Francisco Garrido. En los barrios populares apenas hay balcones con la banderas. En los barrios conservadores apenas hay balcones sin banderas. Esta es la evidencia que cualquiera puede observar si pasea por cualquier ciudad andaluza Los ricos, los conservadores, los medio pensionistas asustados, y la gente de orden en general tiene bandera. Los demás no. Hay pues una lectura de clase de esta batalla de los balcones. Las gentes de abajo no tienen banderas en esta confrontación con Cataluña, los de arriba si: la rojo y gualda.
¿Y las banderas andaluzas? Sabemos que cuando alguien sale a la calle a pedir derechos allí esta, pero cuando la manifestación es para negar derechos, la que vale es la otra. Hay pues una lectura de clase en esta guerra de los balcones y las banderas pero también la hay ideológica; nadie saca la bandera andaluza para negar ningún derecho , ni para confrontar con ninguna otra identidad colectiva ( sea España, Cataluña o el islam)
La identidad política andaluza no es agonística, no se afirma sobre la negación de nadie, ni se construye en confrontación con nadie; es abierta y cooperativa, es el universalismo del que habla Juan Ramón Jiménez o Blas Infante. Por ello para la catalanofobia desatadada no sirve la bandera andaluza, al igual que tampoco para cualquier forma de sentimiento antiespañol o xenófobo.
Los balcones de las clases populares andaluzas están mudos y apatridas en medio de una guerra que ha sido presentada, aunque no lo es, como una guerra entre identidades y banderas; y así permanecerán mientras sigamos en este clima guerra civílísta. Otra cosa puede ocurrir si como resultado de la reforma constitucional, que llegara si o si, a Andalucía se le quiere retrotraer a antes del 4 de diciembre de 1977. No sé si entonces volverán las blanquiverdes, ojalá, pero si se que solo entonces volverán a los balcones para gritar ¡¡ “Andalucía como la que más”¡¡ Y si eso ocurre la geografía de esos balcones será la inversa a la que ahora es. De todos modos será bueno que vayamos advirtiendo a los chinos.
La razón es que el andalucismo siempre ha sido el tonto útil de los nacionalismos destructores de España.
Lo más triste es que si los separatistas consiguen su deseo Andalucía no va a tener dinero para pagar su sanidad y su educación
Por tanto no afirmar la identidad española de estas clases humildes constituye un hecho incomprensible y absurdo, solo debido a la falta de conocimiento información