Este artículo pretende exclusivamente aportar algunos datos generales sobre las juventudes de hoy. Trato de remarcar “juventudes”, porque no existe eso que llamamos “juventud”. Todos los especialistas en asuntos de juventud, explicitan claramente que existen muchas juventudes, ya sea atendiendo a la edad, a la posición social, al genero, al nivel de estudios, al territorio, etc.
Otro de los motivos por los cuales, quizás, sea conveniente la publicación de este articulo, tenga que ver con las opiniones que se suelen verter en cualquier ámbito de conversación, debate, charlas, etc. sobre los/as jóvenes. La mayoría de las opiniones sobre la juventud, están basadas en experiencias personales, en tópicos, en conocimiento de oídas. En infinidad de ocasiones, oímos expresiones tales como: “no sé donde vamos a llegar con esta juventud”, “la juventud solo piensa en divertirse” “la juventud está alcoholizada” “a los jóvenes se lo dan todo hecho” y un sin fin de tópicos por el estilo.
Parece evidente que la preocupación que tenemos por saber lo que piensan, y las características que definen a las juventudes en la actualidad, están enmarcadas en el modelo de sociedad que nos toca y nos va a tocar vivir. Los jóvenes en su conjunto y los adultos, quieren, lógicamente, ser capaces de desenvolverse en un mundo en movimiento, un mundo con profundos cambios. Los adultos, tratando de garantizar la integración de la juventud, a sus patrones de conducta establecidos, y los /as jóvenes adaptándose a la transición a la vida adulta. Pero no todos los jóvenes piensan igual, al igual que los adultos, ni están en la misma posición social, ni tienen las mismas expectativas.
Por ello para hablar sobre la juventud, desde mi punto de vista, debemos hablar de perfiles de la juventud; y nada mejor que acudir a las fuentes científicas para definir, acotar y dibujar que piensan, sienten, como se comportan, que características tienen, los jóvenes hoy día, y para ello hay que echar mano de los datos del SAE, EPA, INEM, IAJ e INJUVE.
Aunque existen algunas monografías y tesis universitarias sobre los jóvenes, que difícilmente llega al gran público (incluso a los/as profesionales que trabajan con jóvenes), la mayor parte de los estudios de juventud, tanto en Andalucía como en España, son los encargados por las instituciones como el Instituto Andaluz de la Juventud y el Instituto de la Juventud de España. Los mejor estructurados son estos últimos.
El hecho de que los estudios sobre la juventud sean de ámbito estatal, dificulta la visión de los jóvenes andaluces, al no estar desagregados los datos del estudio (no hay voluntad política en el IAJ, ni en las Diputaciones andaluzas). Aun así, otros estudios del IAJ, más las tendencias generales de la juventud en España, que son bastante aproximadas en todas las comunidades, pueden darnos una serie de retratos sobre la juventud andaluza, que nos ayuden a entender “por donde van los tiros”, a planificar las políticas educativas, laborales, de vivienda, etc., según los datos obtenidos y a entender las inquietudes de las juventudes en general.
Cierto es, que en algunos aspectos sobre determinadas posiciones de la cosmogonía personal, y sobre la determinación de necesidades vitales y sociales, los datos extraídos del estudio no están priorizados por parámetros, tan determinante, como es la procedencia socioeconómica familiar. Lo que dificulta, ostensiblemente, una visión completa de la realidad. Por otro lado, es imprescindible manifestar que muchos de los datos que se reflejan en los estudios, son opiniones o circunstancias previas a la situación de crisis económica que atravesamos, y que evidentemente cambiará actitudes, opiniones, y exigencias de los jóvenes y los adultos en un alto grado sobre lo recogido en dichos estudios.
No obstante lo anterior, en dichos estudios si se pueden destacar muchísimos datos que deben favorecer todas las políticas públicas sobre los jóvenes y sobre el proceso de transición de los mismos a la vida adulta.
