Francisco Garrido.La justicia ha de ser necesariamente intuitiva pues de lo contrario se arriesga a perder todo tipo de legitimación social . Nadie puede entender que una persona adulta, con estudios superiores y que ocupa un alto puesto en una entidad financiera constituya una sociedad mercantil para defraudar a Hacienda junto con su marido, que es un exjugador de balonmano, no tiene estudios superiores, ni relación profesional alguna con las finanzas; y ella sea absuelta de delito fiscal, por ignorancia, y él condenado . Pruebas : el dice que sabía lo que hacia y ella que no lo sabía. Ella, que era la experta, solo hacia lo que le decía su marido, que era el inexperto.
A partir de aquí en los juzgados españoles tendrán que admitir “pulpo” como animal de compañía..
Nadie puede tampoco entender que no haya relación alguna entre esta sorprendente decisión judicial y el hecho de que ella sea hija y hermana de reyes que son impunes por mandato constitucional y, él, el duque empalmado según autodefinición, uno que jugaba con pelotitas en Barcelona. La Infanta de naranja no sabía nada pero se lo gastaba todo. Por supuesto de esto, el fraude, el padre y el hermano de la Infanta de Naranja, tampoco sabían nada ¡que disgusto cuando se enteraron¡ ¡¡ Corrupción en la familia Real¡ Como nos descuidemos habrá que indemnizar a la familia real por “daños morales” . En fin, la postverdad a la española ,con unas gotas de infanta de naranja.No la Infanta DE Naranja no es tonta, los tontos somos otros, los que callamos y aceptamos esta infamia que es la restauración borbónica.