Raúl Solís | Quien no conozca a Mario Monti puede pensar que lleva toda su vida de profesor universitario. Los medios de comunicación lo llaman “el profesor” para evitar llamarlo “neoliberal”. Dedican páginas y páginas a venerar la figura de este hombre del que apenas se publican críticas y del que se conoce poco más que es un hombre bueno, responsable y que guarda el secreto para sacar a Italia y Europa de la crisis. Pero, ¿quién es realmente Mario Monti y a quién representa?
El italiano, básicamente, representa al gobierno mundial en la sombra. Es el hombre de los lobbys neoliberales que conspiran en lujosos hoteles y sin presencia de la prensa. En 1994, y hasta 2004, Monti fue comisario europeo de Mercado Interior y Competencia, las áreas en las que el neoliberalismo más se esfuerza por controlar. El paso de Mario Monti por la Comisión Europea fue a propuesta de su entonces amigo Silvio Berlusconi.
Además, el italiano “tecnócrata” ha sido el director europeo de la Comisión Trilateral, un think tank neoliberal fundado en 1973 y que ha sido acusado de adoctrinamiento ideológico en las escuelas de Estados Unidos. Esta entidad de presión fue fundada por David Rockefeller, dueño de la mayor empresa del mundo y miembro ejecutivo del Grupo Bilderberg que aglutina al centenar de personas más influyentes del mundo y que se reúnen en espacios lujosos a los que la prensa no tiene acceso.
El Grupo Bildeberg está acusado de estar detrás de los ataques especulativos contra las economías europeas y de ser el gobierno del mundo que no necesita acudir a las urnas para obtener el poder. No es casualidad, que el anterior primer ministro griego Lucas Papademos -que tampoco fue elegido en las urnas- y Mario Monti hayan sido miembros de este gobierno a la sombra que desprecia las ideologías.
De la Comisión Trilateral han formado o forman parte ‘izquierdistas’ tan insignes como Jean Claude Trichet, exdirector del Banco Central Europeo; Juan Villalonga, nombrado en 1996 consejero delegado de Telefónica por los accionistas del entonces banco público español Argentaria, Banco de Bilbao -que más tarde se hizo con Argentaria tras su privatización, de ahí que ahora sea BBVA-, La Caixa y por el entonces presidente del Gobierno español José María Aznar.
Además de Trichet o Villalonga, a la Comisión Trilateral pertenecen Emilio Ybarra, ex consejero delegado del BBVA y que controla el emporio de comunicación Vocento -al que pertenece el periódico ABC así como doce diarios regionales españoles más-; Borja Prado, presidente de Endesa; o Ignacio Polanco, presidente del Grupo Prisa que dicta los editoriales que se publican en El País pidiendo a Mariano Rajoy que acuda con urgencia al FMI y a la UE a pedir el rescate para la economía española. La lista completa de sus miembros la puedes mirar aquí.
George Bush padre o el mismísimo Bill Clinton también han sido hombres de la Comisión Trilateral que dirigió Mario Monti. Bill Clinton pasará a la historia como el expresidente de EEUU que derogó la Ley Glass Steagall, que impedía que la banca de inversiones especulara con los depósitos de los clientes de la banca comercial, que ha tenido como consecuencia el descalabro del Lehman Brothers y su posterior contagio al sistema financiero europeo y que se ha saldado con el trasvase de miles de millones de dinero público hacia la banca europea y estadounidense.
El ‘independiente’ y tecnócrata Mario Monti estuvo también vinculado como asesor del banco Goldman Sachs en la época en la que la entidad financiera ayudó a Grecia a ocultar su verdadera deuda pública. Goldman Sachs, además, ha sido acusado por la Comisión del Mercado de Valores de Estados Unidos de fraude por las hipotecas subprime que parieron la crisis de la que Mario Monti dice tener el secreto para salir de ella sin ideología y sin democracia.
Los totalitarismos nunca llaman “políticos” a sus hombres y siempre se esconden detrás de la mampara de “no somos ni de izquierdas ni de derechas”. La democracia ha muerto a manos de militares financieros que no necesitan ser votados en las urnas para gobernar y que se llaman «tecnócratas» para ocultar que son neoliberales. Que Silvio Berlusconi sea un despropósito, no convierte a Mario Monti en un ser inocente y sin pasado.