Empezamos definiendo que el segmento poblacional que se abarca en dichos estudios va desde los 15 a los 29 años. La Unión Europea ya trabaja con segmentos que llevan a los 35.
Sobre la demografía y la transición a la vida adulta
Lo primero que habría que destacar es que los jóvenes están descendiendo. Es decir, en 2000 la juventud representaba el 22, 7 de la población y en 2007 solo representa el 19, 7 de la misma, es decir 3 puntos menos, (en los últimos 10 años el descenso es de casi 5 puntos) y la tendencia a la disminución seguirá al menos hasta la próxima década según las proyecciones demográficas oficiales.
Hasta finales de 2007, los /as jóvenes se independizaban más y más pronto que una década anterior. Se pasa del 32 al 37% de los jóvenes. (En 2008, el 48% de las mujeres jóvenes de 22 años no vivía en casa de sus padres, porcentaje que en 2000 solo alcanzaba el 20%) La convivencia en pareja se inicia a edades más tempranas. La media de inicio esta en los 21,6 años. De las personas jóvenes que viven con su pareja el 44, 8% eran mujeres y el 29,3% varones.
Sobre la paternidad/maternidad, se debe destacar que: el 29% de los jóvenes ha tenido su primer hijo entre los 18 y 20 años, los jóvenes con niveles educativos más bajos tiene antes los hijos (Entre los jóvenes estudiados de 25 años el resultado es:
Con nivel educativo bajo – el 34,7% tiene hijos
Con nivel educativo medio- el 15,3 tiene hijos
Con titulación universitaria- casi no tienen hijos
Otro dato destacable es: las mujeres con menor formación académica tienen hijos a edades más tempranas que las que tienen mayor nivel de estudios,
Las madres jóvenes con mayores niveles de formación tienen más posibilidades de trabajar fuera del hogar que las que tienen menos estudios.
En cuanto al abandono del sistema educativo hay que reflejar que: la edad media a la que los jóvenes dejan los estudios es 18,1 años. Y entre los 21 y 24 años estudian solo el 23,73% de los/as jóvenes.
Sobre la economía, el empleo y el consumo en un contexto de globalización
Los efectos de la globalización más evidentes son la individualización y la flexibilización del trabajo que crea un marco caracterizado por la desregulación, la inseguridad y la precariedad.
Un 53,5 de los jóvenes son dependientes en mayor o menor medida de sus padres.
Mientras en Andalucía y España los procesos de independencia son apoyados por las familias en Europa son apoyados por ayudas estatales.
En cuanto a los datos de empleo y desempleo recogidos en los estudios, son precisamente los más recientes los que más se alejan de la realidad actual, aun cuando sean de finales de 2007.
Sin embargo se pueden extraer varias conclusiones:
Los/as jóvenes que abandonan la formación reglada sin haber obtenido titulo de educación secundaria tienen más posibilidades de experimentar el desempleo, la precariedad de los mismos y mayor riesgo de pobreza y exclusión social.
Destaca el hecho de que los jóvenes que trabajan en mayor proporción son los titulados de grado medio y superior de formación profesional. Y que a mayor nivel educativo menor es el tiempo en encontrar el primer empleo.
La posición social de los padres incide de forma muy significativa sobre la mayor o menor formación de los hijos, lo que refuerza la reproducción de las posiciones sociales y la desigualdad social. (El 58% de los jóvenes han encontrado empleo a través de las redes familiares y el 41% a través de las redes oficiales).
La desigualdad de género se pone de manifiesto en el estudio: Salario neto de los varones jóvenes 1076 euros- salario neto de las mujeres 827 euros.
El desempleo de los jóvenes varones era del 11,7% según la EPA y del 16,3% de las mujeres.
La vivienda sigue siendo el objeto de consumo más deseado, seguido del automóvil, sobre todo entre los jóvenes varones de 24 a 29 años.
Existe un modelo de “consumo juvenil” que idealiza el consumo como fuente de realización personal y como forma de relacionarse socialmente, en mayor medida que otros grupos de edades. Existe entre la juventud una gran contradicción que genera desajustes psicosociales entre la “necesidad de gastar” y las “dificultades” económicas”.
