Todas las encuestas vaticinan que Coalició Compromís, una entente de valencianistas y ecosocialistas, será determinante en la conformación del próximo Ejecutivo de la Comunidad Valenciana. Ya dio el campanazo en las últimas elecciones autonómicas al conseguir seis diputados, a pocos votos del séptimo, y superar a la marca valenciana de Izquierda Unida, rompiendo todos los augurios de los sondeos que la dejaban fuera del Parlamento valenciano.
Además, en la última encuesta, su líder más carismática, Mónica Oltra, es el político valenciano mejor valorado por los valencianos y su grado de conocimiento, a pesar de no aparecer en el canal autonómico, se acerca a la ansiada cifra del 50% y es la preferida para liderar el futuro gobierno valenciano, por encima de los líderes del PSPV y EU.
Su amplio peso en las zonas urbanas y su discurso fresco, cargado de valores y simbolismo, consigue que Compromís conecte con la masa social progresista que huye de las puestas en escena propias de épocas pasadas donde el único valor es la nostalgia del pasado. A pesar de lo que pueda parecer, la formación de Oltra es la oposición más dura y radical contra la corrupción y el modelo económico, fiscal, social y ecológico del PP. Entonces, ¿cómo es posible que una opción tan radical esté llamada a triplicar su actual representación y su líder sea favorita por la sociedad?
La respuesta está en las formas, no en el fondo. Casi lo mismo que defiende Compromís lo defiende Esquerra Unida. Sin embargo, la coalición de Oltra usa el lenguaje que habla la gente, dice lo que la gente tiene que repetir –no lo que la gente quiere escuchar-, emplea la audacia para romper el veto del PP y consigue descodificar la ideología conservadora con símbolos y valores de futuro.
Compromís no trata de acercarse al centro, donde la socialdemocracia piensa que está la mayoría; tampoco usa formas y verbos antipáticos o alejados de la mayoría, como hace la izquierda tradicional. Es más, en la mayoría de los temas, Compromís es más radical incluso, entendiendo por radicalidad profundizar en las causas de las injusticias, que Esquerra Unida y no digamos ya que el Partido Socialista.
Por el contrario, no es vista como una opción extremista y consigue sumar a antiguos votantes tradicionales del PSPV hartos de la tibieza socialdemócrata. Y lo más importante, también suma a antiguos votantes del PP que sin ser oligarcas votaban a éstos porque consiguieron conectar con sus valores en la época de bonanza cuando la derecha se apoderó de los símbolos valencianos.
Es decir, Compromís ha huido de la soberbia que piensa que quien no vota a la izquierda es porque no lee o está equivocado. También ha dejado de creer que los símbolos del pasado servirán para construir el futuro y, lo más importante, transmite confianza en que las cosas se pueden cambiar. Su logo, una sonrisa, es ya una declaración de intenciones: política con alegría y corazón. El sí se puede de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca trasladado al estrado de las Cortes Valencianas: los vídeos de Mónica Oltra y Mireia Mollá causan furor en Youtube.
Compromís también ha roto los muros que confunden la política con la partitocracia, ha sumado a un amplio espectro de la pluralidad que salió malparada de la escisión de Esquerra Unida, está trabajando un tercer espacio político –ecologismo y valencianismo progresista y federalista- y consigue atraer a multitud de jóvenes que se veían muy lejos del funcionamiento de los partidos políticos tradicionales. Todo ello sin contar que, con casi toda seguridad, será la única fuerza política que elegirá a sus cabezas de carteles electorales en primarias ciudadanas y en las que podrán participar los mayores de 16 años.
Profundización democrática, ecosocializar a la izquierda tradicional y un valencianismo progresista que, al contrario de lo que ha hecho Cristina Tárrega en un mitin del PP, no necesita desprestigiar a ningún territorio español para reivindicar su lengua y cultura propias.
Los programas electorales de Esquerra Unida y Compromís no son muy distintos, ambos defienden la emancipación de la mayoría social, sin embargo, es la coalición que lidera Mónica Oltra quien ha sabido conducir la indignación en construcción de una alternativa, a la vista de las encuestas electorales.
