El Ministerio de Industria habrá invertido más de 3 150 millones de euros de ayuda directa al automóvil ( 200 millones del Plan2000E, 700 millones del Plan VIVE, 1250 de Plan de Competitividad y 1000 millones de euros más para proyectos de innovación) en el 2009 y 2010. Estas cantidades solo incluyen a las ayudas directas y no a las ayudas indirectas o a la inversión pública en infraestructura (autopistas, autovías, carreteras, DGT, etc). Tampoco contabilizamos en estos 3150 millones de euros los costes derivados de la “externalidades negativas” del automóvil (impacto ambiental, contaminación, siniestralidad, salud etc) o los costes de la dependencia energética. Las ayudas de las CCAA tampoco están contabilizadas (Cataluña, Andalucía, País Valenciano, Aragón y Castilla-León han dedicado también sustanciosas ayudas al sector) en estos o 3150 millones
Más de 230.000 automóviles han sido comprados en el 2009 con ayudas públicas directas (Plan2000E) que ascendieron a 100 millones de euros, ayudas que se repetirán en el 2100. Cada comprador de un vehículo, de los incluidos en este plan, ha recibido cerca de quinientos euros de subvención pública. En esto dos años un número aproximado de 700000 nuevos vehículos privados circularán gracias a estas generosas ayudas públicas .Esto supondrá unas emisiones de 1866666 toneladas de CO2 , que al precio medio actual de la tonelada de CO2, en el mercado de carbono, supondrá unos costes de 37333320 millones de euros. De no haber existido estas ayudas el incremento del parque automovilístico seria mucho menor y por tanto también las emisiones y la externalidades negativas.
Estos datos demuestran que el mercado y la industria del automóvil son una empresa ruinosa que vive gracias a las ayudas del Estado ( incluida las infraestructuras viarias cuya tasa de retorno es cero) y a la no interiorización del computo de externalidades negativas que genera. Estamos ante un magnífico ejemplo de privatización de los beneficios y de socialización de las perdidas y de los cotes.
El gobierno dice que las ayudas van destinadas a coches menos contaminantes. Bueno , hace ya mucho tiempo, desde el siglo XIX, que un economista inglés marginalista, Jevons, demostró que la mejora de la eficiencia técnica de las maquinarias incrementa la producción y el consumo ( al abaratar los costes) y de esta manera incrementa la ineficiencia y el consumo global resultante. Los nuevos 700.000 coches directamente subvencionados y la nuevas emisiones de CO2 que estos implican, demuestran, una vez más, la validez de la denominada “paradoja de Jevons”.
Visto tanto dispendio público con el automóvil privado : ¿ por qué no se subvenciona también mi modesta bicicleta o mis zapatos de peatón militante?