OJALÁ.

Hay quien critica el 15M diciendo que estas cosas no pasan en países “serios”, como Francia, Holanda, Dinamarca o Finlandia. Tienen razón. Allí la indignación se ha traducido en votos al Frente Nacional y equivalentes. Mientras tanto, en Sol, la Plaza de Catalunya o Las Setas piden, proponen y construyen una democracia real.
La crisis nos ha traído una ola de indignación, y hasta ahora sólo habíamos visto señales de rendición por parte de las sociedades. Como la ola antisistema (racista, xenófoba, chauvinista, anti-igualitaria, tradicionalista y derrotista) que azota Europa o América. La diferencia española está en que hay gente que no se ha rendido, no se ha resignado, que no se ha conformado con velar al progresismo oficial. Gente que se ha puesto manos a la obra, que no ha parado de crecer y que empieza a construir.
Es vergonzoso que el sistema haya reventado dejando a millones de personas desempleadas, que los Estados se hayan puesto al servicio de salvar a los culpables… y a quienes se les pide cuentas y explicaciones es a Sol. ¡Se reprocha al 15M que no tenga respuestas inmediatas cuando los privilegiados ‘expertos’ de la economía, del gobierno y la política han llevado el mundo al caos! El 15M está haciendo algo más importante que dar un recetario: devuelve el poder a los ciudadanos, ha levantado el velo que ocultaba que el futuro ni está escrito, ni tienen por qué escribírnoslo (si realmente no queremos).
Para terminar, me indigna que a algunos les indigne que se compare el 15M con la primavera árabe de Egipto, Túnez o esa nueva Checoslovaquia que es Siria. Todo es distinto, pero todo es igual a un lado y otro del Paralelo 36. Son sociedades que han decidido no rendirse y luchar por la democracia. Cuando parecía condenada a elegir su particular bipartidismo (tiranías cleptocráticas versus totalitarismo talibán) la calle árabe ha elegido democracia. Estos “europeos raros” (¡y a mucha honra!) que estamos rompiendo la trampa de ¿elegir? entre el Tea Party o el ex-progresismo plañidero. Sol (y la Plaza de Catalunya, y las Setas y tantos y tantos sitios) nos hacen posible elegir democracia. Ojalá.