Las camisetas-denuncia, las intervenciones parlamentarias en lenguaje directo y sencillo, la profundización democrática y el uso de símbolos actuales para construir la sociedad que vendrá no es casualidad, es comunicación política del siglo XXI de la izquierda que quiere aspirar a algo más que al 5%. Es a través de la comunicación política donde se transmiten los valores, los símbolos y estructuras mentales y donde se gana la hegemonía cultural. De nosotros depende: ortodoxia e irrelevancia o apertura para escribir en los boletines oficiales del Estado y de las comunidades autónomas.
Una aclaración sobre la encuesta citada: la filtración que hubo antes de que se publicara daba a Compromís 19 diputados. Se ve que asustó tanto en Ferraz que mandó a la imprenta que bajaran la cifra, y así es como pudimos leer en ‘El País’ al día siguiente lo de los 13. Por el bien de mi cultura, de mi país, el valenciano, y de mi gente espero que Compromís gobierne muchos años.
Pero de qué encuetas estais hablando,? Compromís superarà con creces a IU-EU, y lo sabeis de sobra.
La gente de izquierdas queremos una nueva forma de hacer política y sobretodo de elegir nuestros candidatos,EU utiliza el sistema vertical, la partitocracia,el dogma cansino…buff,a ver si cambian de una puta vez.
Soy militante de Compromís. Concretamente del Bloc. Por lo tanto nacionalista y progresista.
No os podeis ni imaginar, los que no vivís en el País Valencia, por lo que hemos pasado y por lo que estamos pasando. No hay una proyección a nivel nacional de cómo se vive políticamente en la oposición en esta «comunidad». El otro día salió en las noticias que a una invitada del PSOE la desnudaron para entrar al congreso. Eso aquí es un práctica habitual. Tenemos una ley en les Corts en la que nos PROHIBE entrar con cualquier tipo de camiseta reivindicativa. Así, como suena: PROHIBIDO. Cuando acudimos a les Corts por cualquier motivo nos registran en la entrada. No les importa si llevamos armas, punzones o Ántrax. Eso si, levantamos las camisas y los sueters para demostrar que no llevamos camiseta que les pueda ofender.
En YouTube podeis ver un montón de vídeos de Mónica, Enrci, Mireia, Franc, Juan o Josep Maria. Así como de Baldo, nuestro diputado en el Congreso en Madrid. Estos compañeros pasan auténticas penurias. Desde amañar votaciones, esperar a que entren los del PP en el emiciclo para votar, jugar con papelitos mientras habla nuestra compañera Mónica (que además la presidenta de la comisión le llama al orden a ella por quejarse), que Blasco insulta a Mónica… Bueno, podría estar días y días anunciando barbaridades por las que han de pasar mis compañeros.
Es posible que Compromís y EU saquen los mismos diputados en las próximas elecciones. Es posible que Compromís saque menos o mas, eso no nos importa. Vamos a seguir luchando y trabajando por todos los valencianos como lo estamos haciendo hasta ahora. Denunciando todo, absolutamente todo, lo que está mal. Tenemos muchísimos frentes abiertos. Muchas demandas en los tribunales por la pasividad del gobierno valenciano a la hora de ejecutar sentencias… Pero pase lo que pase a partir de mayo de 2015 vamos a estar ahí.
Soy valenciano y os voy a dar mi punto de vista. Mónica Oltra habla en catalán, una lengua que los valencianos sentimos como nuestra y que el PP ha intentado eliminar de nuestras tierras desde que gobierna. Además, las políticas que lleva a cabo están basadas en la ciudadanía. No hay problema social que se les escape y si lo hay, los ciudadanos se lo hacemos saber a través de su web, donde podemos interactuar con ellos. Es un «cara a cara», como en Inglaterra.
