Francisco Garrido. Ganó el miedo y la confusión y perdió el cambio y la ilusión. La campaña de todos contra Unidos Podemos se torno finalmente en todos con el PP. El horror vacuo , que en política es fortísimo ,y más en los periodos de crisis e inestabilidad como este; se vio alimentado por estos seis meses sin gobierno, donde el único que no ha hecho ruido ha sido precisamente el gobierno, con un “hombre tranquilo” al frente. ¿Quién aplacaría este miedo? ¿ Un PSOE a la deriva que no hizo campaña contra el PP sino contra Podemos? ¿El engendro naranja de Ciudadanos pensado para bloquear a Podemos y asistir a PP y a PSOE en estos trances difíciles? Unidos Podemos no podía ser la respuesta pues era precisamente el causante del miedo y del vacío con que se asustaba al electorado más conservador o mas vulnerable a estos mensajes. El beneficiario final de esta campaña contra Podemos era el PP , no podía ser otro como así ha sido. ¿Y la corrupción? para esta minoría mayoritaria conservadora “todos los políticos son iguales” , para ellos el robo a las arcas públicas es más tradición que traición.
En este contexto de inestabilidad y miedo, en el que la bomba del Brexit ha jugado un papel más importante de lo que se quiere reconocer; Podemos presenta como toda novedad con respecto al 20D: la unidad con IU (que a partir de ese momento pasó de ser “la izquierda verdadera” a volver a ser “los comunistas); la imagen del “que vienen los rojos”, está completa. Susana Díaz convertida en activista de base del PP , lo dijo claro; “Esa gente que solo sabe ocupar fincas y asaltar supermercados “
¿Fue entonces un error la unidad? No, las cosas son a veces así de trágicas, era la mejor opción posible pero también tenían unos costes inevitables en una situación que se fue complicando hacia el miedo paulatinamente. Se hizo lo que se debía de hacer aunque lo que se debía no era lo que se tenia que hacer. Estoy seguro que los costes presentes y futuros de no haber hecho lo que se debía hubiesen sido superiores a los que ahora lamentamos. ¿Entonces porque mucho de los votantes de IU y de Podemos por separado no han respondido a la unidad? Porque el miedo no es sólo un asunto de votantes del PP o del PSOE; la pirámide demográfica española explica esto muy bien, la edad media de lo votantes de todo el que aspire a ganar es muy elevada necesariamente. Subestimamos ese miedo y creímos que era muy superior el miedo a las políticas de austeridad y al continuismo, que el miedo al cambio.
En nuestra tradición de izquierda solemos creer que todo es siempre un problema de oferta y estamos rápidamente tirando de autocrítica , de errores, la vieja idea de la culpa nos corroe. O pensamos que es un problema exclusivo de demanda: la gente se equivoca, están alienados , mala baba de perdedores moralistas. ¿Y si fuera, como es siempre, un problema de adecuación entre la oferta política que hacemos y la demanda social dada? Hicimos la oferta que había que hacer pero la demanda era otra y giró con ayuda de todos, voluntaria e involuntariamente; y no conseguimos el grado esperado de adecuación entre oferta política y demanda social en una cuestión clave: la seguridad ¿Era posible prever esto? Creo que difícilmente, las encuestas no mentían todas, solo que una cosa es responder a un cuestionario y otra votar, amen de el alto número de indecisos que ya anunciaba incertidumbre. ¿Quizás habría que haber dejado gobernar, sin compromisos , al PSOE y CS? Tal vez, y dejar la batalla para un momento donde se hubieran acumulado más fuerzas, es fácil decirlo ahora., yo al menos no lo ví.
Descarto como causas efectivas de esta derrota, todo los mitos izquierdistas de la “horizontalidad”, “el trabajo en los barrios, «la unidad por la base», «una mayor radicalidad en los discursos «….No porque todo eso no sea necesario y haya que hacerlo sino por que, desgraciadme es irrelevante para conseguir el apoyo de estas mayorías sociales. Las mayorías no votan en virtud de la confortabilidad democrática interna de los partidos o de la «pureza y coherencia ideológica» de los mismo, y menos ahora en tiempos de incertidumbres tan fuertes.
Pero más allá de todos esto problemas de adecuación entre oferta política y demanda social, la cuestión central creo que reside en la disputa `por la seguridad. Ya no se ubica en la disputa por el bienestar y el consumo, como en los años del crecimiento; sino por la seguridad de los mínimos vitales Paradójicamente el neoliberalismo y las políticas de austeridad) que ha basado su estrategia en la introducido de la inseguridad en los tuétanos de las clases populares; es quien se presenta como garante de la seguridad (pirómanos y bomberos a la vez). Las condiciones materiales con el futuro gobierno del PP y Ciudadanos van a seguir empeorando, muchas medidas que se habían guardado en la recamara en espera del ciclo electoral volverán a ser recuperadas. Las sesiones territoriales se van a incrementar una vez ha caído la «ultima esperanza blanca· del federalismo que era Podemos y las convergencias y mareas. La Unión Europea después del Brexit es un polvorín. La crisis ecológica y social sistémica impone un parón al crecimiento que no hará sino agudizar contradicciones e inseguridades. La batalla política se va a seguir dando en este campo ¿Seremos capaces de conseguir que los que den miedo sean ellos? ¿O seguiremos cayendo en la trampa y asustando con nuestra parafernalia retórica?