El insurrecto
Antonio Manuel
¿Qué cantan los poetas andaluces de ahora? ¿Qué miran los poetas andaluces de ahora? ¿Qué sienten los poetas andaluces de ahora? (Aguaviva. Alberti) No tenía edad para responder en 1975. Tampoco respondí cuando la tuve. Me faltaban las luces necesarias para saberme libre. Hoy sí me atrevo a contestar. Sin miedo. Consciente del enorme precio que pagaré por mi disidencia: No existen poetas andaluces de ahora.
Sólo los poetas podrían suicidarse saltando desde su ego. Existen excepciones, por supuesto. Las mínimas para cumplir la regla. Si como decía Demóstenes, la raza de los poetas es la dueña de la libertad, me temo que los andaluces de ahora se han fabricado sus propias cárceles alicatadas de espejos para mirarse. Porque nadie más los mira. Nadie más los oye. ¿Es que ya Andalucía se ha quedado sin nadie? ¿Es que acaso en los montes andaluces no hay nadie? ¿Que en los mares y campos andaluces no hay nadie? ¿No habrá ya quien responda a la voz del poeta? Claro que hay pueblo con ansia de respuesta. Sólo que no hay poetas (andaluces de ahora) que les dirija la palabra.
Si de verdad existieran, escribirían versos fríos con estadísticas. Hay más de 850.000 desempleados en Andalucía. La tasa de paro más alta de España (21,78%), ocho puntos por encima de la media española y lejísimos de las cifras de Navarra o País Vasco. Los parados andaluces representan casi el 27 por ciento del conjunto del Estado. Más de 400.000 son mujeres. El paro se ha incrementado en Andalucía durante el año pasado en 326.300 personas, un 62,26%. Si contásemos a nuestros emigrantes en otras comunidades, uno de cada tres parados en España sería andaluz.
Dos son los vicios inducidos que garantizan el consentimiento de las masas y la homogenización cultural en el planeta: la negación del espacio y del tiempo. El poeta que acepta estas demoníacas condiciones, se cree universal y eterno. Piensa que no siendo de ninguna parte es de todas. Piensa que anclado en el presente será recordado en el futuro. Y se equivoca por partida doble. El poeta que no se ubica en el espacio y en el tiempo termina devorado por un agujero negro. Quizá existan poetas. Pero no son andaluces. Ni de ahora.
Si de verdad existieran, escribirían versos desesperados contra el secuestro de nuestra democracia por los partidos políticos. Denunciarían la depredación que el urbanismo y la codicia han provocado en nuestros paisajes. Colocarían sus fronteras íntimas a un palmo de su pellejo. Alzarían la voz contra el genocidio identitario que nos ha convertido en animales avaros y soberbios. Si de verdad existieran, sabrían de lo que hablo, se ofenderían, no soportarían el peso de la conciencia, y me retirarían la palabra. Esa que no escriben. Porque prefieren la certidumbre de la esclavitud al riesgo de la libertad.
Cantad alto. Oiréis que oyen otros oídos. Mirad alto. Veréis que miran otros ojos. Latid alto. Sabréis que palpita otra sangre. No es más hondo el poeta en su oscuro subsuelo, encerrado. Su canto asciende a más profundo cuando, abierto en el aire, ya es de todos los hombres.
Antonio Manuel, hemos coincidido en gran parte de lo que decimos. Mira arriba. Un beso