La investigación señala que, a pesar de las cuestiones planteadas por los escépticos del cambio climático, hay nuevas evidencias de un aumento de la temperatura mundial de aproximadamente un grado centígrado desde mediados de la década de 1950.
El estudio de Berkeley aborda directamente las preocupaciones planteadas por los científicos escépticos, incluyendo el efecto isla de calor urbano o el riesgo de sesgo en la selección de datos (en esta ocasión se han analizado los datos de temperatura de quince fuentes diferentes, algunas de las cuales se remontan hasta el año 1800).
Sobre la base de su análisis, el director científico y fundador del Berkeley Earth, el profesor Richard A. Muller y su grupo concluyeron que los estudios anteriores sobre bases de datos más limitados, llevados a cabo por equipos de Estados Unidos y Gran Bretaña habían estimado con precisión el alcance del calentamiento de la superficie terrestre.
«Nuestra mayor sorpresa fue que los nuevos resultados están en concordancia con los valores de calentamiento ya publicados anteriormente por otros equipos en Estados Unidos y el Reino Unido», ha declarado Muller. «Esto confirma que estos estudios fueron realizados con cuidado, y que los potenciales sesgos identificados por los escépticos del cambio climático no afectaron seriamente a las conclusiones».
Resultados anteriores
Estudios previos, llevados a cabo por la NOAA, la NASA y el Centro Hadley, ya apuntaron que el calentamiento de la Tierra ha sido de aproximadamente un grado centígrado desde mediados de 1950.
Pero dichos resultados fueron criticados por los escépticos, que temían y temen que dichas investigaciones estuvieran basadas en técnicas ad-hoc, lo que significa que los resultados no podrían ser duplicados. Robert Rohde, científico principal de Berkeley Earth, ha señalado que «el análisis de Berkeley Earth es el primer estudio que aborda el problema de sesgo de selección de datos, mediante el uso de casi todos los datos disponibles, lo que incluye alrededor de cinco veces más la cantidad de ubicaciones de las estaciones que fueron revisadas por grupos anteriores».
Algo especialmente importante de cara a la reunión COP 17 que se celebrará en Durban, Sudáfrica, a finales de este año, y en la que se discutirá, por ejemplo, cómo reducir los Gases de Efecto Invernadero (GEI) para el próximo período de compromiso, así como cuestiones como la financiación de la transferencia de tecnología y la acción cooperativa.
El equipo de Berkeley Earth incluye físicos, climatólogos y estadísticos de California, Oregon y Georgia. Entre ellos, Rohde dirigió el desarrollo de un nuevo enfoque estadístico al que Richard Muller llamó «el trabajo de Hércules». Mientras que otro de los miembros del grupo, Saul Perlmutter, fue recientemente galardonado con el Premio Nobel de Física 2011 (por sus trabajos en cosmología).
Conclusiones actuales
Entre las conclusiones a las que han llegado los científicos de Berkeley Earth cabe destacar:
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Si no se frena el calentamiento global, no podremos adaptarnos al cambio cliático
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Los bosques son la opción más competitiva contra el cambio climático
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El cambio climático amenaza a los insectos europeos
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Bosques de árboles genéticamente modificados combatirán el cambio climático
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Calculan la velocidad de adaptación al cambio climático de las especies y sus ecosistemas
– Aproximadamente un tercio de las zonas del mundo informaron de un enfriamiento global durante los últimos 70 años (incluyendo la mayor parte de los Estados Unidos y norte de Europa).
Sin embargo, dos tercios de las zonas muestran un calentamiento. La temperatura de un lugar concreto o desde una única ubicación es con frecuencia poco fiable, por lo que siempre es necesario combinar muchos registros para comparar y comprender el verdadero patrón de calentamiento global.
– El gran número de sitios con información sobre enfriamiento podrían ayudar a explicar el escepticismo del calentamiento global», ha comentado Rohde, quien comenta además que ell calentamiento global es demasiado lento para que los seres humanos lo sientan directamente, y si el hombre del tiempo local dice que las temperaturas son las mismas o más frías que hace cien años, es fácil de creer.
«De hecho, es muy difícil medir el clima constante a lo largo de décadas y siglos”. Una buena resolución acerca de la realidad de la subida de las temperaturas globales de la Tierra no se puede hacer sólo con unas pocas estaciones meteorológicas: se necesitan cientos, o casi miles, de estaciones para detectar y medir el calentamiento medio. Sólo cuando muchos termómetros reproducen los mismos patrones se puede saber que las mediciones se realizaron de forma fiable», concluye Rohde.
– Las estaciones clasificadas como «pobres» mostraron el mismo patrón de calentamiento global que las estaciones de clasificadas como óptimas. Las temperaturas de las estaciones pobres pueden ser más altas y menos precisas, pero la tendencia general de calentamiento global es la misma, y el análisis de Berkeley Earth concluye que no hay ningún sesgo indebido con la inclusión de las estaciones pobres en la encuesta.
En el próximo informe del IPCC
Cuatro artículos científicos establecerán todas estas conclusiones, que han sido presentadas para su revisión y pasarán a formar parte del contenido del próximo informe del IPCC sobre el Cambio Climático.
Elizabeth Muller ha señalado que «uno de nuestros objetivos es hacer que la ciencia que subyace al calentamiento global sea de fácil acceso para el público».
La mayoría de los datos estaban disponibles en páginas webs públicas, pero en lugares tan diversos y en tan diferentes formatos que la mayoría de la gente podría acceder solo a un pequeño subconjunto de ellos. La base de datos combinada, con 1.600 mil millones de registros, está desde ahora accesible a través de la web de Berkeley Earth: www.BerkeleyEarth.org.
Lo que Berkeley Earth no ha hecho en este estudio es realizar una evaluación independiente para saber en qué medida el calentamiento observado se debe a las acciones del hombre, ha reconocido Richard Muller. El siguiente paso que planean los investigadores es abordar el calentamiento de los océanos, con el fin de obtener una cifra más precisa de la cantidad observable de calentamiento global.