Después de cinco largos años de crisis en los que el fracaso político de su gestión, primero del PSOE y ahora del PP, ha provocado tanto una catástrofe social como el cuestionamiento del sistema político de la transición basado en una democracia de mínimos (bipartidismo, monarquía, ausencia de controles efectivos, etc.), ambos partidos están preparando el terreno para llegar a un pacto como último recurso para mantener su duopolio político.
En la puesta en escena para “preparar” a la opinión pública tienen un papel destacado los expresidentes Aznar y González, en una clásica distribución de roles entre poli malo y poli bueno. El primero cuestionando internamente el liderazgo de Rajoy y sugiriendo que la derecha podría ser aún más dura y el segundo intentando disfrazar las presiones de las multinacionales a favor del pacto bajo la capa de una posición “de estado”. El Rey, tan cuestionado como el bipartidismo del que depende la existencia de la propia Monarquía, ha jugado un papel “discreto” de muñidor del acercamiento PP – PSOE.
En segundo lugar quieren que la opinión pública no vincule el pacto a una agudización de la crisis, que es la causa directa que les está obligando a quemar este último cartucho. Por eso le han dado tanta importancia a los datos del paro registrado durante el mes de mayo a pesar de que se trata de la información que ofrece un registro administrativo (la SEPE, el antiguo INEM) y no una operación estadística homologada como la EPA (Encuesta de Población Activa). Además, estos datos, una vez desestacionalizados (es decir, eliminados los fenómenos específicos de este mes de mayo que han provocado una mayor contratación, como los turísticos), indican que prácticamente no hay creación neta de empleo y que, por el contrario, la contratación indefinida cae a mínimos históricos.
Sin embargo apenas han informado de los datos que indican una agudizaron de la crisis:
a) El PIB ha registrado una caída interanual del – 2% durante del primer trimestre del año, con lo que se llevan siete trimestres de caídas continuadas. En particular la demanda interna ha descendido en un año un – 4,9%, el peor dato de los últimos años.
b) Los créditos a las empresas y a las familias han disminuido en el mes de abril un – 7%, según datos que acaba de facilitar el Banco de España (BE), (un – 7,2% para las empresas y un – 4,3% a las familias, en la tasa interanual), también la mayor caída de los últimos años.
c) En el mes de marzo (último dato ofrecido por el BE) se ha producido un cambio de tendencia en la cuenta financiera de la Balanza de Pagos y de nueva han vuelto a huir las inversiones de España provocando un saldo neto negativo de –5.168 millones de € en este mes, destacando la desinversión de los valores de cartera (acciones y deuda pública) que presentan un saldo neto negativo de – 14.310 millones.
d) El dato de la deuda pública (que ha hecho hoy el Banco de España) es impresionante: ha pasado en un año del 73,0% del PIB al 88,2% del PIB (¡un aumento del 15,3 puntos en un año¡) hasta alcanzar los 922.828 millones. Nunca, ni siquiera durante la crisis, la deuda pública había crecido tanto. Quieren que miremos exclusivamente al déficit cuando el verdadero problema es la deuda y que culpemos a las CC.AA. cuando el 88% de la deuda es del Estado central (814.005 millones)
e) En el mes de abril cerraron 2.090 empresas, casi un 50% mas que en abril de año pasado.
El pleno del Congreso de los Diputados votará en los próximas días una proposición no de ley con un texto común del Gobierno y del PP y el PSOE ante la cumbre europea de los días 27 y 28 de junio. Han elegido el Congreso y la excusa de Europa como el mejor escenario y el tema con menos aristas para ir escenificando un acercamiento para que si las cosas siguen por el mismo camino poder pactar un gobierno de coalición PP – PSOE en la próxima legislatura.
Seguramente buscarán comparaciones con los Pactos de la Moncloa para organizar un relato legitimizador pero es evidente que no tiene relación alguna con aquel Pacto: ni los actores son los mismos (ahora solo PP y PSOE y en todo caso algún otro partido de la derecha) ni la coyuntura es la misma, sino todo lo contrario: la reforma fiscal acordada en los Pactos de la Moncloa impulsaba un escenario de crecimiento acelerado de los ingresos y del gasto público; ahora lo que esconde este Pacto es compartir las responsabilidades por las políticas de recortes y de socialización de las pérdidas de la banca y preparar una mayoría parlamentaria para aguantar la presión social ante las privatizaciones de los servicios públicos, empezando por las pensiones y continuando por la sanidad, las grandes presas que quieren las multinacionales a cambio de inversiones, en un contexto de paro masivo, desigualdad, empobrecimiento y extrema precariedad laboral.
Las consecuencias políticos de este Pacto pueden ser determinantes:
a) Los partidos del “régimen monárquico” se agrupan en un mismo frente identificado claramente con la derecha y los intereses de las élites empresariales que han impuesto un modelo económico especulativo, centralizado y extractivo de los recursos públicos. Ni siquiera una operación de reforma de los partidos para mantener el bipartidismo podría impedir su aislamiento social.
b) La dirección estatal del PSOE opta con este pacto por continuar con el camino emprendido con la reforma del artículo 135 de la CE que priorizó el pago de los intereses de la deuda pública frente por ejemplo al pago de las pensiones. Las tensiones internas ideológicas y territoriales pueden estallar tal como ha ocurrido en el PASOK.
c) Los sectores electorales tradicionalmente más fieles tanto al PP como al PSOE (jubilados, autónomos, pequeños empresarios, etc.) los van a abandonar masivamente ante el ataque brutal a sus condiciones de vida lo que va a implicar un vuelco espectacular en el sistema político.
d) La opinión pública puede cambiar la visualización del enfrentamiento político entre el PSOE (la izquierda) y PP (la derecha) por el de la derecha (PP y PSOE) frente a la izquierda agrupada en IU pero también Espacio Plural y en los movilmientos sociales.
e) Sería en definitiva la constitución de un “sindicato de intereses” de las élites responsables de la crisis y de la corrupción frente a una ciudadanía activa en torno a un programa de izquierda para el cambio.
f) Se abre todo el espacio de la oposición social a una izquierda que tiene que expandirse desde las movilizaciones sociales hasta el centro izquierda, con alternativas claras sobre la igualdad social, la articulación territorial del estado, la participación activa de la ciudadanía, la plena democratización de las instituciones y sobre todo un nuevo modelo productivo.
g) Andalucía, la gran víctima del modelo bipartidista, centralista y desarrollista, es el territorio mas interesado y con más potencia para romper con el actual círculo vicioso de recortes, privatizaciones, depresión económica y hundimiento fiscal que se mantiene por causa del bloqueo político existente. Si antes pudimos, ahora también podemos.
Y siempre será victima, hasta que aprendamos los Andaluces a ser primero Andaluz del signo que sea y después partido político, quiero decir que, cuando el gobierno central es del Psoe, la Junta tiene que ayudarles porque para eso somos quienes dan mas fuerza al partido, cuando el gobierno central es del PP, atacan a Andalucía con toda clase de boicot a las acciones que aquí hacemos para perjudicar al Psoe. Por eso primero tenemos que ser Andaluz, debemos de unirnos izquierdas y derechas, pero Andaluces, y cuando seamos JUNTA DE ANDALUCÍA, «ANDALUZA», ya discutiremos entre nosotros quien lleva las riendas del gobierno Anddaluz.