Pedimos la retirada de la Candidatura del municipio de Madrid para organizar y financiar las Olimpiadas de 2020, antes de la reunión del Comité Olímpico Internacional (COI), que tendrá lugar en Buenos Aires los días 6, 7 y 8 de septiembre, y exigimos al Gobierno de Rajoy que cese en su doble moral de justificar los recortes para los servicios públicos, para las clases más desfavorecidas, para las Comunidades Autónomas y para las inversiones productivas y sin embargo siga financiando a los bancos, a las grandes empresas (mediante bonificaciones fiscales) y a proyectos megalómanos e improductivos como la organización de estas olimpiadas. Parece que gastarse el dinero en esta candidatura, dos veces derrotada, es más importante para Rajoy que la educación, la salud, la vivienda, el subsidio a los paraos, la investigación, las universidades, la cultura, las energía renovables o las inversiones productivas.
Madrid perdió en la nominación para los juegos de 2012 y volvió a intentarlo para los siguientes Juegos, los de 2016 y, de nuevo, perdió. Ahora España atraviesa una crisis económica, política y social sin precedentes con recortes y privatizaciones que están minando el Estado Social y el Estado de las Autonomías y sin embargo el Estado apoya que se invierta el dinero público en macroproyectos ligados a la especulación inmobiliaria y ha actividades improductivas.
¿Es que no hemos aprendido nada¡ Querer seguir repitiendo el modelo especulativo, antiecológico e improductivo en el que España se había especializado en los últimos veinticinco años, especialmente desde su entrad en el euro, ahora que hemos visto las terribles consecuencia que ha traído, con un paro del 26%, con la deuda privada mayor del mundo y con el crecimiento de la deuda publica mas rápido de la historia y ya por encima del 90%, sería estúpido sino fuese porque en realidad lo que persigue son fines inconfesables.
No solo buscan de nuevo la especulación y el enriquecimiento de unos pocos mientras la mayoría de la población se empobrece sino que persiguen por la vía de los hechos volver al centralismo franquista. Los sucesivos gobiernos del Estado han tenido como objetivo estratégico convertir a Madrid en el contrapeso del Estado Autonómico para mayor gloria de la Corte. Toda la política de infraestructuras y de comunicaciones desarrollada en España ha servido para fortalecer el centro peninsular con un claro fin político: apuntalar el centralismo “efectivo” para contrarrestar la dinámica descentralizadora del Estado de las Autonomía. Y lo han conseguido. Madrid ha sido la puerta para las inversiones financieras extranjeras que han financiado el déficit crónico de la Balanza de Pagos y que nos ha conducido a esta situación dramática de endeudamiento, y el lugar que han privilegiado para que las grandes multinacionales instalaran su sede social y fiscal. No les ha importado que se haya convertido en el mayor sumidero de recursos materiales, económicos y financieros de la historia, multiplicando su huella ecológica en relación con los demás territorios del Estado.
Quieren apuntalar el componente ideológico españolita y monárquico,. Añoran ver de nuevo la bandera monárquica española en los balcones como si fuese la bandera del PP y han diseñado darle un papel estelar al Príncipe, desde el momento mismo en que se produjese la nominación, para aumentar su popularidad de cara a una posible abdicación del Rey.
El Ayuntamiento de Madrid es la capital europea más endeuda y su deuda podría triplicar en 2014 la deuda del 2010. Actualmente tiene una deuda de 7.455 millones y los servicios públicos desatendidos por falta de financiación.
En Brasil (con mucho menos problemas y una gran tradición futbolera) la gente se echó a la calle para pedir que el gasto publico fuera a inversiones productivas y sociales.
Ni desde el punto de vista social, ni ecológico, ni territorial tiene justificación este derroche. Es un insulto a las clases populares y medias que ven como el dinero de las subidas de impuestos como el IVA o de los recortes en los servicios básicos se gastan en más centralismo, más desarrollismo y más despilfarro. Desde Andalucía decimos ¡Basta Ya, así no¡
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