Sobre la salud.
Los accidentes de tráfico son la principal causa de mortalidad juvenil
Los/as actuales jóvenes gozan de una excelente salud y la visión que ellos tienen de la misma se corresponde con los datos. Solo destacan algo, las alergias y el asma.
La segunda “amenaza” son los otros accidentes relacionados con la imprudencia masculina.
El consumo de alcohol está disminuyendo, aunque las prácticas de botellón parezcan indicar lo contrario. También disminuye el consumo de drogas ilegales y los casos nuevos de ITS y Sida.
Por el contrario no se establecen datos suficientes para conocer la evolución de los trastornos alimenticios.
Aumenta el número de abortos aunque disminuye ligeramente entre las jóvenes de origen español.
Perviven cifras elevadas de acoso escolar sobre todo a los/as adolescentes en la etapa educativa obligatoria.
Sobre Cultura, Política y Sociedad
Creencias y valores. ¿Como son?, ¿como se plantean la vida?, ¿que les importa, que les gusta hacer? Estas preguntas son las que solemos hacernos, cuando nos enfrascamos los mayores, tratando de pontificar en función de nuestras experiencias vitales, con nuestros hijos/as o con los jóvenes que nos rodean.
Pues bien, en primer lugar habría que decir que los dos referentes vitales más importantes para la gente joven son: la familia y la salud. Tienen un alto grado de confianza y un concepto muy positivo sobre sí mismos.
La principal preocupación de la juventud andaluza y española es la vivienda
La opinión de los jóvenes sobre algunos temas importantes que conforman el ideario social es especialmente reveladora. Seguramente a muchos/as nos pueden sorprender algunas posiciones significativas y/o mayoritarias.
Sobre la homosexualidad se observa que perviven importantes cotas de rechazo. Mayor entre los varones que entre las mujeres. El 70% de los primeros acepta que su mejor amigo sea homosexual, en las mujeres es del 88%.
El 37% de los jóvenes están de acuerdo con la pena de muerte.
La caída de la religiosidad se ha parado por el aumento de la población juvenil inmigrante.
La prohibición del aborto en cualquier caso, ha subido del 11% en 2003 al 17% en 2007.
La prohibición de cualquier consumo de drogas ha subido del 38% en 2003 al 47% en 2007.
Manifiestan cierto grado de ambigüedad sobre valores y comportamientos solidarios; mientras el 83% está a favor del 0,7% en Ayuda al Tercer Mundo, el 54,4% cree que hay que priorizar los intereses propios antes de ayudar a los demás. Se constata que la solidaridad se manifiesta en campañas de movilización mediáticas y de carácter circunstancial y reactivas. Creen mayoritariamente que la Cooperación debe compartirse entre la Administración y el voluntariado.
Sobre la política y la participación juvenil es necesario reflejar algunos principios:
Quienes son más favorables a la democracia cuestionan en mayor medida su funcionamiento.
Con la edad aumenta la desconfianza en las instituciones.
El 50% no tiene ningún interés en la política. En 2003 este porcentaje era del 38%.
Se detecta en los estudios algunas conclusiones interesantes:
Los jóvenes con mayor formación se identifican con lo lejano, los que tienen menor formación se identifican más con los temas cercanos.
La familia y el entorno son fundamentales para despertar el interés por la política: De los/as que demuestran interés por la política el 64% escucharon conversaciones políticas en su infancia adolescencia, por el 18% que no escucharon conversaciones.
La participación juvenil también está llena de estereotipos, los datos manejados en los estudios son:
Tan solo el 10% de los jóvenes colabora como voluntario en alguna asociación.
La práctica asociativa de la juventud tiene un importante sesgo de género: en las asociaciones para “entretener y divertirse” los varones son mayoría, el 63% por el 42% de las mujeres. En las asociaciones cuyo fin es “ayudar a los demás” las mujeres son mayoría, el 21% por el 9% de los varones.
