El País.10/06/2010.
Desde estas líneas, deseo manifestar mi incredulidad por lo que está ocurriendo pues, en menos de 15 días, la decisión de dos cajas andaluzas, Cajasur y CajaGranada, están dando al traste con la posibilidad de que Andalucía pueda disponer de un instrumento financiero con el músculo suficiente para que en la coyuntura que se avecina pudiera trabajar de forma comprometida, en pro de un nuevo modelo de desarrollo económico para Andalucía, capaz de superar las disfunciones estructurales del actual modelo, que ha supuesto que en la crisis que nos azota, en Andalucía, el desempleo esté próximo al 30% de la población activa.
Se escapan a una comprensión lógica las razones que han llevado a los responsables de Cajasur a adoptar la decisión de romper un proceso de fusión pactado varios meses antes. Parece como si en Córdoba una mano negra moviera voluntades para hacer fracasar la posibilidad de que exista una gran caja andaluza, pues de todos es sabido que en el año 1993 otra fusión, acordada entre Unicaja y la Caja Provincial de Córdoba, fue abortada después de puesta en marcha. En aquella ocasión, las apetencias de los directivos de la Caja Provincial, las querellas políticas dentro de PSOE entre guerristas y renovadores, la complacencia de otras fuerzas políticas ante el desgaste del PSOE y el trabajo soterrado de la otra caja de Córdoba, procuraron la entrega a esta última de la Caja Provincial, dando lugar al nacimiento de una Cajasur saneada, para que pudiera seguir haciendo una gestión clientelar y paternalista, sostenible solo en época de vacas gordas y que se ha manifestado profesionalmente nefasta cuando ha llegado la crisis pues, como es público, se encuentra en quiebra técnica y deberá ser saneada con fondos públicos y vendida al mejor postor.
El caso de CajaGranada se entiende menos aún si nos atenemos a las declaraciones que hasta hace poco pregonaban sus responsables y que nos contaban aquello de una caja saneada, modélica en su gestión y que no necesitaba a nadie para seguir existiendo. ¿Qué ha sucedido en tan poco tiempo para tener que hacer una alianza a la carrera, con cajas de fuera de Andalucía? ¿Aunque se mantengan inicialmente las señas de identidad de cada entidad, qué pasará si como consecuencia de que aparezcan problemas nuevos en el futuro y la citada alianza no los pueda resolver con tal estructura y hay que fusionarse en caliente? ¿Se podrá desvincular CajaGranada de la alianza? Lo realmente cierto es que se saneará la entidad para después entregarla al mejor postor, como ha sucedido con empresas señeras fáciles de recordar, Cervezas Alhambra y Puleva, saneadas con ayudas públicas y vendidas a capital foráneo.
Algunas afirmaciones de los aduladores de oficio, sobre la importancia que supone esta alianza para CajaGranada, pretendiendo hacer creer que con ella la caja granadina será la primera entidad financiera de Andalucía, son cuando menos ridículas.
Sucede que hay muchas personas en esta historia que son esclavas de sus palabras, de sus acciones y de sus silencios, y que a fuerza de hablar de un granadinismo grandilocuente y fatuo y por aquello de sostenella y no enmendalla no admitirán nunca que la crisis ha puesto al descubierto que la gestión realizada en los últimos 16 años no ha resuelto el problema estructural de que adolece históricamente CajaGranada, que no es otro que su ineficiencia (sus altos costes de estructura) y causa, esta última, de su necesidad de fusionarse (en frío). ¿Podría haber sido otra la decisión? Sin duda que sí. Hay otras soluciones dentro de Andalucía y habría que trabajar por ellas.
Con la decisión adoptada, Granada puede que inicialmente no pierda, pero sí que perjudica seriamente su compromiso con el futuro económico de Andalucía. Su peso en la nueva estructura es solo del 19,5%.
Alguien ha dicho recientemente, de manera sencilla pero gráfica, «…con esta decisión, Andalucía pierde una caja y Madrid gana un banco».
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Prefiero a Madrid mil veces que a Sevilla, que nos ha purgado nuestra historia, nos ha robado nuestra identidad, nos quiere colar sus tradiciones y fiestas… su patético acento, su «jarte», y para colmo nos premian sin infraestructuras… no tienen VERGUENZA.
