de septiembre. Representantes de los principales sindicatos de Grecia, Italia, España, Portugal y Chipre están llamados a sentarse en torno a una mesa a negociar una coalición de todos ellos. 15 de septiembre, Madrid. 28 de septiembre, Italia. En ese plazo y esas citas esperan sellar el acuerdo en el que se defina una protesta conjunta, que reconoce puede incluir una manifestación simultánea en las principales ciudades o una huelga general de hasta 48 horas.
Ya tardaban los sindicatos, que tienen medios económicos y estructura, en dar el paso. Grecia, un país con 11 millones de habitantes, tiene dos millones de desempleados y España, con cuyos sindicatos habla Eliopoulos ahora “casi a diario”, se encamina a los seis millones. La tijera ha llegado al hueso en la nación helena y hace tiempo que hizo sangre en el resto de países. Pero, tarde o no, empieza a andar la protesta común.
Atención, Trichet, los avisos por carta ahora los mandan los sindicatos
En las altas esferas ya tienen el aviso. Si hace un año era el entonces presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, quien mandaba cartas con exigencias de contenido secreto a presidentes de Gobierno como José Luis Rodríguez Zapatero, ahora son los sindicatos los que dan el toque a los de arriba. “Hemos mandado un comunicado a la troika (Comisión Europea, FMI y BCE) informándoles de que vamos a tomar medidas drásticas. Van a recibir la respuesta que tienen que recibir. Vamos a estar todos unidos”, comenta Eliopoulos.
La hoja de ruta para definir la unión del sur no son citas elegidas al azar. La de Tesalónica es la fecha de la primera manifestación tras las vacaciones estivales que tendrá lugar en Grecia en protesta por las nuevas exigencias de la troika, que está apretando a Grecia para que defina un ahorro de 11.500 millones de euros entre 2013 y 2014 si quiere recibir el nuevo plazo de 31.000 millones del llamado rescate que está previsto para septiembre. Los sindicatos griegos pretenden que la de ese día sea una manifestación multitudinaria en un país que vive un ambiente de desesperación, de salarios mínimos que en el caso de los jóvenes se han dejado en 511 euros, desempleados que no pueden acudir al médico un año después de perder su empleo, miles de familias que ya sólo reciben para subsistir paquetes de comida de los centros de asistencia social, precios anclados por la constante subida de impuestos indirectos y desempleo galopante que alcanza ya el 22% de la población activa.
El 15 de septiembre España tiene su propia manifestación, convocada por los dos sindicatos mayoritarios (UGT y CCOO) junto con el resto de organizaciones que se han unido en la llamada Cumbre Social y que pretende solicitar un referéndum en el que se voten todas aquellas medidas tomadas por el Gobierno del Partido Popular que no estaban incluidas en su programa electoral. El 28 de septiembre es la fecha fijada por los sindicatos italianos para su propia protesta. Tras las imágenes más visibles de los manifestantes, estarán las de los líderes sindicales tejiendo la unión de sus organizaciones.
Angela Merkel, Mario Draghi, el Fondo Monetario Internacional, la Comisión Europea han logrado que su chocolate para todos, sus recortes en educación, en sanidad, sus reducciones de salarios, su ataque al empleo público y a los pensionistas, su empeño en dar facilidad para despedir y sus subidas de impuestos sirvan para aparcar el nosotros no somos Grecia. Sirvan para unir a los trabajadores de todos los países afectados por las políticas neoliberales de empobrecimiento de la clase trabajadora.
La semana pasada eran los sindicatos españoles UGT y CCOO y los italianos CGIL, CISL y UIL quienes enviaban un comunicado conjunto al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el primer ministro italiano, Mario Monti, de cara a la reunión entre ambos, con su receta para salir de la crisis.
Ahora es todo el sur quien se une. Y no solo el sur. Los sindicatos de Francia y Alemania han sido invitados a las reuniones para unirse a la protesta, explica Eliopoulos. Los franceses están por la labor y la puerta parece abierta en el caso de los germanos. “Si vienen dispuestos a aceptar que esto no es una guerra de países sino de clases y no a imponer sus tesis, estarán junto a nosotros”, añade.
Europeísta sí, neocon no
Frente al sentimiento antieuropeo que se temía que despertasen las políticas de austeridad que tanto están haciendo sufrir al sur, no es fácil encontrar en Grecia a alguien que quiera que su país salga del euro. Lo mismo ocurre con los sindicatos. “Creemos en la Unión Europea y en el euro”, explica Eliopoulos. “Creemos en una Europa unida basada en las sociedades y la unión de los pueblos y no en intereses individuales. Con negociación y trabajo conjunto en todos los sentidos. Vamos a pelear con todas nuestras fuerzas contra los que no defienden esa idea, contra los líderes de este momento, que no están gobernando para el pueblo, que defienden intereses ocultos que están manejando todo, intereses financieros que se están colocando por encima de los intereses políticos, sociales, culturales.”
El representante de Adedy, aunque el sector al que defienda sea el de los empleados y en concreto los empleados públicos griegos, está convencido de que esto no es una lucha “solo por los derechos de los trabajadores, sino de todos los ciudadanos”. Cuando la troika pide un recorte de 150.000 empleados antes de 2015, de los que 15.000 se tendrían que haber recortado este año, piden recortes de empleo “en sanidad, educación y energía. Meterse así en un país es causa de guerra. El 80% de los estudiantes griegos estudia en una escuela pública. ¿Estos señores quieren que nuestros hijos sean analfabetos? Entonces cada día tendrán una batalla”.