El problema del País Valencià es que el PP ha gobernado en un tiempo en el que la economía mundial vivía un bonito sueño, por lo que la gente inconscientemente pensó que todo lo que el PP decía y hacía era lo correcto. Estábamos acostumbrados a escuchar lo que decía el PP tan alegremente de que «València està molt bonica, i és la millor terra del món» (Valencia es muy bonita y es la mejor tierra del mundo). Por no hablar de que habían muchas localidades valencianas en las que el PP parecía un partido nacionalista valenciano y aquí, dado el regionalismo tan fuerte que tenemos, «sonaba muy bien» a nuestros oídos todo lo que decían como «Visca València» o «Som valencians, els millors del món» (Somos valencianos, los mejores del mundo), o «València està molt bonica. Tenim una Fòrmula 1, el Palau de les Arts i les Ciències, la America’s Cup, Terra Mítica, etc.». Además, los mítings del PP eran increíblemente majestuosos, pagados claro, con el dinero de empresarios que luego chuparían del bote.
Ahí se creó toda la red empresarial conectada directa o indirectamente al PP, hasta que estalló la crisis. Empresas cerradas, gente en el paro, nos tocan el bolsillo, privatizan hospitales y colegios, recortan en sanidad y educación, les quitan dinero a los funcionarios para que ellos paguen todo el desastre, sale a la luz toda la corrupción y aquí estamos, esperando a que en 2015 cambie el gobierno y nos arroje un poco de luz sobre la realidad en la que vivimos.
Por cierto, soy nacionalista valenciano y estoy a favor de la independencia. No lo era hasta que no pasó todo esto y nos tocaron los bolsillos. Los valencianos estamos muy discriminados y a pesar de la riqueza que generamos, nos la quitan. Hace poco incluso salió en los periódicos que los valencianos y catalanes deberíamos pagar las autopistas de Madrid. ¿Cómo? Pues alargando las concesiones de las autopistas valencianas y catalanas que se suponía ya estaban pagadas e íbamos a dejar de pagarlas en breve. Unos 50 euros me cuesta ir de Valencia a Barcelona y eso que me pilla a poco más de 2 horas.
Un saludo.
Eso mismo digo yo.
Algo está haciendo mal Compromís que de estar a punto de superar al PSOE en las encuestas ha pasado a un empate técnico con EU, que estaba prácticamente desahuciada.
Si, bueno, vale, como primera aproximación al tema no està mal. Però si se rascas un poco la superficie se ve que el amalgama de gente que contituye compromís no són Monica Oltra. Puede que ella no esté anclada en el pasado. Però no es el caso de mucha de la gente que està en la coalición. Sobretodo aquellos que provienen del nacionalismo valenciano del Bloc que nunca han querido definirse como nacionalistas de izquierdas. Aún así me alegraria mucho que EU i Compromís fueran juntos a las proximas elecciones. Creo que ello seria el mejor contrapeso a un PSOE descafeinado que si no es así, recibirà màs votos que Compromís y EU por separado y, como en Andalucia, querrà la presidencia y eso con la cuadrilla de carcas que lidera el PSOE del P.V. seria màs nefasto que el tripartito de Catalunya.
Esquerra Unida i Compromís estan tecnicamente empatats, Monica Oltra té una valoració de 5,9 I Marga Sanz de Esquerra unida un 5 de nota en les enqüestes EU i Compromís traurien 13 escons cadascú
Dejémonos ya de marketing politiquero y meros juicios formalistas. La buena de Mónica Oltra triunfa porque, en vez de montajes o alambicadas astucias, propias de la vieja política, lleva por bandera una virtud clásica infrecuente en nuestros días en la vida pública: la PARRESÍA, el coraje de vivir con la verdad por delante. No hay ningún paralelismo que se pueda establecer con ningún político en el parlamento andaluz, gravitando entre lo ‘políticamente corrrecto’ e insustancial al servicio de las consignas de Madrid o el burdo cinismo neofalanjeta rojipardo que confunde franqueza con brutalidad de patán.
Además su Compromís con el valencianismo y las posiciones de clase esta exento de toda duda, como podéis ver en este vídeo, donde la buena de Mónica consigue transmitir más empatía a cualquier andaluz en valenciano que su oponente peperra hablando castellano de fachadolid. Juzgad vosotros mismos:
http://www.youtube.com/watch?v=G-5qqs4XetY
Una noticia muy subjetiva de lo que es Compromís.
Según las encuestas, dan los mismos diputados a EU que a Comp,