Discutiendo ayer con varias personas sobre el pacto de gobierno entre PSOE e IU en Andalucía, busqué las últimas declaraciones del flamante Vicepresidente de la Junta de Andalucía y Coordinador General de IU-Andalucía, Diego Valderas. Según Google Noticias, son de hace seis días. (*) En ellas proclamó la inevitabilidad del plan de ajuste, el origen del mismo en el PP y la promesa de que no habría más. Y se acabó. Desde entonces, una semana de silencio, mientras crece el cuestionamiento dentro y fuera de IU a su participación en el gobierno andaluz. Silencio que tampoco responde precisamente a una frenética actividad de gobierno: tres consejos del nuevo gobierno llevan, y más allá del ajuste de marras y algunos nombramientos… nada de nada.
Y me preocupa.
Somos muchas las personas que ni estamos ni somos del PSOE o de IU y hemos apoyado el pacto político y de gobierno entre ellos, y a IU en especial. Yo lo sigo haciendo. Preferiría que EQUO tuviera el papel que la sociedad andaluza ha confiado a Izquierda Unida, o que Pilar González tuviera voz y voto en las instituciones de Andalucía. Pero no ha sido así; la mayoría de izquierdas ha sido ésta, y la he asumido, respetado, apoyado… y celebrado. Por instinto de supervivencia.
La izquierda política tiene que demostrar que sabe hacer algo más que gritar “NO”. Reivindico el “realismo” (que esta palabra tenga connotaciones peyorativas entre personas de izquierda es para hacérselo mirar) que supone cambiar el juego cumpliendo las reglas. ¿Que una ley estatal nos obliga a ajustar el presupuesto? Se hace, con los criterios más equitativos e igualitarios posibles, con transparencia y diálogo. Pero no cumplirla por “imperativo”, porque “es lo que toca”, porque es el “mal menor”, porque si no, “nos intervienen y viene el coco”. Hacerlo un martes (el día del Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía), para poder sacar el martes siguiente un Plan de Empleo vinculado al Plan Forestal de Andalucía que mejore la situación del monte andaluz y, con ella, la de decenas de miles de personas. Y el martes siguiente poner en marcha una Banca Pública que dé financiación y viabilidad a empresas, autónomos y cooperativas ahogadas por la ineptitud de los así llamados “expertos” financieros y la incapacidad de los también así llamados “responsables” políticos. Y el martes siguiente, aprobar una reforma integral de la fiscalidad andaluza, para que impuestos ecológicos y “sociales” hagan sostenible lo público y mejoren la equidad entre los contribuyentes. Y así 200 martes, uno detrás de otro, que tenemos por delante hasta finalizar la legislatura. Sin prisa, pero sin pausa. ¡Reacciona, Gobierno de Andalucía!
Algunas personas en IU (bueno, en el PCE) se están replanteando el pacto político y de gobierno. Con el argumento de que no se puede estar en un gobierno que hace recortes y en la calle protestando contra ellos, defienden romper los acuerdos, pasar a la oposición y ocupar las calles. No se enteran de nada.
Primero, porque están proclamando la impotencia de la izquierda política. En realidad, la impotencia de Izquierda Unida (y el PCE), pero lo generalizo en la medida es que es a ellos a quienes los andaluces han confiado para ser decisivos, y en sus cabezas nos escarmentarán también a los demás. Admiten en el fondo que no hay alternativas a los recortes, que el gobierno poco puede hacer que no sea… gastar. Ergo como reducen gobernar a repartir, no quieren ser los que distribuyan la miseria. Ellos, precisamente ellos, son los que ratifican así el marco de definición política de los liberales.
Segundo, porque quieren meterse donde nadie les ha llamado. A ver si les queda claro… la sociedad andaluza no necesita a IU (ni al PCE) para llenar las calles de protesta e ilusión, de gritos y alternativas, de indignación y razones. Llevamos varias demostraciones de la eficacia de los sindicatos, del 15-M, de los universitarios para hacerlo. No, no cuela.
Y tercero, porque traicionan al electorado. No son los 12 parlamentarios de IU-Andalucía los que van a hacer que la protesta social sea decisiva; son las protestas sociales las que le han dado a IU el poder de 12 parlamentarios para que sean decisivos. ¡Reaccione, Vicepresidente y Coordinador Valderas!
A pesar de los malos comienzos, ni me resigno ni me desdigo: sigo dando un voto de confianza a IU, sigo apoyando su pacto político y de gobierno con el PSOE. Como decía antes, por instinto de supervivencia. Porque el egoísmo de partido me llevaría al “cuanto peor para el competidor, mejor para mí”. Pero no son tiempos de mezquindad y cálculo, sino de generosidad e inteligencia. Porque si más de 437.000 andaluces han querido cambiar la historia trazada no ha sido para que se salde con un fracaso más. Porque este fracaso tendría consecuencias gravísimas: como demostración de la impotencia de la izquierda política, como brecha por la que se abriría camino el populismo que contamina la política europea… y por último (porque es menos importante en comparación) porque consolidaría al PSOE como única opción “realista” en Andalucía para los que no somos de derechas. Igual que hace 16 años.
Nos jugamos demasiado. ¡Reaccionen!
(*) ACTUALIZACIÓN: Valderas acaba de anunciar el «aplazamiento del decreto del plan de ajuste para negociar con los sindicatos el recorte a los funcionarios». Un paso adelante. La reflexión, en cualquier caso, la sigo manteniendo, entre otras cosas porque sacar lo urgente con unos mínimos de consenso y justicia no puede hacernos olvidar que lo importante (salir de la crisis y los cambios que la política y la economía andaluza ha votado) sigue estando ahí.
¿Gobierno de izquierda en Andalucía?
Andalucía es posiblemente el único lugar en la tierra donde los materialistas creen en los milagros ¡Y así nos va!