Leo en la redes sociales los mensajes que todavía llegan de eso que son tan de izquierda que ninguna izquierda real les parece suficiente. Ellos son la izquierda del futuro y siempre lo serán. Andan ya en retirada, mendigado algunos un grupo parlamentario con el que medio poder mantener a la familia de camaradas liberados; pero están ahí todavía. Dispuestos siempre a colaborar con el enemigo de clase “porque a ese se le ve venir y va de frente”. Están esperando lo mínimo de Carmena o de Colau para atacar, usan y comparten todo los titulares que se inventa la prensa de extrema derecha. Algunos si los dejarán acabarían como Corcuera, llevándose “el gato al agua” . Como sueñan con deportar una mañana y que todo haya sido una pesadilla que tuvieron por haberse quedados dormidos viendo la Tuerka.
Tratan de reprimir sus impulsos, sabedores de que se les nota mucho, pero no pueden y saltan alborozados cuando alguna encuesta de El País o del ABC, que más da, le otorga a Podemos, una cierta caída , con eso se conforman, , en la intención de voto.. Han legado a formular una nueva versión de la teoría de conjuntos intentando demostrar que los subconjuntos parlamentarios de Podemos no son Podemos. Han contribuido, con entusiasmo y velocidad, a difundir todo tipo de infundios sobre Pablo Iglesia desde el dinero de los chiitas y a la droga de los maronitas. ¿Cómo añoran los tiempos de un PSOE fuerte y hegemónico donde se podía ser clara y tranquilamente de izquierdas con solo autoexcluirse de las mayorías sociales? Obsesionados con un nominalismo tan infantil como frívolo, se dedican a escudriñar declaraciones de Podemos o de Carmena para ver cuantas veces no dicen las palabras mágicas de la tribu bolchevique. Nunca renunciarán a los símbolos pero les importa tres pitos lo simbolizado: himnos , banderas palabras como cobertura del vacío político más insípido.
La Audiencia Nacional y el PP encarcelan, en un montaje policial bochornoso, a dos titiriteros pues nada ellos atacan a Carmena. Ahí siguen agazapados como torpes francotiradores pero disparando a cualquier posibilidad de éxito. Están siempre como en un permanente estado de expectativa de traición: lo ultimo es considerar traidor a quién acaban de presentar a la presidencia del gobierno. Son “los últimos de Filipinas” de una izquierda que hace y mucho tiempo ni siquiera fue derrotada por que no se presentaron el día de la batalla, estaban con las banderas celebrando el uno de mayo en la sede.
Francisco Garrido.