JOSE ANTONIO PINO
Una parte importante de la ciudadanía, afortunadamente, está participando en el debate sobre un posible acuerdo de gobierno del bloque progresista entre el PSOE y Unidas Podemos.
Un debate, que supera la posición enquistada, durante décadas, de una parte de la izquierda de considerar al PSOE como un partido de derechas y por tanto es “venderse al capital” el querer participar en un gobierno de izquierdas, y que Iglesias ha superado proponiendo un gobierno de coalición.
A la propuesta de gobierno de coalición con presencia de ministros/as a propuesta de Unidas Podemos el PSOE y Sánchez en particular contrapone un gobierno de “colaboración” con un programa de gobierno pactado, una comisión de seguimiento y presencia en la estructura de gobierno con rango de Direcciones generales y secretarias de Estado, pero no de miembros del Consejo de Ministros/as.
En este debate, en el que caben múltiples matices, Iniciativa reconoce que la posición de unidas Podemos tiene una carga de legitimidad que le otorga los más de tres millones setecientos mil votos y los 42 miembros del Parlamento para pedir un gobierno de coalición con miembros de unidas Podemos en el gobierno.
Iniciativa conoce la experiencia europea de gobiernos de coalición en numerosos países en los que los gobiernos se constituyen en función del peso de los apoyos electorales de cada grupo político. Iniciativa conoce los numerosísimos acuerdos de gobiernos de coalición en los ayuntamientos y comunidades autónomas entre el PSOE y Unidos Podemos, incluso con otras formaciones progresistas de ámbito autonómico.
Iniciativa considera que la posición del PSOE de no admitir a ninguna persona a propuesta de UP para formar parte del Consejo de Ministros denota una actitud paternalista como si solo las personas a propuesta del PSOE tuvieran la formación, experiencia y capacidad para poder ser ministro/a. Como si solo ellos o el PP estuvieran predestinados a gobernar el Estado.
Desde Iniciativa queremos pensar que la actual cerrazón de Sánchez y el PSOE es una estrategia de cara a reforzarse en la negociación, y no nos gustaría que esta fuera una manera de forzar una investidura fallida, que diera lugar a nuevas elecciones en otoño y que permitiera a los poderes económicos a forzar a Rivera y ciudadanos a un pacto PSOE – Ciudadanos con el que sueñan los bancos, las eléctricas y las empresas del IBEX.
La reciente reunión de Iglesias con los sindicatos han puesto de manifiesto la imperiosa necesidad de formar un gobierno progresista que de estabilidad, después de dos años de inestabilidad del gobierno del Estado, que configure un programa de gobierno que de respuestas a la precariedad, a la defensa de los derechos sociales, a la lucha contra el cambio climático, y favorezca un empleo sostenible y una sanidad y educación pública de calidad.
El fracaso de la investidura de Sánchez como presidente del gobierno si no se llega a un acuerdo, evidentemente tendrá un coste electoral para Unidas Podemos, y posiblemente un aumento del apoyo electoral al PSOE. Pero, también es probable que la suma de los dos partidos no aumente, posiblemente por la actitud del electorado de cambiar de partido pero no de bloque electoral, permitiendo la recuperación del PP, y dificultando la constitución de un gobierno progresista. Entre otras cuestiones porque el concepto de dignidad política del electorado de izquierdas sentiría como menosprecio de Sánchez, y la dirección del PSOE, no aceptar la participación de personas propuestas por UP como ministros.
Sánchez que llego a Presidente del Gobierno, a través de la moción de censura, con un relato de izquierdas, con el aura de haber ganado al aparato mediático y económico a Susana Díaz con un discurso de izquierdas, puede haber roto su relato de enfrentarse a las tres derechas como explicitaba en la campaña electoral, y quien rompe su relato comienza su declive. Que le pregunten a Iglesias con su famoso chalet!!!!!