Las palabras están asociadas a diversos conceptos y los conceptos están asociados a diversas palabras. Esta asociación es dinámica y cambiante y en cualquier momento se puede modificar. Baste con que cambie el contexto para que también pueda cambiar también la asociación. Nuevos conceptos no siempre necesitan nuevas palabras y nuevas palabras no siempre están asociadas a nuevos conceptos. La creación de nuevas ideas o conceptos es un proceso muy complejo en el que se adoptan caminos diversos que pueden ir desde la formación de nuevas palabras hasta la redefinición y reutilización de palabras ya existentes. Apropiarse de las palabras es el primer ejercicio del poder político pero también lo es el colonizar los conceptos por medio de la apropiación de las palabras.
El leguaje de la izquierda tradicional esta cargada de palabras que ha sido redefinidas por la derecha y con ello han conseguido colonizar y neutralizar la fuerza de los conceptos. Capitalismo y anticapitalismo, Estado, democracia, derecha/izquierda, público, progreso, libertada, constitución, competencia, mérito, partido político, política, clase social, trabajadores, feminismo son expresiones que hoy significan para muchos cosas distintas de lo que significan en su formulación social originaria. Amparados en las cargas emocionales asociadas a las palabras se miente y se manipula de tal forma que con el prestigio de la libertad se engatusa y con el miedo al comunismo se explota. Hay muchos anticapitalistas que no saben que lo son y hay muchos liberales que abrazan la tiranía. Hay muchas mujeres feministas que no se dicen feministas, hay muchas personas muy politizadas que dicen que son apolíticas. La separación entre las palabras y los conceptos es un entretenimiento del diablo neoliberal-
Y esto es algo que muchos no hemos entendido pero que Podemos si lo ha visto. Como si de un nueva fenomenología se tratara, han elaborado un discurso que va directo a las cosas mismas. Han unido de nuevo las palabras colonizadoras y se ha acercado a los conceptos; y así nos han mostrado que aquello que las palabras desunen, lo pueden unir los conceptos. No hay una amplia mayoría anticapitalista pero si hay una amplia mayoría contra la precariedad, el paro, la privatización de la salud y la educación, o sea contra sus consecuencias .No hay una amplia mayoría social contra el neoliberalismo pero si contra los paraísos fiscales, el fraude a hacienda, los banqueros. No hay una mayoría social contra la propiedad privada pero si contra la privación de toda propiedad que significan los desahucios, las preferentes, la rebaja del salario mínimo.
Y nos es que, como dicen algunos, hay que eliminar las etiquetas, pues sin etiquetas no podemos hablar; sino de cambiarlas, de redefinirlas, subvertirlas religando de nuevo las palabras y las cosas. Rescatar el significado político de la verdad del la cháchara mediática y política. Cuando la derecha se autodefine como apolítica está jugando así al mismo juego, con el fin de criminalizar la política. Cuando die que no es “ni de derecha, ni de izquierda” está tratando de huir de un marco cognitivo que le es desfavorable. Buscan etiquetas ambiguas que oculten los conceptos y nosotros debemos buscar etiquetas nuevas desoculten los conceptos. El juego tiene las mismas reglas pero los intereses y los fines son antagónicos.
En el debate suscitado en la abdicación del rey, Podemos, y mucha gente, se sitúa en la dialéctica entre democracia y oligarquía y no en la dialéctica entre república y monarquía. La derecha está asustada pero también encantada con que saquemos la tricolor, y mi corazón también, pero mi cabeza dice que la bandera que hay que sacar es la de la democracia. ¿Y qué es la república sino democracia?. El objetivo es ganar y no quedarnos satisfecho por haber expresado nuestras frustraciones políticas. Y hoy se gana a los borbones desde la demanda de democracia y no desde cuitas históricas, por muy justas que sean, que lo son. No olvidan se ha hecho para corta el suflé de Podemos, en ascenso neos imparable hacia la mayoría social.
Un ejemplo magnífico de descolonización de los conceptos ha sido la reapropiación y resignación de la expresión de “la casta”. A mí no me gustaba nada. Estaba en manos de la extrema derecha antipolítica y son ella se identificaba solamente a la clase política democrática. Podemos la ha cogido y ha redirigido todo el odio social contra la oligarquía que es algo mucho más amplio y radical que los políticos, a los cuales se les achaca y con razón de estar al servicio de la casta. Si Podemos no hubiese descolonizado este concepto hoy sería un arma poderosísima en manos de la extrema derecha populista contra la democracia.
¿Pero como descolonizar los conceptos sin incurrir en un discurso complejísimo de imposible asimilación social? Es decir, como decir la verdad sin volear el principio de economía cognitiva que también manejan los colonizadores de ideas en la era de los 140 caracteres por mensaje. Por medio de una estrategia participativa y popular, con un programa radical elaborado escuchando al gentes y a los movimientos sociales pero amplio, buscando a las mayoría sociales mensaje claros y directos y hechos escuchado a la gente, alejado de la política profesional, usando la red y los medios de comunicación, buscando el rumor silenciosos y el trabajo oculto de las multitudes.
Podemos es más que una estrategia de comunicación exitosa, debe ser mucho más. Pero con este éxito ya nos ha enseñado muchas cosas sobre los nuevos caminos de las emancipación y la hegemonía.