Los ministros de Economía de la zona euro han aprobado este lunes el rescate financiero a Portugal que supone un paquete de préstamos de 78.000 millones de euros, concedidos a lo largo de tres años. La ayuda, solicitada por Lisboa el pasado 6 de abril, había quedado bloqueada por las exigencias de Finlandia que han sido aceptadas por Lisboa.
El FMI contribuye con un tercio de la ayuda, que supone 26.000 millones, y los dos tercios restantes son aportados a partes iguales por los fondos europeos constituidos en mayo de 2010: el Mecanismo Europeo de Estabilidad Financiera (MEEF), que obtiene dinero del mercado con la garantía de la Comisión Europea, y el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF), que recaba fondos con el respaldo de los Estados. El FMI exigirá un tipo de interés de entre el 4,25% y el 5,25%, y la UE de entre 5,5% y el 6%.
Las ayudas de la UE y el FMI a MEEF se han concedido sobre la base de tres condiciones: la reducción del déficit desde el 9,1% en 2010 al 3% en 2013; un plan de reformas del mercado laboral, sistema judicial y vivienda y servicios, entre otras, y un paquete de medidas para reforzar el capital de los bancos.
Los ministros han celebrado el apoyo de los partidos de la oposición portugueses, tal como se les había exigido previamente, al programa presentado por el gobierno el pasado 5 de mayo. La declaración del Eurogrupo señala que «las autoridades portuguesas se comprometerán a alentar a los inversores privados a mantener sus posiciones sobre una base voluntaria». Esta es una de las exigencias de Finlandia, junto a la de garantizar los préstamos concedidos con la venta de bienes públicos.
El ministro de Finanzas de Portugal, Fernando Teixeira, ha manifestado que el programa de ajustes fiscales y reformas legales «cumple con todas las condiciones exigidas por Finlandia».