Después de la ya anunciada por todos como “defenestración de Doha”, en la que la falta de acuerdo, entre los princpiales países productores de petróleo mas Rusia, era un “must” por la ausencia ya conocida de Irán, nos vamos a encontrar con un mercado energético bastante peculiar en los próximos años.
Irán, una vez ya levantadas las sanciones que ha soportado durante decenas de años, no quiere “limitar” la producción de su única fuente de divisas y pretende conseguir la cuota de mercado “natural” que le corresponde como tercer país con mas reservas de combustibles fósiles. La creciente y duradera estabilidad del país (por muy terrorista que esté considerado en los medios occidentales) conlleva que quiera posicionarse en un mercado tan importante y del que ha estado tanto tiempo excluido a pesar de sus recursos.
Llevamos años hablando del “peak oil” como algo cada vez mas real y cercano y sin embargo la realidad, ése muro tan tozudo a veces, nos está mostrando que, lejos de cumplirse, su horizonte se aleja cada vez mas. Los precios de futuro del petróleo siguen bajando a ritmos insostenibles para sus tenedores de forma que la siguiente “burbuja” que vamos a tener en nuestra “estable economía de mercado”, sea precisamente ésa, la burbuja energética.
Teniendo en cuenta que no hablamos del petróleo “actual”, sino de un derivado que puede ya negociarse a 15 o 20 años vista, asistimos a la paradoja de tener un mercado energético que ha invertido muchísimo capital (incluso apalancándose) en productos alternativos a los combustibles fósiles, ya sea por “conciencia ecológica” o por puro interés económico, pero que asiste impertérrito a ver cómo lentamente el precio del crudo ha ido bajando desde los 150 dólares el barril ( años 2007 ) a 30-35 dólares en la actualidad, y con la perspectiva (Goldman Sachs dixit) de que se va a mantener en ésa horquilla durante los próximos 25-30 años. De hecho no hay forma humana de cambiar la tendencia bajista de los derivados a pesar de los intentos desaforados de sus tenedores haciendo campañas orquestadas de manipulación y a la inyección brutal de liquidez que hicieron los grandes Bancos Centrales hace poco.
Precisamente ésa inyección gigantesca de liquidez junto con las constantes subidas de precios de principios de siglo (debido a su finitud y a las alarmantes voces que hablaban de un cercano peak oil) hicieron que la investigación e inversión en industrias como las fotovoltaicas, solares, eólicas, biomasa, fusión nuclear, fracking, etc.. cobrasen especial interés para los inversores. El mercado energético entendido como “mercado capitalista per se” y no como mercado de autoconsumo o de independencia energética, que es a lo que tienen que dirigirse algo que es la principal fuente de sustento de la humanidad, hizo el resto.
Lejos de servir para la autosuficiencia y la concienciación ecológica, como ha venido demostrando la pérdida de interés paulatina hacia esas industrias incluso “cobrando tasas al sol”, la “mercantilización” de la investigación e inversión privada en el mercado energético, tan fundamental para la humanidad, va a derivar simplemente en otra burbuja financiera que “socializará” las pérdidas y “capitalizará” las ganancias como viene siendo habitual en esta economía ¿ capitalista?.
VAM