Eugenia Gil.
Esta mañana no sabía donde quería estar. Si en la concentración en las puertas de la Universidad para protestar por la subida de tasas o en la primera planta ocupando un sitio togado en el Paraninfo. Finalmente decidí subir junto al equipo de gobierno de mi Universidad que sortea, desde hace seis meses, un temporal.
Y no me equivoque. El Rector, con un discurso valiente y esperanzador apostó por una Universidad pública, democrática y de calidad a la vez que exigía compromiso a los gobiernos local, autonómico y estatal. Estoy segura que los compañeros, estudiantes y sindicalistas que abajo protestaban habrían aplaudido, como yo, la disertación del Rector. Pero lo mejor fue cuando se abrieron las puertas y, dirigidos por el coro de la Universidad cantamos togados, acompañantes, sindicalistas y estudiantes el himno de Andalucía. En ese momento las escaleras no importaban, la separación de espacios tampoco y las voces se unieron.
El himno de Andalucía nos situó a todos bajo el mismo paraguas y todos así lo entendimos. Cantamos “andaluces levantaos pedid tierra y libertad…” juntos y a la vez cantábamos defendiendo la democracia y la educación universitaria pública y de calidad.