Ni se asaltan los cielos ni se puede votar un gobierno con Ciudadanos

José Antonio Pino

Muchas personas que conozco y que se encuadran en el campo de lo que se denomina la izquierda alternativa o transformadora (a la izquierda del PSOE, vamos), decíamos hace mas de 2 años que con eslóganes y marketing político no se construía una alternativa sólida al estatus quo político de aquellos momentos.

Por mucho que se repitiera lo de “somos el 99%” conceptos como el de que todo el que había estado en política, antes de mayo de 2014, era “casta”, “no somos ni de izquierdas, ni de derechas, ese debate es de trileros”, “asaltar los cielos, oponerse a los acuerdos de izquierdas en Andalucía, etc, no seiban a convertir en ciertos.

A algunos nos llamaban “anquilosados”, “faltos de perspectiva histórica” y otras lindezas, pero nos seguía pareciendo que faltaban más argumentos para conformar una alternativa seria.

Era evidente de que IU no había sabido capitalizar ni entender las pulsiones y necesidades sociales de la gente más joven y de un importante segmento social que se rebelaba contra una situación económica que se puso de manifiesto con el pinchazo de la burbuja inmobiliaria y la aparición pública de los innumerables casos de corrupción.

Considero que estas líneas no deben ser para tratar de explicar, desde mi punto de vista, los errores que cometieron en IU para no ver lo que estaba pasando. Estas líneas son para tratar de entender por qué Podemos es, inexcusablemente, el actor principal del campo de la izquierda, nos guste más o menos. Y sin ellos es imposible elaborar y trabajar por una alternativa.

Comparto la opinión de quienes dicen que las formas son fundamentales en política y en la vida. Y que Podemos, a través de Iglesias, ha tenido un comportamiento mediático (imagino que estudiado) desde las elecciones del 20D, falto de humildad, agresivo e incluso ofensivo en ocasiones, hacia Sánchez. Y eso suponía poner “palitos en las ruedas” de un posible acuerdo de gobierno.

Esa soberbia al declarar que le proponía un acuerdo con él de vicepresidente, hizo mucho daño a la posibilidad de acuerdo. PERO HASTA 3 MESES ANTES EL PSOE ERA “CASTA”.

Si Sánchez, después de su viaje a Lisboa, declarando su disposición para un acuerdo de izquierdas, casi es desbancado por la derecha del PSOE, con Díaz, González, los barones y El País, en tromba, para impedir ese acuerdo, tuvo que recular; ¿qué no tendría que hacer Iglesias para que la mayoría de los cuadros políticos de Podemos no se rebelaran o abandonaran la organización? Y de los millones de votos de Podemos, ¿cuantos hubieran aguantado una “actitud” de excelsa educación ante la posibilidad de pactar con el PSOE?.

En estos días, el debate de una parte de la izquierda alternativa parece que está en si Podemos debe permitir un gobierno PSOE- Ciudadanos con su abstención.
El argumento de que Podemos tiene que abstenerse para permitir ese gobierno dada la situación socioeconómica de una parte sustancial de la población es importante. Pero, con ese gobierno no se van a solucionar muchas de las situaciones de grave exclusión social, ni se va a derogar la reforma laboral del PP, ni siquiera se deroga la LOMCE, ni supone un cambio en la política económica, ni se reformula un Estado español mas federal, ni se facilita un posible acuerdo del conflicto catalán.

En esta fase histórica, Podemos no puede avalar un acuerdo con Ciudadanos. Su electorado no lo entendería. Y si Podemos se rompe en este momento, ¿cuanto tiempo tendremos que esperar para configurar una opción alternativa en la izquierda?

Otra cosa será que Podemos no sea capaz de aglutinar a los cuadros, militantes y votantes de IU para superar al PSOE en el campo electoral de la izquierda. Si no lo intenta o no lo consigue por soberbia, estulticia o incapacidad, ya lo criticaremos.