La juventud más proclive a manifestarse es la estudiantil, y los más adultos de entre los jóvenes aumentan su participación en campañas de apoyo o de boicot a………
En cuanto al uso del tiempo privado dedicado al ocio y consumo, es necesario reflejar que la juventud actual es algo más pasiva que en años anteriores:
La práctica del deporte ha pasado de ser una de las dos actividades principales, a ser la décima.
La música juega un papel fundamental en la construcción de la identidad individual y colectiva. El 92,3% escucha música habitualmente.
El 40% de la juventud no lee ningún libro al año, aunque la lectura virtual en internet impulsa nuevas actividades culturales.
El botellón se confirma como un mecanismo de sociabilización juvenil; ha pasado de ser practicado por el 15,7 en 2002 al 26,4 en 2007.
La iniciación al ocio de los/as adolescentes se asocia frecuentemente a las experiencias en los centros comerciales (como apunte personal puedo referir que en mis tareas profesionales en municipios de la provincia de Sevilla, menores de 20.000 habitantes, en casi todos los municipios los adolescentes pedían a los Alcaldes/as, en primer o segundo lugar de necesidades la construcción de un centro comercial. Especialmente los pueblos más alejados de la capital).
El deporte es la actividad que presenta mayor diferencia de género, le interesa al 82% de los varones y el 58% de las mujeres.
El 96% de los jóvenes tiene teléfono móvil, que alcanza el 99% entre los universitarios y empleados.
El 83% de los varones y el 71% de las mujeres usan internet, sobre todo para temas de uso personal. 6 de cada diez varones y 5 de cada diez mujeres dicen haber iniciado relaciones personales en internet.
El 60% de los jóvenes consideran que las nuevas tecnologías e internet pueden facilitar la participación y hacer llegar a los responsables políticos sus opiniones.
Sobre las desigualdades de género
Las mujeres jóvenes abandonan el hogar paterno/materno para formar su propio hogar el 35,7%, los varones para independizarse 42,6%.
Las mujeres jóvenes con titulaciones universitarias alcanzan el 17%, mientras los varones se quedan en el 14,1%. Los chicos abandonan la escuela antes que las chicas.
En cuanto a la ocupación laboral hay que reflejar (este dato ha quedado desfasado claramente) que los varones jóvenes estaban ocupados en 2007, el 61,1% por el 53% de las mujeres. El desempleo afectaba al 12,6% de las mujeres por el 9,6% de los hombres.
El porcentaje de varones que vivía exclusivamente de sus ingresos doblaba el de las mujeres. El 28,2% por el 14,3%.
En cuanto al reparto de las tareas domésticas, la juventud reconoce los roles tradicionales de género: el 52% de los hombres y el 55% de las mujeres constatan que las tareas del hogar las realizan mayoritariamente las mujeres.
El 84% de las chicas y el 72% de los chicos sostienen que su “hogar ideal” es aquel en que los dos trabajan fuera del hogar y comparten las tareas domésticas.
En cuanto a las diferencias de género en las prácticas de ocio y tiempo libre habría que destacar:
El 70% de los varones práctica deporte, por el 37,2% de las mujeres.
Los varones superan en 15 puntos a las mujeres en “salir de copas”, en 14 puntos “salir casi todos los fines de semana”, y en 33 puntos (52,2% de los varones) usar los videojuegos o videoconsolas.
Sin embargo la lectura de libros es una actividad practicada por el 60,6% de las mujeres y solo el 43,8% de los hombres. Y un 12,4% de las mujeres va al teatro, a una exposición, al museo, por un 7,7% de los varones.
Sobre los jóvenes inmigrantes
En 2007 vivían en España 1.342.830 jóvenes extranjeros de entre 15 y 29 años, que suponían el 30 por ciento del total de extranjeros.
