El miércoles 5 de diciembre un Catedrático de Filosofía del Derecho y miembro de la dirección de VOX se apresuraba a decir que su partido no es fascista, y en sus propios argumentos ahonda justo en lo contrario. Muchos pensamos justo lo contrario. Es un eslabón más de una cadena, que es toda una estrategia de la derecha y parte del poder económico de este país, justo en este momento histórico de la globalización, para acabar con el gobierno de Pedro Sánchez e instaurar un gobierno de claros tintes autoritarios y con vocación totalitaria.
Es lógico que un fenómeno como el fascismo que provocó tanto sufrimiento y desgracias en Europa y en España con su propia expresión totalitaria; el franquismo, no sea reivindicado por los lideres de VOX en un intento de poder “naturalizarse” como algo de extrema derecha, al igual que existen otras expresiones de extrema izquierda.
El fascismo y su manifestación “hispánica”, el franquismo, es una expresión política que se distinguía según Norberto Bobbio por ser ante todo, una «ideología negativa» que se construye a través de rechazos. Decía Bobbio que el rechazo de fondo del fascismo no era contra el socialismo o el comunismo, sino contra la democracia. Y lo dice un teórico de la democracia que en su juventud se vio absorbido por ese movimiento político.
Esa es la clave de VOX; es anti inmigrante (solo salva con condiciones a los provenientes de las antiguas colonias que evocan el pasado poder imperial de España y es muy duro con las personas que vengan del mundo musulmán, con los “moros”, en clara sintonía con el nacional catolicismo del estado franquista y la defensa del catolicismo a ultranza) . Es contra feminista y contra las mujeres, machista en su esencia (proclama ir contra las leyes de igualdad o de violencia de género y anti igualitario), es profundamente homófono, es anti autonomías, es anti Unión Europea, niega el cambio climático y es anti ecológico, es anti establishment también, critica con dureza a la “clase política” (aunque su líder este viviendo desde siempre de las prebendas de la política y los cargos públicos) , es un discurso del miedo “ al diferente”… Sus discursos son anti casi todo, lo que supuso el avance de este país en democracia. Porque su verdadero fondo es ir contra la esencia de la propia democracia. Es una filosofía de “recorte de derechos” y recorte del propio estado. Solo el ejército y las fuerzas de seguridad tienen su más explicito favor.
Es profundamente nacionalista, por eso su aversión a la UE, o sus críticas a la globalización, eso sí, tiene una idea nacional homogénea, católica y sin diversidad ninguna. Recuerda a los principios que inspiraron la creación de los estados modernos en Europa, justo al final de la Edad media. Son los individuos iguales y homogéneos ante su ESTADO y bajo la protección de su estado unificador y poderoso, y bajo un líder de claras expresiones varoniles, eso sí, protegiendo a los que merezcan ser miembros de ese estado claro; (comunistas, musulmanes, inmigrantes, homosexuales, feministas, socialistas,.. Esos no merecen esa condición y deben ser “minimizados, derrotados, expulsados o reeducados”)
El fascismo como el franquismo pretendía no ser ni de «izquierdas» ni de «derechas», aunque podía compartir características de ambas. El fascismo se caracterizó por lo siguiente: anti-liberalismo, anti-individualismo (colectivismo), anti-economía de libre mercado, nacionalismo extremo, racismo, refundacionalismo (creativo ex nihilo, cerrar un nuevo mundo, un nuevo ser humano y una nueva cultura), apoyado en una idea romántica del pasado glorioso. De ahí viene el termino fascista de la fascio (haz de varas) del imperio romano que lucían los magistrados para indicar autoridad y poder.
En el caso de VOX sus reiteradas referencias a Isabel la Católica, a la reconquista y a la época del imperio evocan la misma característica.
El autoritarismo, el antiliberalismo, el nacionalismo exacerbado, el anti socialismo, el corporativismo, el racismo, al militarismo, el machismo, el negacionismo del cambio climático, el hiperliderazgo, están muy presentes en el programa y las expresiones simbólicas de VOX .
Y se presentan a las elecciones, igual que hizo el Partido Nacional Socialista alemán con Adolf Hitler a la cabeza, presentarse a las elecciones y maniobrar con el gobierno de turno para ir afianzando su poder poco a poco. Hindenburg presidente de la República lo nombra con el apoyo de los grandes empresarios del momento. No olvidemos que nunca ganaron unas elecciones en situación de libertad, pero su estrategia les hizo, poder pactar con algunos partidos, y llegar al poder, y desde ahí suspender derechos en la democracia, inventar falsedades (incendio del parlamento y acusación a la izquierda) y ya sí ganar elecciones.