ADIVINANZA:
Llega una persona al parlamento andaluz y le dice a otra: tu tranquilo que los recortes no van para Sevilla, que seguiréis con el metro completamente soterrado para no molestar a los ciudadanos, que la nueva circunvalación seguirá en marcha y que los recortes lo sufrirán el resto de andalucia.
RESPUESTA FACIL: Jose Blanco y Griñán.
Claro que los sevillanos no se molesten por las obras y aquí en granada nos jodemos sin SOTERRAMIENTO… y con las sobras del presupuesto andaluz… porque NUESTRO dinero de la sierra, alhambra y demás es para CEBIYA.
Anda y que le den que estamos hartos de los sevillanos!
Seguir calentando a los mala-follás que vais a salir mal parados.
Andalucía no es más que la absorción de Granada por Andalucía-Sevilla. Nunca hemos sido sevillanos, siempre hemos estado más cerca de Murcia que de Sevilla, por eso está muy bien lo que ha hecho CajaGranada. Fuera manazas andaluzas de nuestra tierra.
desde Granada, me siento más tranquilo al ver que habrá un banco en Madrid y no una caja en sevilla con mi dinero.
Gracias Jara!
Javier, claro que los granadinos no ejercemos en este sentido como andaluces. Sencillamente porque NO LO SOMOS.
Granada no es Andalucía. Andalucía es un aberrante invento antigranadino contra la historia y contra la lógica administrativa.
Viva CajaGranada, viva Antonio Jara y viva Granada y los granadinos con nuestra caja autónoma. Ya nos han robado la Alhambra, Sierra Nevada, nos han cerrado trenes, nos han condenado al ostracismo, todo para que la verdadera Andalucía esté de «luho» a costa de nuestro subesarrollo. Afortunadamente esta vez no habéis podido ROBAR nuestra caja, tal y como lleváis pretendiendo desde hace años. Espero que este sea el punto de inflexión para que la sociedad de Granada despierte y se dé cuenta de lo que ya en el fondo todos saben: que los intereses de Granada no son los de Sevilla y que nos iría mucho mejor con nuestra propia autonomía.
Además, la operación de fusión se ha hecho sin ombliguismo, demostrando que Granada es abierta, no como el andalucismo antigranadino que quiere engordar a las cajas andaluzas a costa de hacer desaparecer a CajaGranada.
Por último, mirad el enlace que os dejo, porque veréis el motivo (€€€) de que el autor de este artículo, José Olea Varón, haya publicado semejante artículo. Habrá que ver la pasta que le ha pagado Braulio Medel por ello.
Viva la REGIÓN DE GRANADA, y para que nadie se mosquee y veáis que no tengo resentimiento, también digo que viva la región vecina de Andalucía.
Cualquier persona de bien, que camine con cierta rectitud sabe de antemano, que en la tierra del chavico, no hay pudor en demostrar la malafollá en la vida cotidiana y mucho menos en sus estamentos financieros.
Lo de las cajas es una muestra más de la decadencia a la que nos someten a los andaluces, los representantes de la España todavía visigoda.
Esta muestra es la representación de una forma de actuar con los andaluces y los granadinos; es una expresión viva de una carencia absoluta de honestidad política (caja granada la gobierna el psoe), no quieren vincularse a un sistema financiero propio andaluz; es la repetición de las actuaciones como las de Lanjarón, Alquife, Eozen ( fábrica de elementos para energía eólica del Marquesado), azucareras, tabaco, espárragos, energías renovables, empresas de servicios, etc.; es el doble juego con las clases alta, media y obrera, por aquí te lo doy y por allí te lo quito, es una vergüenza leer, oír y sentir lo que han realizado y van a realizar con los andaluces y los granadinos.
Es en definitiva la cruel realidad, estamos anclados en la más absoluta soledad, abandonados a nuestra suerte y ellos juegan a mirarse al ombligo con los dineros de nuestros ahorros, nuestras nóminas, nuestras pensiones, nuestras pólizas de créditos, nuestras líneas de descuento, etc.
Pero en el fondo es lo que merecemos por nuestra pasividad, por nuestro españolismo, por nuestra malafollá y porque somos cobardes y vagos por no impedir que nos manejen de esta forma. Porque no ejercemos de andaluces en nuestra vida ordinaria y les dejamos que nos sometan a su maldito juego de mercadear con los beneficios que hemos producido nosotros mismos, los andaluces y los granadinos.