Es cierto que Andalucía no tiene el volumen porcentual de población extranjera que el resto del Estado, ni siquiera la procedencia de dicha población extranjera es similar a la española, sobre todo en el porcentaje de población ecuatoriana. La procedencia mayoritaria en Andalucía es principalmente marroquí, rumana y boliviana,
En cualquier caso, aunque el volumen de la población extranjera en Andalucía, no represente el mismo porcentaje que entre la población española, si pueden verse reconocidos los datos y conclusiones que se extraen del estudio global español.
En primer lugar conviene reseñar que mientras el 82% de los jóvenes españoles son solteros, el porcentaje de los extranjeros se queda en el 53,3%. El 66% de los jóvenes españoles viven con sus padres por el 33,5% de los extranjeros.
El alumnado extranjero en el sistema educativo ha pasado de representar el 0,5% en 1993, al 8,5% en 2007. En un 70% en Primaria y Secundaria Obligatoria.
En cuanto a los porcentajes de actividad, mientras la juventud nativa se ocupa de trabajar el 58,5%, este porcentaje es del 74,3% en la población extranjera.
La población extranjera tiene una mayor incidencia en la economía sumergida, 12,5% de extranjeros, 5,5% de españoles.
En cuanto a las diferencias sobre valores y experiencias entre la población nativa y los jóvenes inmigrantes habría que resaltar:
Existe una mayor permisividad de los padres españoles hacia sus hijos que los padres inmigrantes, los inmigrantes aprueban en mayor proporción que los hombres sean quienes asuman las principales decisiones familiares, los embarazos no deseados entre las jóvenes inmigrantes duplican a las jóvenes andaluzas y españolas, las actividades de ocio de los jóvenes inmigrantes implican menor poder adquisitivo que las de los nativos, y por último los/as jóvenes extranjeros muestran una mayor práctica asociativa y de voluntariado que la juventud española.
Algunas conclusiones y proyecciones
Estos datos expuestos en el artículo, tratan de dar algunas pistas sobre los perfiles sociales de los jóvenes, sobre lo que piensan, creen y hacen. Por tanto debieran ser usados para, además de la ventaja del conocimiento de los mismos, emprender políticas públicas de juventud que favorezcan el proceso de transición a la vida adulta de los/as jóvenes.
La actividades que se generan por parte de los poderes públicos con responsabilidades en materia de juventud- llenas de subvenciones a conciertos musicales de entidades privadas, carentes en muchísimas ocasiones de proyectos a largo plazo y dirigidas por personas cuyo principal activo es la militancia en las Juventudes del partido en el poder- no contribuyen a modificar, ni mucho menos, aquellos aspectos que favorecen la pasividad y la consideración de que se vive en el mejor de los mundos.
La situación de crisis económica en la que estamos inmersos y que pilla a esta generación de jóvenes por sorpresa, por cuanto es la primera crisis, cíclica o de sistema económico, de su vida, influirá decisivamente en sus escalas de valores, en el imaginario colectivo, en sus expectativas profesionales y en sus experiencias vitales.
Seguramente será fundamental, conocer cómo evolucionan muchos de los valores y creencias de los jóvenes dentro de cuatro años, cuando contemos con los datos del próximo macroestudio.
Probablemente se produzca una dualización de los comportamientos y los valores y creencias de la juventud. Por una parte habrá un segmento que reforzara las experiencias asociativas de solidaridad, con una mayor organización en asociaciones reivindicativas y con un horizonte de cambio de modelo de relaciones económicas; y por otro lado se reforzaran actitudes y modelos autoritarios y conservadores de vuelta a la tradición, con tintes xenófobos y represivos.
En definitiva estamos, seguramente, ante un momento histórico en el que la juventud en su conjunto, ante la incertidumbre de su futuro, ante las vicisitudes de su situación familiar, ante la pérdida de confortabilidad, y con su preparación, con sus posibilidades, con las vivencias experimentadas por sus adultos y con su conocimiento de las nuevas tecnologías, va a interpretar un papel fundamental en la salida a la crisis de sistema que vivimos.