En el caso de VOX su programa electoral está lleno de estas cuestiones y es claramente anticonstitucional. Es verdad que como un movimiento populista, se asienta en llamamientos a lo sentimental, sobre lo racional, y eso lo comparten otros movimientos populistas de izquierdas. La diferencia es que uno se basa en esa filosofía negativa de recorte de derechos y libertades y los otros en la expansión y profundización de esos derechos y libertades
Como decía Norberto Bobbio; “El fascismo… fue una invención nueva creada concretamente para la era de la política de masas. Pretendía apelar sobre todo a las emociones mediante el uso de las ceremonias rituales cuidadosamente orquestadas y cargadas de una intensa retórica… Este neofascismo que la globalización produce es fruto también de su tiempo, no es del tiempo de los partidos de masas, pero si es del tiempo de las “fake-news” de los apoyos de sectores extremistas religiosos, de las redes sociales, de los Trump y los Bolsonaro, de los Brexit, o los Salvini, y los Le Pen.
Sus causas hay que buscarlas en el deterioro de las condiciones laborales y de bienestar de millones de personas trabajadoras, del deterioro de los servicios públicos, de la falta de expectativas, del fracaso de instituciones democráticas que no pueden garantizar ya una vida mejor para las generaciones futuras. Y en Andalucía VOX se nutre de lo mismo; de nuestro nivel de paro y desempleo (el mayor de toda la UE); del deterioro de los servicios públicos en la educación o la sanidad (recordemos los cientos de miles de andaluzas y andaluces movilizados contra las reformas sanitarias de Susana Diaz); en la falta de expectativas de jóvenes que ni estudiando tienen garantía de un futuro mejor; en las condiciones de extrema dificultad en la que viven miles de familias andaluzas, con dificultad de acceso a una vivienda digna; en que Andalucía sea la comunidad autónoma con la tasa de pobreza infantil más elevada; en ser una comunidad autónoma donde sus élites se han visto salpicadas gravemente por casos de corrupción política, y en las ganas de castigar a la clase política que la gente identifica como responsable de esa situación; el establishment, que en Andalucía es fundamentalmente lo que representa Susana Díaz, heredera de los 35 años de poder ininterrumpido de las élites de siempre del PSOE, renovadas con una nueva generación de líderes incapaces de introducir un discurso creíble para la mayoría de la población de renovación o de regeneración o de construcción de una alternativa capaz de superar esas situaciones.
El riesgo es echar la culpa de lo que pasa a Cataluña, y no darse cuenta de esta situación y de sus implicaciones globales y locales. Lo de Cataluña es la coartada perfecta en la que caen tanto gentes de la izquierda como la derecha para culpabilizar de la situación de la subida de VOX , y con eso solo hacen un flaco favor al gobierno actual de Pedro Sánchez, el único gobierno que hoy por hoy puede dar la vuelta a esta situación. El gobierno de Portugal y el de España son los únicos lugares donde se puede resistir a las presiones y envites que esa nueva ola neo fascista que recorre el mundo está ahora presionando a este País. Por Andalucía precisamente empezaron. El tema catalán acentúa en alguna medida, menos de lo que pensamos, pero no es la causa principal de este enorme descalabro de la izquierda especialmente y de las fuerzas democráticas en su conjunto. Y esgrimirla como causa nos hace caer en la estrategia de la derecha para derrocar a Pedro Sánchez y su gobierno.
No podemos pensar que las 400.000 personas votantes de VOX en Andalucía son fascistas
No soy partidario de las manifestaciones contra fascistas, creo que eso solo sirve para crispar y dividir mas a la población y ahora es la calma y la reflexión y el rearme de las fuerzas demócratas en su conjunto lo que hace falta en primer lugar y en segundo lugar el rearme, la renovación y la redefinición de estrategias y programas en la izquierda. Empezando por el PSOE que en Andalucía no hizo la renovación necesaria y así se ha constatado en estas elecciones el 9,9 % de sus antiguos votantes se fueron a la abstención, un 13,3 a Adelante Andalucía y un 8,8 % a Cs. Igual que los votantes de podemos casi el 9% se fueron a la abstención ( 8.9%) , siendo Andalucía Adelante la opción política que más votos y apoyos perdió porcentualmente, justo en el momento histórico donde el PSOE perdía apoyos en Andalucía. Tal y como se sitúan en Andalucía Podemos y el PSOE, solo una fuerza de carácter eco socialista y andalucista, tipo Compromis en Valencia, o Cataluña en Común, podía haber taponado esa enorme pérdida para el conjunto de la izquierda. Los partidos en democracia son instrumentos en manos de la ciudadanía (o de grupos claros de interés) para el logro de sus objetivos. En el caso de la izquierda andaluza acaba de demostrar que sus instrumentos no están a la altura de los tiempos que nos tocó vivir. Ojalá las andaluzas y los andaluces pongamos pronto remedio, antes de que sea demasiado tarde.
Jorge López
Profesor de Ciencia política
Universidad de Granada